Las autoridades sanitarias del gobierno de Urtubey (FPV) desmintieron que hubiera fallecido por desnutrición. Es que desde 2011 Urtubey dio la orden de abandonar el sistema de medición de la Sociedad Argentina de Pediatría para barrer bajo la alfombra los casos de muerte de niños desnutridos. Según ese sistema, Marcos Solís murió de una desnutrición de grado severo.
El pasado domingo, falleció Alan Misael Villena, un bebé de 9 meses, en el hospital de Colonia Santa Rosa, en el norte de Salta. El gobierno kirchnerista de esa provincia evitó pronunciarse sobre las causas de la muerte. Una vez más intentarán dibujar los partes médicos para negar sus responsabilidades.
Hace un año exactamente, Cristina decía “Yo no creo que haya algún argentino que se muera de hambre”. En la misma línea, el Jefe de Gabinete Capitanich dijo que la muerte del chico Qom, Néstor Femenía, se trataba de “un caso aislado”. Ambos nos ahogaron con cifras y estadísticas que, según ellos, confirmarían que los muertos por desnutrición no existen. ¡Pero existen! También existen los responsables de esas muertes. Son en primer lugar el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, no solo peronistas sino también, como es el caso de la provincia de Misiones de un radical que se pasó al Frente Renovador de Massa.
La semana pasada Cristina habló del “desendeudamiento de las provincias”, pero lo cierto es que mientras se paga la supuesta deuda a los usureros internacionales, a los cuales cada vez debemos más, la deuda en materia social sigue creciendo y ya no se pude ocultar más.
Es necesario luchar para que se aumenten los presupuestos de salud y educación de forma inmediata para revertir esta situación que de aislada no tiene nada.