Este gobierno se ha llegado a comparar con el del General Perón del 45, dice que es el mejor de los últimos 200 años y que ningún otro ha hecho tanto por los trabajadores. Pero la realidad y las cifras dicen lo opuesto.
Su caballito de batalla en las negociaciones paritarias ha sido simular que no está por “ningún piso ni techo” salarial. Un verso total. Es lo que venimos denunciando y quedó demostrado en estos días.
Después que el gremio de Comer- cio había acordado con las cámaras del sector un 30% de aumento, el mi- nistro Kicillof desautorizó el acuerdo entre la patronal y los trabajadores sentenciando que “de ninguna ma- nera la suba salarial puede superar el 23 al 24%” (Clarín, 11/5). A tal punto esto es así, que Carlo de la Vega, titular de la Cámara de Comercio, dijo que el aumento “ha pasado a ser un tema del sindicato con el gobierno y nosotros hemos quedado como el jamón del sándwich” (Idem). ¡Hasta esta patronal negrera y el burócrata mafioso de Cavalieri (Comercio) han quedado a la “izquierda” del gobierno! ¡Habían firmado un 30% y el gobierno les ordenó bajarlo! ¿No era que el kirchnerismo no interfería en las paritarias? Una verdadera burla.
También se apresta a hacer lo mismo con la Uocra, donde Gerardo Martínez (igual que la burocracia de Comercio), arreglaría por un porcentaje similar.
Esto se pactó, según los trascendidos, en un encuentro secreto entre Kicillof, Cavalieri, Martínez y otros burócratas, entre ellos Caló, Andrés Rodríguez (UPCN) y Viviani (taxistas). El ministro de Economía les habría dicho “hay que desalentar las expectativas inflacionarias. Firmen por un 26% en un solo pago o un 28% en dos tramos”. Mucho menos que la inflación real.
Con esto el gobierno está reconociendo que los aumentos salariales “generan” inflación (no los monopolios formadores de precios), propio de los gobiernos neoliberales que tanto critica. Lo mismo que sostienen los empresarios. El gobierno se la pasa diciendo para la tribuna que “los aumentos no generan inflación” (lo cual es cierto), solo para posar de “nacional y popular”. Dice por un lado que “la derecha” y los políticos “de los 90” justifican la baja salarial porque los aumentos hacen subir los precios, mientras usa todo el aparato del estado y al ministerio de Trabajo para que se firmen salarios por debajo del real costo de vida.
Otro mito es que “el gobierno fomenta el trabajo en blanco”. De los famosos 5 millones de puestos que dice se recuperaron desde 2003 para acá, la mayoría fueron precarizados. Y en el estado -que administra el gobierno nacional-, el empleo en negro subió desde 2006 a esta parte del 10% al 42% (La Nación, 10/5). También hay que decir que para nada tiene que ver un gobierno que se dice “defensor” de los trabajadores cuando Cristina tilda de ricos y privilegiados a aquellos que viven de un salario y se les roba con el impuesto a las Ganancias si apenas ganan el valor de la canasta familiar.
Cristina llama a “defender” lo conquistado. Pero después de 12 años de un gobierno supuestamente “exitoso”, lo que ha consolidado es un “modelo” de pobreza, bajos salarios y jubilaciones, robo salarial con Ganancias (mientras permanece exenta la renta financiera) y trabajo precarizado.
A quienes aún pueden considerar que hay que apoyar a este gobierno contra el resto de los candidatos patronales, les decimos que no hay que dejarse engañar. Que al igual que Macri o Massa, Scioli se prepara para seguir con los salarios de pobreza, el impuesto al salario y el trabajo precarizado. Solo el Frente de Izquierda viene luchando en las calles y presentando proyectos de ley en contra de ello. Postulando un plan alternativo obrero y popular para terminarcon estos flagelos.