En otros tiempos cuando la burocracia convocaba a un Comité Central Confederal, una vez cada dos o tres años, era una señal de que ya “las papas quemaban”. De tal forma, estaban obligados a convocar a un paro nacional. Ahora ni eso. Moyano y su CGT convocaron a un Confederal solo para anunciar la despedida de Moyano de su cargo (más preocupado con la AFA) cuando venza en julio y que se iría a un congreso único de las tres CGT. Ni siquiera cumplieron con que podrían convocar a un paro si Macri vetaba la supuesta ley “antidespidos” que ellos promocionaron con el Frente para la Victoria. Trascendió que solo Sergio Palazzo, de la Bancaria, planteó la necesidad de un paro nacional.
Así se confirmó que la movilización del 29 de abril fue, como ellos mismos lo dijeron, “contra nadie”. No era ningún paso progresivo de ruptura con el gobierno de Macri. Por el contrario, fue una jugada para seguir preparando esta unificación burocrática y seguir negociando con el gobierno la devolución de los miles de millones de pesos de los fondos de las obras sociales que el kirchnerismo les retuvo, en especial al sector moyanista.
La defensa del aparato sindical
Una de las razones de la ruptura del sector de la CGT que encabezó Moyano y los Camioneros con el gobierno justicialista de Cristina Kirchner tuvo que ver con esta retención que llegó a 27 mil millones de pesos. Ahora el gobierno de Macri acordó iniciar la devolución de esos fondos millonarios. Cuestión que ya fue anunciada por el Superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, con un adelanto de 2.750 millones de pesos de esa deuda.
Una vez más los dirigentes sindicales muestran que su gran preocupación no es la defensa de los trabajadores sino la de su aparato sindical, sus sueldos millonarios y sus privilegios.
Durante el período kirchnerista la burocracia sindical peronista se dividió en tres sectores. La rama que encabezó Antonio Caló (UOM) unida a Gerardo Martínez (Uocra), Ricardo Pignanelli (Smata), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Omar Viviano (Taxistas), entre otros, hicieron de comparsa al gobierno K y negoció concesiones desde el oficialismo. Las CGT de Hugo Moyano (Camioneros) y Luis Barrionuevo (Gastronómicos) pasaron a la oposición. En lo político Moyano dejó correr el voto a Macri y Barrionuevo se alineó con Sergio Massa. Con el cambio de gobierno se da un nuevo realineamiento con el objetivo de estar en mejores condiciones para negociar y defender sus aparatos. Por fuera siguen quedando las dos CTA.
La definición justa del nuevo realineamiento la dio Daer, dirigente de Sanidad y diputado nacional por el Frente Renovador: “ese proceso es un combo y comienza por la madurez de la dirigencia, que debe generar un instrumento de interlocución social con el gobierno, los empresarios y otros sectores, porque la unidad no se concibe con el objetivo pequeño de convertir a la CGT en una herramienta opositora” (Página 12, 4/6/16). O sea, de ninguna manera se va a una reunificación para defender a los trabajadores, a la bases, de los ataques del gobierno y de las patronales.
Por una nueva dirección sindical combativa y antiburocrática
Estamos ante una nueva claudicación de los dirigentes sindicales. Mientras tanto, la clase trabajadora, por abajo, sigue dando pelea, como en Santa Cruz y Tierra del Fuego, los trabajadores estatales, judiciales, de Ecotrans, profesionales de la salud, entre otros.
Miles de activistas y delegados combativos reclaman por nuevos dirigentes. Esta es la gran tarea que está planteada en el movimiento obrero para derrotar el plan de ajuste de Macri. Mientras seguimos reclamando que las CGT rompan la tregua con el gobierno y llamen a un paro general, necesitamos un nuevo sindicalismo combativo. Nuevos dirigentes que hagan que una central y los sindicatos se pongan al frente de la lucha, que convoquen a asambleas para resolver todo, que hagan congresos de delegados con mandato de las bases, que no sean dirigentes millonarios sino que ganen el mismo salario que un trabajador común y que sean independientes de los gobiernos patronales de turno.
Ese nuevo modelo de sindicalismo lo están gestando desde abajo los ferroviarios del Sarmiento con el “Pollo” Sobrero a la cabeza; los dirigentes del Sutna (Neumático); los Suteba multicolor; los delegados que encabezan las luchas del Ministerio de Economía y de Trabajo; los delegados y comisiones internas combativos de metalúrgicos, mecánicos, alimentación, estatales, judiciales y tantos otros. Es necesaria la coordinación de las nuevas direcciones. El Encuentro Sindical Combativo y sus plenarios dieron pasos que hay que continuar, en el camino del surgimiento de una nueva dirección sindical.