En un contexto donde la justicia investiga diversos hechos de corrupción del gobierno kirchnerista y donde la misma Bonafini está imputada por desvío de fondos para la construcción de viviendas a través de “Sueños Compartidos”, la reunión con Cristina no obedece a ninguna reivindicación de los derechos humanos.
La ex presidenta se cobijó en la ronda 2000 de las Madres para simular que es una perseguida política, aprovechando el pedido de detención de Bonafini por parte del juez Martínez di Giorgi, que Izquierda Socialista y miles repudiamos. Cristina intenta de esta forma lavarle la cara a su “modelo” de corrupción y entrega; a las valijas voladoras repletas de dólares del funcionario K “Josecito” López y a tantos hechos que ocurrieron en su gobierno en beneficio de sus funcionarios millonarios.
Por su parte, Hebe de Bonafini sigue siendo funcional al kirchnerismo. Poniendo su ronda 2000 al servicio de apoyar a un gobierno que en sus 12 años violó los derechos humanos, criminalizó la protesta social, ungió como jefe del ejército al represor Milani y votó la ley antiterrorista que se aplicó contra distintos luchadores y periodistas anti K. Por eso es que, si bien reconocemos a Hebe por su trayectoria en la lucha contra la dictadura, criticamos que haya arriado las banderas contra la impunidad por apoyar a los gobiernos kirchneristas.
Desde Izquierda Socialista seguiremos luchando para que los organismos de derechos humanos sean independientes de los gobiernos de turno, con el ejemplo que marcó el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia a lo largo de estos años. Ahora enfrentando a la impunidad de hoy de Mauricio Macri, y también a la impunidad de ayer implementada por los gobiernos anteriores.