A pesar del amedrentamiento de la policía y la complicidad de los delegados de la UOM, que firmaron un acuerdo con la patronal que contempla suspensiones y la rebaja del salario, se logró triunfar gracias a la unidad y firmeza de los trabajadores que no titubearon en parar totalmente la fábrica, mientras los despedidos bloqueaban la puerta y acampaban durante los cuatro días que duró el conflicto. Fue tal la magnitud de la lucha que los delegados se vieron obligados a concurrir a la fábrica donde recibieron el repudio de los compañeros. La empresa desde hace tiempo viene avasallando las conquistas laborales de los trabajadores con decenas de despidos, sin pagar las indemnizaciones, ART, ni la obra social y funcionando bajo pésimas condiciones de seguridad. Desde Izquierda Socialista nos hicimos presentes para apoyar el conflicto. La reincorporación de los compañeros fue un paso importante que demuestra que con unidad y movilización se le puede parar la mano a la patronal.