Este paro trajo mucho debate entre los docentes ya que la convocatoria fue realizada por un conjunto de sindicatos burocráticos encabezados por la UTE, sin ningún tipo de consulta al interior de las escuelas. Pero la bronca hacia el gobierno es mayor. La adhesión al paro mostró el repudio a la política salarial pero también el rechazo al desmantelamiento de la Escuela Pública que viene llevando adelante PRO desde hace una década, que se ve reflejado en las decenas de escuelas sin calefacción, las denuncias cotidianas sobre infraestructura, mantenimiento edilicio y el avance sobre los derechos de los docentes y estudiantes a través de la Reforma Educativa, que se implementa mediante los operativos de evaluación externa y el Plan Maestro, entre otras medidas.
Como consecuencia de la medida de fuerza y luego de 120 días sin convocatoria, el gobierno ha convocado a una nueva reunión de la Mesa Salarial. La nueva propuesta, según versiones de la prensa, sería del 21%. De ser esta la oferta, la respuesta de la docencia será profundizar las medidas de fuerza luego del receso invernal, ya que el salario inicial seguiría estando por debajo de la línea de pobreza.
Hemos realizado doce paros y numerosas movilizaciones y acciones coordinadas entre Ademys y las asambleas distritales para rechazar la política de ajuste de Macri y Larreta. Debemos seguir en ese camino de organización de los maestros en las escuelas y a través de las asambleas unificadas en la ciudad para lograr arrancar un aumento que permita a la docencia poder vivir dignamente con un cargo de jornada simple o su equivalente en horas cátedras. ¡Ningún acuerdo a espaldas de los maestros! ¡40% ya, sin cuotas ni cifras en negro!