El Primer Encuentro Nacional de Mujeres fue en 1986 en el Centro Cultural San Martín, en la ciudad de Buenos Aires, y reunió a mil mujeres. Por aquel entonces, las principales demandas eran el divorcio y la pelea por la patria potestad compartida, entre otras. A lo largo de estos 32 años los encuentros nacionales se hicieron más conocidos, con más participantes y se incorporaron nuevas demandas. Por ejemplo, el año pasado llegamos a ser 60.000 en Rosario y luego de las movilizaciones por #NiUnaMenos, los talleres sobre violencia de género se hicieron más numerosos y el reclamo contra los femicidios se volvió más relevante.
Este año tenemos el desafío de participar del Encuentro Nacional de Mujeres en Chaco y debemos aprovechar esta instancia masiva para coordinar acciones que nos permitan unificar nuestros reclamos en un plan de lucha nacional. Las mujeres venimos de protagonizar enormes jornadas este año, como fue el paro internacional de mujeres del 8 de marzo y la Marcha Federal al Congreso del 29 de septiembre #UnGritoGlobal por el derecho al aborto legal. Es decir, estamos movilizadas y el Encuentro Nacional de Mujeres nos tiene que servir para encontrarnos, debatir y organizarnos para pelear con mayor fuerza por nuestros derechos.
En los encuentros también participan las mujeres de Cambiemos (PRO y UCR), que van a defender al gobierno, y demás partidos patronales (kirchnerismo y massismo) que, aunque se digan opositores porque están en campaña electoral, votaron en el Congreso todas las leyes del gobierno contra los derechos de las mujeres. Por ejemplo, le votaron el presupuesto miserable que hoy tiene la ley 26.485 de erradicación de violencia de género y que no alcanza siquiera para construir refugios para albergar transitoriamente a todas las víctimas. También son los responsables del aborto clandestino porque vienen cajoneando desde hace diez años el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que presentó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto en el Congreso. Es decir, participan de los encuentros nacionales pero todo el año defienden y acompañan a los responsables de la terrible situación que padecemos las mujeres.
En el mismo sentido, denunciamos las maniobras burocráticas del PCR/CCC/PTP que son quienes dirigen el encuentro nacional y que utilizan el falso consenso como método para acallar a las mayorías en los talleres. Y, por ejemplo, en el acto de cierre del año pasado, con métodos patoteriles y ayudados por Patria Grande y el kirchnerismo, impidieron que se cumpliera la voluntad mayoritaria de que el próximo encuentro se hiciera en la Ciudad de Buenos Aires. A su vez, son quienes le garantizan la participación a la Iglesia Católica en los encuentros nacionales para imponer su doctrina contra los derechos de las mujeres. Por eso, llamamos a todas las mujeres trabajadoras, estudiantes y luchadoras y a todas las organizaciones feministas, a dar también esta pelea para que se respete la voz de la mayoría que estamos hartas de la violencia machista, de las redes de trata, del aborto clandestino y de la discriminación laboral.
¡Vamos con fuerza al 32° Encuentro Nacional de Mujeres! ¡Vamos por un movimiento de mujeres independiente del gobierno de Macri, de los partidos patronales y de la Iglesia! ¡Vamos por un plan de lucha nacional para conquistar nuestros derechos!