Escribe José Castillo
Se conoció la letra chica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Si antes se rumoreaba que significaría un recorte de 200.000 millones de pesos en 2019, ahora se confirmó que será peor aún: 300.000 millones de ajuste el año próximo. Todo al servicio de garantizar los vencimientos de deuda externa.
Finalmente se hizo público el informe técnico del FMI para la aprobación del préstamo a la Argentina. Esto obligó al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne a mostrar los verdaderos números del ajuste.
¿De dónde se va a recortar? El informe del Fondo nos da las precisiones al respecto. 150.000 millones de pesos saldrán de achicar el gasto en el Estado nacional. Se reducirán los subsidios a la energía y el transporte, por lo que continuarán los tarifazos.
Además, el documento del FMI dice textualmente: “Avanzar en la reducción del salario real de los trabajadores públicos, fijando un techo nominal para los incrementos del 8% hasta junio de 2019”. Y, más adelante, “reducir la nómina salarial ajustando el empleo público a través del recorte sostenido de empleados no prioritarios en 2018 y congelando las contrataciones en la administración federal”. Será un recorte con miles de despedidos en todo el sector público y con un virtual congelamiento salarial para los que queden.
A esto hay que sumarle que la obra pública nacional prácticamente se paralizará. Son cientos las obras necesarias que quedarán por la mitad o directamente no se realizarán, lo que acarrareá un aumento enorme de la desocupación en la industria de la construcción. El gasto en “bienes y servicios” del estado también se achicará: tendremos menos insumos para hospitales, escuelas, instituciones de ciencia y técnica y un deterioro en toda la infraestructura estatal. Además se reducirán las transferencias a las empresas públicas, con el consecuente vaciamiento y desinversión como en Aerolíneas Argentinas o los ferrocarriles.
Claro que todo esto es sólo la mitad del ajuste. La otra mitad caerá sobre las provincias: 67.500 millones de pesos este año y más de 150.000 el año próximo. Se achicarán los servicios esenciales, fundamentalmente educación y salud. Veremos entonces deteriorarse hasta el extremo de caerse a pedazos a las escuelas y hospitales, con docentes y trabajadores de la salud con salarios de hambre y congelados.
Y además de todo esto, el plan del FMI prevé ajustar utilizando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses. Este fondo, que es el acumulado que viene desde la estatización de las AFJP, es la única garantía de pago de las futuras jubilaciones y los juicios de los actuales jubilados. Se estará hipotecando el futuro de los jubilados.
Pero el acuerdo con el Fondo no ocasionará sólo este superajuste en 2018 y 2019. Es un plan que alcanza hasta 2021, por lo que pretenden que sigamos achicándonos hasta un monto mayor a los 500.000 millones de pesos.
Todo esto no será para “reactivar la economía” como nos quieren hacer creer desde el gobierno. De hecho el propio informe del FMI admite que muy probablemente este plan esté acompañado por recesión y más inflación. El único objetivo será dar garantías a los especuladores internacionales de que la Argentina seguirá pagando los vencimientos de deuda externa. ¡Un verdadero plan de hambre y saqueo para que los pulpos de las finanzas internacionales sigan haciendo sus superganancias! No podemos permitirlo, salgamos ya mismo a enfrentarlo, oponiéndole otro programa que, partiendo de desconocer la ilegítima, ilegal e impagable deuda externa, ponga todos nuestros recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares de trabajo, salario, educación, salud y vivienda.