Según las palabras de Héctor Daer en la conferencia de prensa tras la reunión del consejo directivo de la CGT, el paro general del miércoles 29 será “en reclamo de que se modifique esta aceleración de la decadencia de la economía de nuestros hogares y lograr un país que tenga inclusión para todos sus habitantes”.
Será la quinta huelga general convocada por esta central durante el gobierno de Macri. En todos los casos anteriores la burocracia cegetista no le dio continuidad a la contundencia de la medida, dejando pasar muchos meses entre una y otra, dándole así tregua al gobierno para que pueda llevar adelante su plan de ajuste. De hecho, el último paro general fue en septiembre del año pasado.
La bronca y la presión de las bases ante las medidas de ajuste y una burocracia que no hace nada obligaron ahora a la directiva de la CGT a convocar al paro, después de que no se sumara el 30 de abril y expresara que “no veía motivos para convocarlo”. Sin depositar confianza alguna en la dirección burocrática de la central, tenemos que parar masivamente. Hay que realizar asambleas en todos los lugares que se pueda, sacar pronunciamientos de cuerpos de delegados y activistas y hacer reuniones de agrupaciones opositoras. Desde el sindicalismo combativo llevaremos adelante todas estas acciones ante el paro, además de exigir su continuidad con un plan de lucha de la CGT y las CTA para derrotar el ajuste. Planteamos además la necesidad de oponer un programa de emergencia alternativo, comenzando con el aumento inmediato de salarios y jubilaciones, la prohibición de suspensiones y despidos, la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa.