Ninguna de las medidas del gobierno va a parar la astronómica suba de precios, que se está comiendo el bolsillo de los trabajadores. Se trata del zorro cuidando el gallinero. Su prioridad es garantizarle las superganancias a las grandes empresas monopólicas y a las cadenas de híper y supermercados (una de las cuales, La Anónima, es propiedad de la familia del viceministro de Hacienda Miguel Braun). Si se quisiera realmente parar la inflación se deberían implementar las siguientes medidas:
Precios máximos a todos los productos de la canasta familiar
Lo contrario de “precios cuidados” o la actual payasada que propone el gobierno. Se trata de implementar precios teniendo en cuenta el real poder adquisitivo de los trabajadores y sus necesidades, y no “negociados” garantizando la rentabilidad empresaria. Con exigencia y control de que aparezcan en las góndolas. Y sanciones de verdad a quien viole estos precios, desabastezca o los venda en el mercado negro, con fuertes multas, clausuras y hasta expropiaciones a los infractores.
Eliminación del IVA y su reemplazo por impuestos a los ricos y a las grandes empresas
De un plumazo bajaríamos el 21% a la inmensa mayoría de los productos de la canasta familiar, que se trasladaría a un aumento del poder de compra.
Anular los tarifazos y reestatizar las privatizadas
A nadie se le escapa que una de las causas de la inflación son los feroces tarifazos de los servicios públicos, así como el aumento constante del precio “liberado” de los combustibles. Además de anularlos, hay que reestatizar estas empresas, incluyendo las de todo el complejo gasífero y petrolero, lo que permitiría tener tarifas populares para quien las necesite y un valor de la nafta y el gasoil que no dependa de las superganancias de los monopolios del sector, sino de los reales costos de extracción argentinos, infinitamente inferiores.
Nacionalización del comercio exterior
Muchos productos esenciales de la mesa del trabajador, como el pan y los fideos, se hacen con insumos que se exportan (como el trigo). Lo mismo pasa con la carne. Los monopolios exportadores priorizan colocar esos bienes a precios internacionales en el exterior. Por eso aumentan a precio dólar. Así, este año el pan aumentó 80%, la harina 164% y los fideos 90%. La creación de un ente estatal de comercio exterior que decida cuánto se exporta y cuánto se destina al mercado interno permitiría “desenganchar” los precios de los alimentos de los vaivenes del dólar.
Aumento de emergencia de salarios y jubilaciones
Por supuesto que no podemos confiar en el gobierno de Macri ni en ningún otro gobierno patronal para la implementación de estas medidas. Ya tenemos el ejemplo de lo que hizo el kirchnerismo, que hasta intervino el Indec para “esconder” la inflación. Lo que nos queda es defender con uñas y dientes el poder adquisitivo de los trabajadores, exigiendo aumentos para que nadie gane menos que la canasta familiar, y la indexación mensual de los salarios, jubilaciones y planes sociales de acuerdo a la inflación. Luchando es posible alcanzarlo: los docentes neuquinos lo lograron el año pasado, tras una feroz pelea, gracias a la conducción combativa de Aten Capital que dirigió ese conflicto.