Escribe Pedro Rodríguez, referente de la oposición en UTA
El martes 30 de junio se realizó la primera reunión con choferes de la UTA junto a Rubén “Pollo” Sobrero. Participaron referentes, delegados y activistas de distintas líneas de Buenos Aires y del interior del país que se vienen organizando en defensa del salario, los puestos de trabajo y demás derechos pisoteados. En un gremio cruzado por una rebelión nacional en medio de una pandemia donde todos los choferes viven expuestos. Desde abajo crecen la bronca y la pelea contra los empresarios que se roban los subsidios, no pagan los sueldos en tiempo y forma, despiden, cierran empresas y persiguen activistas. Y en esa rebelión también crece la bronca contra la burocracia sindical, donde la conducción nacional de la UTA se encuentra dividida entre el actual secretario general, Roberto Fernández, y su antiguo secretario gremial Miguel Bustinduy, que hoy posa de opositor, pero responde directamente a la patronal del Grupo DOTA. En las distintas intervenciones en la reunión con el Pollo fue quedando claro que los dos sectores, tanto de Fernández como de Bustinduy, actúan con patotas, persiguiendo a los activistas y responden a los empresarios y no a los trabajadores.
Por eso va surgiendo un tercer espacio formado por activistas y nuevos delegados junto a cientos de compañeros que salen por primera vez a dar la pelea. Impulsan los reclamos, organizan asambleas y salen a luchar, a veces autoconvocados, otras apretando a los dirigentes. En ese sector nos apoyamos desde el sindicalismo combativo para empezar a dar pasos en la construcción de una dirección alternativa. Una dirección que defienda el convenio, la estabilidad laboral y el salario de los compañeros. En la reunión se resaltó la necesidad de avanzar en este sentido y organizar la recuperación de los cuerpos de delegados, que en muchos casos está planteada. Otra sería la realidad de los choferes si estos luchadores fueran los dirigentes del gremio. Más allá de los ritmos de esta gran tarea todo empieza por el primer paso. El ajuste aprieta y la bronca crece, por eso el proceso de las luchas que vienen marcando al gremio se va a profundizar, y al calor de estas luchas se seguirán fogueando los cientos de activistas que recorren el país. Se acordó una segunda reunión para dentro de quince días, invitando a otras líneas y para profundizar la organización.