Nosotros consideramos que Trotsky acertó en lo esencial de la Tesis de la Revolución Permanente, la teoría de la dinámica del triunfo la Revolución Socialista Internacional. O del retroceso, con la contrarrevolución imperialista.
Entre la mitad del siglo XX y comienzos del XXI hubo muchas revoluciones triunfantes que quedaron a mitad de camino. Que no expropiaron a la burguesía. Las llamamos revoluciones abortadas.
Fueron revoluciones frenadas por la crisis de la dirección revolucionaria y por la dirección burocrática soviética y china, que impidió que grandes revoluciones tuvieran una dinámica de avance permanente y fueran palancas para el triunfo de la revolución mundial […]
Por ejemplo, en Bolivia de 1952; Argelia de 1962; Portugal en 1975; Irán de 1978; la revolución de Nicaragua de 1979, del Salvador de 1980, entre otras.
En el siglo XXI, se dieron las enormes revoluciones árabes del norte de África y Medio Oriente, lo que se conoció como el proceso de la primavera árabe. Estas quedaron en el terreno de una revolución democrática, de caída de dictaduras, que se congela o es derrotada por las direcciones burguesas, pequeñoburguesas y obreras reformistas y burocráticas […]
Entonces, reconocer la existencia de estas revoluciones […] que por el control de los aparatos burocráticos y la crisis de la dirección revolucionaria, no avanzaron en una dinámica de la revolución permanente, interior y exterior, sino que fueron frenadas.
Negar estas revoluciones, como plantean los compañeros del PTS, es abandonar la intervención en esas revoluciones y abandonar así la pelea contra las direcciones traidoras que buscan frenar y abortar el triunfo de la revolución socialista en esos países […]
Los morenistas defendimos la lucha estratégica por las dos premisas que correctamente plantean las Tesis de la Permanente: el rol protagónico de la clase obrera en las revoluciones y la construcción de un partido marxista revolucionario. Para avanzar en el triunfo de la revolución socialista en el país y a nivel mundial¨ […]
Hoy sigue y seguirá habiendo revoluciones a pesar de la Crisis de Dirección Revolucionaria. Y si no se avanza en la superación de esta crisis, lo que avanzará serán las derrotas hacia las conquistas democráticas y sociales […]
Por eso es tan importante que todos los nuevos luchadores comprendan la importancia estratégica de construir los partidos obreros revolucionarios internacionalistas. De unir a los revolucionarios del mundo para que las revoluciones triunfen y se avance en la revolución socialista internacional.
El morenismo jamás apoyó a ninguno de esos gobiernos de Frente Popular ni capituló a las direcciones contrarrevolucionarias. Al contrario, buscó construir Partidos revolucionarios impulsando la movilización y organización de la clase obrera. Y con política para que esas revoluciones avancen hacia el Socialismo y hacia la Revolución socialista internacional... Así actuamos con la Brigada Simón Bolívar en Nicaragua en 1979. Y por eso el propio Frente Sandinista reconoció que esas fueron las causas por las que nos expulsaron de Nicaragua, después del triunfo de la revolución contra Somoza.
Y así actuamos hoy en Venezuela, sin capitular al chavismo ni al socialismo del siglo 21, sin ingresar al PSUV, e impulsando la movilización de la clase obrera, construyendo la corriente sindical autónoma C-CURA y el Partido Socialismo y Libertad.
Y también en Perú o Brasil, actuando dentro de partidos amplios como el FA y el PSOL, combatiendo la política de corrientes que plantean apoyar variantes frente populares. Nosotros defendiendo la independencia de clases y construyendo nuestros partidos revolucionarios internacionalistas. Nos extraña también las críticas del PTS al respecto, ya que ellos pidieron entrar al PSOL y tener candidatos en el Frente Amplio en Perú, táctica que hoy nos critican […]
En síntesis, Nahuel Moreno y nuestra corriente siempre hemos reivindicado y ratificado la concepción de Trotsky de la TRP […]