Escribe Mercedes Trimarchi, diputada bonaerense (m.c.) por Izquierda Socialista/FIT Unidad
La conquista del derecho al aborto en la Argentina fortaleció la pelea en los países latinoamericanos que aún mantienen legislaciones restrictivas. Tal es el caso de Ecuador, donde se logró la despenalización cuando el embarazo es producto de una violación, y en República Dominicana, donde se lo hizo cuando la mujer corre peligro de vida. Ambos logros parciales ayudan al debate de la despenalización social y fortalecen la pelea por conquistar el derecho al aborto voluntario en todo el continente.
La Corte Constitucional de Ecuador despenalizó el aborto en todos los casos de violación y no solo cuando las víctimas son mujeres con discapacidad mental, como hasta ahora lo establecía el Código Penal ecuatoriano. Desde distintas agrupaciones feministas celebraron la noticia como una conquista social que alivia en parte la situación de vulnerabilidad de muchas niñas ecuatorianas en un contexto de crecientes abusos sexuales en el ámbito familiar. Ecuador es el segundo país sudamericano, después de Venezuela, con mayor tasa de embarazo adolescente. Las cifras: 77,3 de cada 1.000 partos corresponden a niñas y adolescentes, lo que se traduce en que cinco niñas de entre 10 y 14 años se convierten en madres diariamente.
En República Dominicana, las organizaciones feministas desde hace más de un mes se encuentran acampando frente al Palacio Nacional exigiendo que se incorporen las tres causales, peligro de vida, salud y violación en el Código Penal, para terminar con la prohibición total del aborto. Sin embargo, el Congreso, desoyéndolas y favoreciendo a los sectores antiderechos, votó a favor de una única causal, cuando peligra la vida de la mujer. Por eso, las organizaciones de mujeres dominicanas están convocando a una gran movilización unitaria el 23 de mayo por la despenalización del aborto. Sin dudas, la movilización y organización de las mujeres, de manera independiente de los gobiernos, es el único camino para lograr el aborto legal y todos nuestros derechos.