Escribe Pablo Almeida Legislador electo Izquierda Socialista y delegado general ATE Mecon
Empezaron a darse los primeros acuerdos salariales de 2022. Las burocracias de UPCN y ATE por un lado y Comercio por otro se jactan de que, con los actuales reajustes y revisiones salariales, le habrían ganado a la inflación anual, logrando un 54%. Esta afirmación es falsa.
En estatales nacionales los últimos reajustes fueron del 14% en dos tramos para la revisión del acuerdo 2021, que hasta enero de 2022 había llegado al 40%. Pero el acuerdo de los estatales nacionales no le ganó a la inflación, apenas la equipararía si el aumento se hubiese pagado todo junto. Además, el problema es que los salarios de los estatales han perdido entre el 35 y el 40% en los últimos 8 años. Por más que ahora dibujen un aumento del 54%, además de ser en cuotas y nunca empatar con la inflación real, mantiene el robo anterior. Es decir, para que los salarios estatales se recompongan realmente se debería primero dar un porcentaje en una sola vez, para que recuperen su poder de compra. A partir de ahí deberían tener aumentos iguales a la inflación real para que se pueda hablar de recomposición. Está muy lejos de ocurrir. Los salarios estatales hoy arrancan desde menos de 40.000 pesos, muy por debajo de la canasta para una familia tipo, fijada en 123.598 pesos de acuerdo al cálculo de la Junta Interna de ATE-Indec.
En Comercio, Cavalieri festeja un 54%, que se completaría desde abril de 2021 a marzo de 2022, luego de varias cuotas a lo largo de once meses en los que se fueron sumando los incrementos. Un 54% engañoso, ya que sería aplicable al básico y se haría efectivo sólo con el presentismo y premios. Vale destacar que una gran mayoría de los trabajadores mercantiles precarizados o en negro quedan afuera del convenio y no recibirán el aumento. Tampoco los miles de trabajadores despedidos o suspendidos de Falabella, Musimundo o Garbarino, que han cerrados sus locales.
La masa salarial anual (lo que un trabajador gana a lo largo de un año, sus doce sueldos sumados) aumentó muchísimo menos que la inflación de igual período. Por eso decimos que estos acuerdos salariales siguen siendo a la baja.