Escribe Mariano Barba
Cuando los movimientos de desocupados combativos reclaman trabajo genuino sin precarización laboral están dando en la tecla de uno de los principales reclamos de la clase trabajadora argentina. La existencia de millones de desocupados es un flagelo capitalista mundial. En nuestro país, la respuesta del gobierno son los subsidios y distintos planes sociales que apenas morigeran un poco el drama de no tener un trabajo digno. Ante la falta de trabajo privado, los que no entran en el sector público caen directo en la informalidad. Ya suman 7,6 millones los trabajadores informales, de los cuales 5 millones son asalariados no registrados y otros 2,6 millones cuentapropistas no registrados. A todo esto hay que sumarle más de 2 millones de personas aptas para trabajar que no tienen ningún ingreso.
Solo una salida de fondo puede generar los millones de puestos de trabajo genuinos que se necesitan. Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad proponemos (como lo hicimos con proyectos de ley de nuestro compañero diputado Giordano y nuestra compañera la diputada Schlottauher) la construcción de 500 mil viviendas que daría ocupación a dos millones de personas en forma directa y empezaría a resolver el déficit habitacional del país que alcanza a cuatro millones de casas. La construcción de obras públicas como escuelas y hospitales, también incrementarían la ocupación genuina. ¿De dónde sacar los fondos? Del no pago de la deuda al FMI y a los acreedores privados. Esta es la única propuesta realista. Claro que este gobierno no está dispuesto a aplicarla porque todo el esfuerzo del pueblo trabajador va para pagarle al Fondo y a los buitres de la deuda.