Escribe Mariano Barba
En el gobierno nacional discuten todo tipo de medidas para cumplir el pacto con el FMI; no solo no dan respuesta de fondo a los desocupados, sino que pretenden congelar los planes y los montos asignados para poder sobrevivir. Una verdadera catástrofe se abate sobre millones de argentinos que no tienen trabajo. La pobreza crece con cada punto de inflación. Por eso siguen movilizándose las organizaciones de la Unidad Piquetera.
Desde las primeras horas de la mañana del jueves 16, masivas columnas de las organizaciones sociales ocuparon la avenida 9 de Julio a lo largo de unas quince cuadras centrando el reclamo frente al edificio del Ministerio de Desarrollo Social. Además del Polo Obrero participaron Barrios de Pie, el MST-Teresa Vive, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Bloque Piquetero Nacional y el Frente Popular Darío Santillán entre otras organizaciones. Las demandas piqueteras exigen que “haya más empleo genuino y alimentos para los comedores”. Apuntan también a que desde el Ministerio amplíen el cupo del programa “Potenciar Trabajo”, hoy congelado por el ministro Zabaleta. El monto de los planes alcanza apenas 16.500 pesos.
Es automática la relación del crecimiento entre la inflación y la pobreza. El índice inflacionario que se publica mensualmente genera un nuevo y creciente número de pobres. Índices que no paran de crecer el uno y el otro. Por la inflación crecen los precios de los bienes y servicios por encima de los ingresos de los pobres. El Indec acaba de publicar el aumento de precios de productos básicos que en el último año superaron al índice de inflación; por ejemplo la harina un 93%, el pollo un 83%, el azúcar un 77%, y así muchos más. La pobreza se mide con la Canasta Básica Total (CBT) del Indec. Hoy el porcentaje de pobres, que alcanzaba en un 37,5 % en enero, va camino a superar rápidamente el 40 %, y el de la indigencia al 10 %. Una situación extrema si además sabemos que a fines del 2021 el 64,9% de los niños y niñas y adolescentes viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza y el 14,7% por debajo de la frontera de la indigencia. Los trabajadores en negro, precarizados y desocupados que suman cerca de diez millones, están en una encerrona en la que el sistema capitalista y el gobierno del Frente de Todos han metido. El pacto con el FMI profundiza el ajuste del gobierno peronista de Alberto, acompañado por los gobernadores de todos los partidos patronales. Por eso la perspectiva es que las acciones de las organizaciones de desocupados combativas se transformen en una movilización casi permanente.
¿Se viene otro acampe?
Hasta ahora los refuerzos otorgados por el gobierno como el bono de dos cuotas de 9.000 pesos son totalmente insuficientes y alcanza para apenas una bolsa de alimentos. Por eso, esta semana la Unidad Piquetera prepara una nueva concentración en la Avenida 9 de Julio. En medio de la anterior fueron convocados por el ministro Juan Zabaleta para este miércoles 22. Ante esto Eduardo Belliboni (dirigente del Polo Obrero) señaló que se encuentran en “estado de alerta máxima”, agregando que “esto no se aguanta más, si no hay respuestas a lo que pedimos, acamparemos, y no solo acá (por la 9 de Julio) sino en todas las ciudades del país”. Estas organizaciones piqueteras combativas nuevamente movilizarán a miles de desocupados, y definirán según lo que anunciaron, un acampe si no hay respuestas a sus reclamos.
Desde Izquierda Socialista hacemos nuestras las demandas de los piqueteros y apoyamos su lucha por conquistar sus reclamos, como el aumento inmediato del monto y la cantidad de los planes sociales, la asistencia a comedores populares, el acceso a una vivienda digna, y salud y educación públicas de calidad, al mismo tiempo que seguimos exigiendo trabajo genuino para todas y todos.