Escribe Guillermo Sánchez Porta
El 27 de junio es, por ley nacional, el día de los trabajadores del estado, por lo que es asueto para todos ellos. La mayoría de las provincias han aprobado leyes donde suman a este asueto a los trabajadores provinciales y municipales. En Buenos Aires se aprobó en 2014. Pero el gobernador Kicillof decidió, con un decreto, que auxiliares y docentes tendrían que ir a trabajar.
Lo de Kicillof fue increíble desde todo punto de vista. Sus argumentos fueron calcados a los de Larreta y Soledad Acuña en CABA: que, después de la pandemia, “no podía haber un día sin clases”. Sacó un decreto anulando una ley, algo absurdo desde el punto de vista jurídico.
En realidad, Kicillof viene en picada, como todos los gobernantes del Frente de Todos. Y, así como Cristina se tira contra los movimientos sociales y los piqueteros y se reúne con Melconian, también Kicillof trata de agarrar unos votos de sectores reaccionarios. Vuelve a culpar a la docencia de la crisis del sistema educativo y la caída del rendimiento estudiantil. Y lo hace aunque la docencia se mató trabajando en pandemia, a pesar de que el gobierno no garantizó ni conectividad ni computadoras para docentes y estudiantes, ampliando la brecha social en el sistema educativo.
Ahora que cientos de miles de estudiantes pierden clases diariamente por falta de gas o por los desastres edilicios, porque Kicillof no invierte el presupuesto necesario, demagógicamente quiere aparecer como “preocupado” por la pérdida de un día de clases que, además, no estaba contabilizado en el cronograma anual. Una hipocresía total.
Para disimular un poco, Kicillof dijo que “los docentes ya van a tener su propio feriado”. Pero todos los trabajadores estatales tienen su feriado específico, y encima este año el 11 de septiembre es domingo.
La bronca por este nuevo ataque a los trabajadores de la educación no se hizo esperar. Los auxiliares de educación, nucleados en ATE, impusieron a la conducción kirchnerista un paro provincial en repudio y exigiendo que se respete el feriado.
Frente a esta gran iniciativa de los auxiliares, con nuestra agrupación Docentes en Marcha salimos a exigir la anulación del decreto inconstitucional de Kicillof y a reclamar que Suteba y FUDB se unieran al paro con ATE. ¡Una verdadera vergüenza fue que la burocracia de Baradel no dijo nada frente a este atropello hasta el día de hoy! Por eso nosotros impulsamos que la docencia hiciera asambleas y consultas en las escuelas para sumarse al paro, autoconvocándonos, por fuera de Suteba y la burocracia. ¡Y el paro fue un éxito enorme! Centenares de escuelas tuvieron que cerrar por el paro de auxiliares y de docentes, mostrando la importancia de la unidad en la lucha. Unidad que Suteba y el FUDB quisieron impedir, para apoyar a Kicillof.
Hacemos un llamado a la reflexión a las demás agrupaciones docentes que integran la Multicolor. Fundamentalmente al PO, pero también a la Verde y demás agrupaciones que están en la conducción de Suteba Tigre, Marcos Paz y Bahía: de manera increíble se negaron a llamar a parar junto a los auxiliares. ¡Y dieron los mismos argumentos que la burocracia, sobre la “ilegalidad” del paro! En vez de apoyarse en la voluntad de lucha en amplios sectores docentes, trabajaron para desmovilizar. El brutal pacto de la burocracia sindical con el gobierno está llevando a desbordes y autoconvocatorias para luchar, como lo muestran en San Juan, La Rioja o este propio paro bonaerense. Debemos apoyarlas e impulsarlas con fuerza. Ese es el camino para seguir la pelea por todos nuestros reclamos. Ese es el rol que debemos tener desde la Multicolor docente.