Escribe Guillermo Sánchez Porta, dirigente de Docentes en Marcha e Izquierda Socialista
Como parte de su brutal ajuste, Milei decidió retener los fondos para educación que Nación tiene que enviar a las provincias. De esta manera, la docencia podría no tener aumentos y vería rebajados sus salarios. Los recortes también son de fondos para conectividad, programas educativos, comedores e infraestructura escolar. La Ctera llamaría a parar el 26 de febrero y varias provincias van a conflictos. Es necesario un plan de lucha y una movilización nacional y el apoyo de todos los trabajadores a la docencia en defensa de la educación pública.
El gobierno de Milei está obsesionado en profundizar el ajuste a la educación pública y a la docencia que desde los años ‘90 con Menem y la provincialización educativa se viene aplicando sin pausa (ver "Hay que renacionalizar el sistema educativo"). Ahora el gobierno decidió no convocar a paritaria nacional y no enviar los fondos a las provincias para “ayuda” a salarios, comedores escolares, infraestructura y programas educativos.
Los salarios docentes son literalmente miserables. La canasta de pobreza está en $595.000, mientras un docente que se inicia percibe menos de $300.000. Monto de miseria en el cual están incluidos los $28.000 por docente que el gobierno nacional envía por el FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y donde en varias de ellas se cobra el “Fondo de Compensación Salarial”, un extra para las provincias que no pagan siquiera el mínimo. Además, se han cortado recursos por “conectividad”, algunos programas educativos externos y aportes para comedores e infraestructura. Con este nuevo ataque, en varias provincias se podría llegar a rebajar salarios y jubilaciones. ¿Vamos a permitir que el gobierno condene a la extrema pobreza a la docencia argentina? ¿Qué se siga recortando el presupuesto para pagar la deuda externa y financiar a la educación privada?
El gobierno también profundiza el ataque a los derechos laborales docentes. Ya se quiere implementar en varias provincias (Mendoza, CABA, Córdoba, entre otras) un premio al “presentismo”, con el que se podrá descontar hasta el 10% del salario al docente que falte, aunque sea por enfermedad. Así ataca al derecho constitucional de huelga, los derechos laborales y la salud docente. Lo mismo cuando hipócritamente amenaza con declarar a la docencia como “servicio esencial” ¿Es para garantizar fondos para nombrar todo el personal docente y auxiliar que hace falta? ¿Para salarios dignos, infraestructura escolar, computadoras, tecnología, libros y útiles gratuitos y poder garantizar el estudio cotidiano? No. Sólo es para tratar de quitarle a los trabajadores de la educación el derecho a reclamar, el derecho de huelga, disponiendo que se garantice el 75% del servicio. Algo insólito, por antisindical y antieducativo. A todas las falencias del sistema educativo, aunque se hable de “servicio esencial”, Milei no las quiere resolver sino agravar.
Ahora la docencia debe trabajar doble y hasta triple jornada en las escuelas para tratar de llegar a un salario que supere la pobreza, más las horas de trabajo en la casa para planificar y corregir, además debe ir enferma a la escuela si no quiere ser “castigada” por descuentos salariales. A esto se agrega la estafa con las cajas de las obras sociales por parte del gobierno, que recauda los aportes, los utiliza en otros gastos como si fueran parte de su presupuesto y no paga a los prestadores ni a las farmacias. Así la docencia pierde coberturas médicas y farmacéuticas, ante el vaciamiento de las obras sociales.
Son las familias de la escuela pública las que más sufren la pobreza. El 60% son pobres, el 15% son indigentes. La canasta escolar subió casi un 250% (está cerca de $200 mil) y el gobierno otorgaría sólo $70 mil por única vez. Mientras Milei mantiene millonarios subsidios a las escuelas privadas y religiosas, y encima quiere implementar un fondo para subsidiar a las familias para que paguen las cuotas de las privadas.
Este es el modelo educativo y económico de Milei y los libertarios ultraderechistas. No podemos permitir que pase. Quieren poner a las familias contra la lucha docente. No hay que dejarse engañar. Hay que defender que la docencia de las escuelas públicas tenga salarios dignos y derechos laborales, que las escuelas estén en condiciones, que el gobierno nacional invierta todos los fondos necesarios. Es la única manera de defender el derecho de las infancias de acceder a una educación pública, gratuita y de calidad. ¡Todo el apoyo a la lucha docente en el país!