Escribe José Castillo
¿Cual es el principal objetivo del plan “motosierra” y “licuadora” de Milei? Nunca nos cansamos de repetirlo: garantizar los pagos de deuda externa y cumplir con las exigencias del FMI.
El gobierno se jacta del super-ajuste realizado en enero. Veamos los números. El gasto primario (esto antes, antes de contar los pagos de deuda) se redujo un 39,4% interanual. El mayor recorte fue sobre jubilaciones y pensiones. Luego le siguieron la baja de subsidios que redundaron en los tarifazos, salarios públicos y planes sociales pulverizados y un virtual congelamiento en transferencias a las provincias (que terminaron pagando los docentes, con la caída del Fonid). Pero mientras todo esto caía el pago de intereses de la deuda se incrementó en un 26%. Conclusión: hambre para el pueblo trabajador y más plata (que evidentemente “hay”) para los buitres acreedores y el FMI.
En este marco se dio la visita relámpago el 21 y 22 de febrero último, de la Primera Subdirectora Gerente del FMI, Gita Gopinath. Aplaudió el ajuste, mientras cínicamente afirmaba que “hay que sostener a los sectores más vulnerables”. Lo que entre líneas estaba expresando Gopinath es la duda del propio Fondo (como la de muchos grandes empresarios y asesores del establishment) de si Milei es capaz de hacer pasar semejante ajuste. Por eso insistía en recomendarle al gobierno que buscara más “sustentabilidad política”, léase que tratase de conseguir aliados en la oposición patronal. Claro que, al mismo tiempo, ante el pedido del gobierno, aclaró que por ahora no habría un dólar más para la Argentina y que el gobierno tenía que limitarse a cumplir religiosamente con los vencimientos que se van dando.
Unos días después, Luis “Toto” Caputo, en la reunión de ministros de Economía del G20 que se realizó en Brasil, se juntó con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva. Ahí se repitió la escena: felicitaciones por llevar adelante un ajuste más duro aún que el exigido por el organismo, dudas sobre “si es sustentable política y socialmente” (traducido: si no estalla todo producto de la protesta popular) y negativas a soltar un sólo peso más.
No hay que confundirse. El plan de Milei no consiste en “sacrificarse hoy para salir de la crisis mañana”. Es, repetido y aumentado (muy aumentado) el saqueo de seguir pagando una deuda ilegal, ilegítima, inmoral e impagable, bajo la atenta mirada de quien “hace de policía” y exige el ajuste para este fin: el Fondo Monetario Internacional.