Escribe José Castillo
El presidente ultraderechista Javier Milei hizo cambiar la histórica posición argentina sobre Palestina. Ahora nuestro país votó en la ONU en contra del derecho palestino a tener su propio Estado, en un alineamiento completo con la posición del imperialismo yanqui y el Estado de Israel.
Escandalosa. Vergonzosa. No cabe otro adjetivo para la posición internacional que asumió la delegación argentina en la Asamblea General de Emergencia de las Naciones Unidas del viernes 10 de mayo. En dicha reunión se aprobó por 143 votos a favor, 9 en contra y 25 abstenciones incorporar al Estado Palestino como miembro pleno. Nuestro país se encuentra entre los 9 que votaron en contra, junto con el propio Estado de Israel, los Estados Unidos, República Checa, Hungría, Palau, Papúa, Nauru y Micronesia.
El genocidio que está llevando adelante el sionismo en Gaza acrecienta como nunca su aislamiento político. De hecho, la mitad de los países europeos votó a favor de la incorporación de Palestina (Francia, España, Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Polonia, Grecia, Eslovaquia, Estonia, Serbia, Bosnia y Noruega) y la otra mitad se abstuvo (Alemania, Austria, Italia, Suecia, Finlandia, Letonia, Lituania, Suiza, Croacia, Rumania, Bulgaria y Macedonia).
En Latinoamérica, la vergonzosa posición argentina quedó absolutamente aislada: todos los países votaron a favor, con la sola abstención de Paraguay.
Por supuesto que sabemos que las Naciones Unidas es un organismo cuyas declaraciones son puramente formales, ya que el poder de decisión está en su Consejo de Seguridad, donde países imperialistas como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China tienen poder de veto. En este caso basta la oposición de Estados Unidos (único país de dicho Consejo que votó en contra) para que no se haga efectivo el ingreso de Palestina como miembro pleno a la ONU. Es algo similar a lo que nos viene sucediendo a la Argentina con Malvinas: la Asamblea General ha votado innumerables veces nuestra posición de soberanía, pero basta el veto británico para que no se avance un paso en ese sentido.
Pero nuestra total falta de confianza en ese organismo controlado por el imperialismo no puede hacernos dejar de denunciar la escandalosa posición a que fue llevado nuestro país de la mano de Milei. Históricamente, con distintos gobiernos, la Argentina acompañó en todos los foros, así sea formalmente, el reclamo diplomático palestino. Ahora el gobierno de La Libertad Avanza cambió la posición y nos llevó a una postura tan escandalosa que ni siquiera las otras potencias imperialistas se animan a votar el alineamiento absoluto con Israel. Quedamos votando junto al Estado sionista en el mismo momento en que el mundo repudia y denuncia la masacre que se sigue cometiendo en Gaza. Votando solos, junto con el propio Israel y Estados Unidos, dos países europeos con gobiernos de ultraderecha (Checa y Hungría) y cuatro islas del Pacífico con una independencia menos que formal y alineadas títeremente con los yanquis.
El alineamiento “incondicional” de Milei
Lamentablemente, este cambio de posición de nuestro país no resultó una sorpresa. Era la consecuencia natural de lo que viene diciendo (y haciendo) Milei desde que asumió el gobierno, un alineamiento incondicional, absoluto, total con Estados Unidos e Israel. De hecho, el presidente ultraderechista “cumplió” su promesa de visitar Israel apenas asumió, reuniéndose con el carnicero Netanyahu. El otro país visitado repetidamente por Milei fue justamente los Estados Unidos (aunque el imperialismo yanqui aquí le hizo sentir a Milei su lugar de subordinado colonial, recibiéndolo siempre con funcionarios de segunda línea). Milei afirmó que su disciplinamiento era al Estado yanqui, independientemente de su gobierno, lo que no impidió que, a la vez, expresara dentro de la política yanqui su preferencia por el ala de ultraderecha de Trump y participe de una de sus reuniones. Claro que ni siquiera entonces logró su ansiada reunión privada con el ex presidente y actual candidato republicano: apenas consiguió una foto de ocasión, casi “robada” en un pasillo.
En momentos en que crece el repudio mundial a los crímenes del sionismo y en que el carnicero Netanyahu insiste con seguir adelante con la masacre y la limpieza étnica en Gaza. Cuando decenas de miles de jóvenes se manifiestan en las más importantes universidades norteamericanas, solidarizándose con la causa palestina en un movimiento que ya se parece al que hubo en la década del ‘60 contra la guerra de Vietnam. En que este movimiento se extiende a Canadá y a varias universidades europeas. En medio de todo esto, Milei convierte a nuestro país en uno de los poquísimos que todavía se anima a defender abiertamente las políticas actuales del gobierno sionista.
Frente a esto no nos queda más que decir “¡No en nuestro nombre!” Y seguir manifestando nuestra más absoluta solidaridad con la lucha del pueblo palestino, sumándonos al clamor mundial y exigiendo la ruptura de relaciones con el Estado genocida de Israel.