Escribe Mercedes Trimarchi, diputada en CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
“Acá debería estar Cata” dice el cartel que cuelga sobre una silla vacía dentro de un aula en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) de la Universidad Nacional de Córdoba. Lo escribieron las amigas y compañeras de cursada de Catalina Gutierrez, la influencer de veintiún años que fue asesinada el pasado 18 de julio por Néstor Soto en Córdoba, quien confesó que la mató porque era “el amor de su vida”. Hasta el momento, es el único detenido e imputado por el delito de “homicidio agravado por alevosía calificado por haber mediado violencia de género”.
La cifra de femicidios en el primer semestre del año según la Defensoría del Pueblo de la Nación es de 147. Es decir que, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2024, se registró un femicidio cada veintinueve horas. En el mismo periodo, el gobierno ultraderechista de Milei que niega la brecha salarial prohibió la perspectiva de género en la Administración Pública, cerró el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad reduciéndolo a una subsecretaría primero dentro de Capital Humano y luego, despidió a sus trabajadoras y trabajadores, desmanteló la línea 144 de atención telefónica a las víctimas de violencia de género.
La lucha por Ni Una Menos en la era Milei
El desmantelamiento de las políticas de acompañamiento en situaciones de violencia de género llevadas adelante por el Gobierno nacional, no sólo aumenta el riesgo para mujeres y disidencias sino que tiene un claro objetivo: decir que la violencia de género “no existe”. Así lo expresó el propio vocero presidencial, Manuel Adorni, hace dos meses cuando le consultaron por el triple lesbicidio de Barracas. “Es muy injusto sólo hablar de este episodio cuando la violencia es más abarcativa que simplemente una cuestión contra un determinado colectivo y hay muchas mujeres y hombres que lo sufren y no puede seguir pasando”. Negar las especificidades de los crímenes por razones de género es atacar directamente al movimiento feminista que con la movilizacion logró poner en agenda la problemática social de la violencia de género con grito colectivo: Ni Una Menos.
Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad, no sólo decimos que la violencia de género existe, sino que es constitutiva del propio sistema capitalista y patriarcal. Por eso somos feministas socialistas. Mientras exigimos a los gobiernos políticas públicas con presupuesto para combatir y erradicar la violencia de género, peleamos por una sociedad distinta a la actual, que sea socialista y en la que no haya lugar para la opresión ni para la explotación.