Escribe José Castillo
“La motosierra hasta ahora cortó en vertical. Ahora va a ir hasta las vísceras”. Esta fue la expresión del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ante los empresarios en el coloquio de IDEA. El poder económico concentrado, las grandes patronales, por supuesto que aplaudieron a rabiar. Los pulpos acreedores de fiesta y el FMI también felicitan al gobierno.
El gobierno ultraderechista de Javier Milei no para en sus ataques al pueblo trabajador. Venimos de los vetos a la Ley Jubilatoria y al Financiamiento Universitario. Más atrás, de la reglamentación de la ley Bases, con un fortísimo avance en la flexibilización laboral. Antes, tuvimos el cierre de organismos y las decenas de miles de despidos en el Estado. Y, desde el primer día de este gobierno, una pulverización absoluta de salarios y jubilaciones, provocando una recesión histórica. Todo con el clarísimo y declarado objetivo de darle prioridad absoluta a los pagos de deuda externa. Pero Milei va por más.
De la mano de su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, lanzan una batería de nuevas medidas, en lo que llaman la “deep” (más profunda) motosierra.
Anuncian la privatización de Aerolíneas Argentinas (y ya han obtenido dictamen favorable, con la vergonzosa complicidad del PRO y de radicales y peronistas “amigos”). También del ferrocarril Belgrano Cargas (y tiene en agenda a todos los ramales de pasajeros). Disuelven la AFIP, para así montar una agencia recaudadora de impuestos y de control aduanera más amigable para sus socios empresarios, mientras plantean echar a alrededor de 5.000 trabajadoras y trabajadores, además de bajarles el sueldo a la mitad al resto. Cierran la Casa de Moneda, por lo que ahora los nuevos billetes deberán ser todos importados, con otros miles de despidos implicados. Hay amenazas de poner en revisión 180.000 contratos en el Estado y tomarle examen a todos los empleados públicos y, “si no los aprueban”, despedirlos. Sigue el ataque sin precedentes contra la universidad pública. El gobierno sigue planteando recortes a la salud, con privilegios a favor de las prepagas y las grandes empresas del sector, mientras se les recorta el acceso a los medicamentos al pueblo trabajador, las y los jubilados.
El presupuesto 2025 y “la fiesta de los mercados”
Ya hace un mes que el gobierno presentó ante el Congreso el proyecto de presupuesto 2025, que plantea un ajuste mayor aún al implementado este año. Con una regla sangrienta, ya que todas las partidas son ferozmente achicadas: Educación y Cultura (-44% respecto a 2023), Ciencia y Tecnología (-32% respecto a 2023), Promoción y Asistencia Social (-61% respecto a 2023), Ambiente (-30% respecto a 2023). Y, a la vez, además aparecen subordinadas a que, primero, se obtenga superávit para pagar los vencimientos de deuda externa (que recordemos llegarán el año que viene a 27.000 millones de dólares). Milei plantea que se recortará absolutamente todo con tal de alcanzar ese objetivo. Sólo para pago de intereses de la deuda (sin contar capital) se destina el 9% de todo el presupuesto nacional 2025, lo que implica 2,6 veces más que para todas las universidades nacionales juntas y un 40% más que todo el presupuesto de salud.
Los pulpos especuladores, nacionales y extranjeros, están eufóricos de que el gobierno vaya logrando hacer pasar su ajuste. Por eso hacen subir los bonos de la deuda, las cotizaciones de las acciones, bajan especulativamente las cotizaciones de los dólares financieros y hasta el J.P. Morgan, una de los pulpos especuladores más importantes del mundo, reduce la calificación del “riesgo país”. Todos datos a favor de la bicicleta financiera y los buitres acredores. Los directivos del FMI también acaban de felicitar al gobierno argentino. No nos equivoquemos, la economía “real” sigue para abajo, y este año terminaremos con una recesión récord de cerca de -4%. Y continúa creciendo el desempleo, la pobreza y la indigencia. Pero la “deep” motosierra deja ganadores y perdedores. Y entre los primeros están los usureros, que se aseguran todos y cada uno de los vencimientos de deuda, y también las grandes empresas locales, que vienen aumentado en forma millonaria sus ganancias.
Además, siguen los ofrecimientos para saquear nuestras riquezas, vía el RIGI. Y está en curso un blanqueo escandaloso, donde cualquier millonario que haya fugado o evadido impuestos hoy es “perdonado” y ni siquiera son obligados a traer los dólares de vuelta.
¿Cómo enfrentar lo que se viene?
Milei le ha declarado una guerra en toda la línea al pueblo trabajador. Esta es la esencia de su política ultraderechista. Un ajuste permanente y cada vez más profundo, quitando todas y cada una de las conquistas históricas ganadas en décadas de luchas. La única salida es salir a enfrentarlo. Como ya lo están haciendo miles, en todas y cada una de las peleas, las que han vuelto a crecer a partir de la gigantesca rebelión estudiantil. Por eso hoy, más que nunca, se impone denunciar a la CGT por su tregua, exigirle que la rompa y que llame a un paro general y un plan de lucha. A la vez que postulamos que, frente a la motosierra (la anterior y ahora, la “deep”) hay un programa diferente, opuesto por el vértice al de Milei, que pasa por dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI, ponerle fuertes impuestos a las grandes empresas, nacionalizar la banca y el comercio exterior y reestatizar las privatizadas. Para, con todos esos recursos, priorizar las más urgentes necesidades populares de salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, salud, educación y vivienda.