Durante el III Evento Internacional León Trotsky, en el panel “Los trotskismos en los procesos de crisis y disolución de los Estados obreros” se desarrolló el debate sobre el significado de la caída del muro de Berlín y sobre qué pasó en los países donde se había expropiado a la burguesía. Nuestra dirigenta Mercedes Petit llevó la posición de Izquierda Socialista y la UIT-CI, que siempre polemizó con los voceros del imperialismo que proclamaron el triunfo definitivo del capitalismo y el fracaso del “socialismo”, y también con los burócratas estalinistas derrotados que hablaron de “exceso de estatismo” y la mayoría de la izquierda mundial que anunció “la noche negra”. En el panel quedaron expuestos también los debates que aún recorren al trotskismo. El PO afirmó insólitamente que aún no culminó el proceso de restauración capitalista en Rusia y China. Nuevo MAS reflotó la remanida idea de que en aquellos países no existían estados obreros.
Sobre los procesos que provocaron la caída de las dictaduras estalinistas, cuyo símbolo fue la caída del muro de Berlín, Petit señaló que “la UIT-CI definió que aquellas movilizaciones antiburocráticas, revolucionarias, obreras y populares, que conquistaron libertades, fueron grandes triunfos democráticos”. Pero también marcó sus contradicciones “porque esas revoluciones antiburocráticas triunfantes, lograron derrotar y expulsar del poder a aquellas dictaduras, pero no retomaron el camino hacia la transición al socialismo mundial, iniciado en 1917 en Rusia”.
La ausencia de direcciones revolucionarias explica estos triunfos con un alto costo. Ya en las décadas de 1970 y 1980 las burocracias china y soviética habían comenzado a tomar medidas restauracionistas, que los procesos revolucionarios no frenaron. Desaparecieron aquellas economías transitorias al socialismo que, “aunque dominadas por la burocracia, gracias a la expropiación y la planificación estatal de la economía, habían logrado un progreso en las condiciones de vida de sus pueblos”. León Trotsky había advertido sobre el carácter restauracionista de la burocracia. Una posición defendida por el dirigente Nahuel Moreno contra Ernest Mandel, quien con su idea del “carácter dual” de la burocracia negaba las medidas pro capitalistas y capitulaba al estalinismo, alimentando la crisis del trotskismo.
La caída de las dictaduras estalinistas expuso el fracaso de su falsa teoría del “socialismo en un sólo país”. Sin embargo, ante la ausencia de direcciones revolucionarias, el rechazo al falso ‘socialismo’ estalinista abrió paso a crecientes ilusiones en el capitalismo y al escepticismo en la revolución socialista, creando mayor confusión en las masas.
Finalmente Petit respondió a la pregunta: “¿sigue vigente la lucha por un verdadero socialismo en cada país y el mundo? Sí, y es más necesaria que nunca ante la catástrofe capitalista.” Y agregó que “el retorno del capitalismo en aquel tercio del mundo ratifica los ejes del programa revolucionario, por un socialismo mundial verdadero y con democracia. [...] Como lo dijo (Trotsky) en el Programa de Transición, la clave es el factor subjetivo. La clave de la crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria. […] Por eso nuestra principal tarea sigue siendo, al calor de las luchas que se dan en todos los países, la construcción de partidos trotskistas que disputen para dirigir esas luchas, y la reconstrucción de la Cuarta Internacional”.[1]
1. Ver intervención de Mercedes Petit “La caída del muro de Berlín…”