Escribe Mariano Barba
Terminada la interna del Partido Justicialista que coronó a Cristina Kirchner como su nueva presidenta, se abre una nueva instancia dentro del peronismo. ¿La ex presidenta aportará algo nuevo o será más de lo mismo?
Tras la trunca interna del PJ, la junta electoral partidaria anunció como ganadora a la lista “Primero la Patria”. Cristina había quedado como única candidata luego que la jueza federal María Servini rechazara la impugnación presentada por la lista del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. En la nueva conducción del partido se rodeó de viejos conocidos, como José Mayans (encabeza el bloque de senadores nacionales del PJ), Lucía Corpacci (senadora catamarqueña); Germán Martínez (presidente del bloque de diputados nacionales) y Ricardo Pignanelli (secretario general del Smata).
Después de la interna, Raquel “Kelly” Olmos, ex funcionaria de Cristina en el 2009 y de Alberto en el 2022, refiriéndose a la nueva conducción de Cristina, afirmó que es “necesario que el peronismo abra canales de diálogo interno y construir los consensos necesarios para fortalecer la presencia política del espacio”. Y apoyando el liderazgo de Cristina Kirchner, expresó: “Los dos presidentes de bloque formarán parte de las vicepresidencias que acompañarán a Cristina. Está claro que, en esta etapa, los dos brazos fundamentales del accionar político están en el Congreso”. Esta declaración muestra que ese es el principal pilar de la actual política de Cristina. El otro pilar lo expresó la propia Cristina en una reunión en Lomas de Zamora el último viernes, cuando criticó a Milei diciendo “es un idiota que está contento que ganó Trump, que aprenda de Trump, que es nacionalista, que quiere que las industrias de su país tengan mejores salarios”. Esta lectura de Cristina le sirve para ir posicionando al peronismo como opositor patronal del gobierno de cara a las elecciones del 2025, pero al mismo tiempo hace una observación que siempre subyace en sus reflexiones, de que en el fondo el ultraderechista de Trump es progresivo, ya que sería “nacionalista”.
Criticar a Milei y apostar a su desgaste electoral por medio de la tribuna discursiva del Congreso es, claramente, la política de Cristina, apostando al 2025 y más a fondo al 2027. Pero el ajuste, el hambre, los despidos, el cierre de organismos, los intentos de privatizaciones, son ahora. Y no hay ninguna estrategia para enfrentarlo: no aparece por ningún lado el apoyo del peronismo a las luchas y los reclamos La política de Cristina al frente del PJ deja de lado las luchas sociales y reivindicativas de trabajadoras y trabajadores, de desocupados, de la mujer y de la universidad. Centra todo en presionar a Milei en el Congreso para que “mejore” el presupuesto, cuando se sabe que este es inarreglable y, más aún, que el gobierno hasta está dispuesto a dejarlo caer y seguir ajustando por decreto. Una parte importante de esta política peronista de apostar al desgaste y a las elecciones se da con la CGT, que continúa en su larga tregua con el gobierno. Justamente unos de sus principales burócratas, Ricardo Pignanelli del Smata, es uno de los principales miembros de la conducción cristinista del PJ.
Sigue todo igual
Sin duda, sectores populares ven con simpatía la asunción de Cristina. Se tienen que preguntar: ¿cambiará el rumbo del peronismo en relación a lo que ya conocimos de sus últimos gobiernos? Podemos afirmar que no, porque en cada una de sus “conferencias magistrales” la ex presidenta promueve la necesidad de hacer la reforma laboral, confirma que se debe seguir pagando la fraudulenta, ilegal e ilegítima deuda externa (como lo hizo cuando fue gobierno), que hay que reformar la educación pública e impulsar la especulación del dólar como moneda alternativa.
La asunción de Cristina no da ninguna respuesta a la crisis del peronismo, expresada en su última manifestación por la derrota electoral del 2023 luego del desastroso gobierno de Alberto, Cristina y Massa que bajaron los salarios con una inflación galopante, le pagaron al FMI la estafa de Macri y terminaron acrecentando la pobreza.
A las compañeras y compañeros que se preguntan si con Cristina algo cambiará en el peronismo, le decimos que, lamentablemente, esto no sucederá. Lo tenemos que decir con todas las letras: el peronismo no es salida para el pueblo trabajador. La alternativa es el Frente de Izquierda Unidad, que postula un plan económico obrero y popular de emergencia, opuesto a la motosierra de Milei y al que aplican los gobernadores. Y opuesto también al proyecto del peronismo. Un plan que empiece con el no pago de la deuda al FMI y a los buitres acreedores, terminar con los despidos, recuperar las empresas privatizadas y que la explotación de las riquezas queden en el país y no en los grandes empresarios, las multinacionales y bancos; y con esa plata combatir los males sociales y dar un aumento salarial de emergencia a ocupados y jubilados.