Escribe Pili Barbas, dirigenta de la Juventud de Izquierda Socialista (JIS)
El boleto educativo es un derecho fundamental para garantizar el acceso a la educación pública. Ha sido una de las reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil, e incluso una bandera levantada por estudiantes secundarios durante la dictadura militar. Gracias a una lucha extensa, varias provincias lograron su implementación. Sin embargo, gobierno tras gobierno intentan recortarlo, ya sea con tarifas más bajas de lo necesario o con restricciones en la cantidad de viajes permitidos.
Un boleto educativo nacional, que incluya a estudiantes, docentes y no docentes de todos los niveles educativos, fue una de las principales demandas en la lucha de 2024, expresada en las dos históricas marchas federales y en las tomas de universidades.
En la Ciudad de Buenos Aires, esta lucha consiguió un triunfo. Logramos que la Legislatura porteña aprobara la inclusión del boleto para estudiantes de universidades nacionales con sede en la Ciudad, como la UBA, la UNA y la UTN. Este avance histórico, que le arrancamos a Jorge Macri, representó un gran logro, aunque no estuvo exento de limitaciones. Denunciamos que el beneficio sólo alcanzaría a estudiantes universitarios con domicilio en CABA, dejando afuera a miles de estudiantes que viajan todos los días para poder estudiar.
Además, el boleto deja afuera a las y los trabajadores de las universidades, quienes son los más afectados por el recorte salarial. Para colmo, a pesar de que la mayoría de las universidades ya comenzaron las clases, el boleto aún no se puede utilizar porque no hay inscripciones abiertas.
Sin duda, esto refleja las prioridades del PRO, aliado de La Libertad Avanza, que no ha destinado ningún presupuesto real para garantizar el acceso a la educación pública y gratuita. La pelea por la implementación efectiva del boleto y su ampliación es una lucha que debemos seguir profundizando. En la Ciudad con más presupuesto del país es inadmisible que este derecho aún no esté garantizado.
Seguiremos dando la pelea en nuestros lugares de estudio e impulsando la lucha por el boleto educativo nacional. Exigimos a los centros de estudiantes burocráticos que convoquen asambleas y seguimos insistiendo en la necesidad de organizar la Tercera Marcha Federal para exigir presupuesto. Dentro de la Legislatura, continuaremos impulsando esta perspectiva desde nuestras bancas del Frente de Izquierda Unidad, la única bancada independiente que está verdaderamente al servicio de esta lucha.