Escribe Mariano Barba
En las próximas elecciones de provincia de Buenos Aires, el peronismo, bajo el sello de Fuerza Patria, se presenta como los que “pueden parar a Milei”.
El gobernador Axel Kicillof vende que tiene “alambrada” la provincia frente a la motosierra y el plan de ajuste nacional. Pero la realidad es que aplica su propio ajuste provincial, como pueden dar fe los docentes con sus salarios, o las y los trabajadores de la salud con el estado de los hospitales. Las listas de Fuerza Patria están llenas de candidatos locales “testimoniales” en particular respondiendo a los viejos y repudiados “barones del conurbano”. El caso más escandaloso es el de Fernando Espinoza, intendente de la Matanza, que se presenta como primer candidato a concejal en ese distrito, pese a estar denunciado por abuso sexual.
Los candidatos de las distintas secciones, acordados con forcep entre Cristina Fernández, Kicillof y Sergio Massa, no ofrecen nada nuevo. Son el peronismo de siempre, el que gobernó y fracasó hace apenas dos años a nivel nacional, pero también el que gobierna la provincia y, en muchos casos, municipios desde hace décadas, sin resolver ninguna de las más acuciantes necesidades populares.
El peronismo no es solución
A pesar de esta dispersión del peronismo se postula como opción patronal a Javier Milei. ¿Es una verdadera alternativa? Si vemos la historia de los últimos años, el peronismo con el pésimo gobierno de Alberto Fernández donde creció la inflación, la pobreza extrema y la deuda con el FMI, fue el principal responsable que jóvenes, trabajadores y sectores populares votaran, equivocadamente, a Milei. Y en estos veinte meses de gobierno de ultraderecha, diputados y senadores del peronismo ayudaron a que salieran leyes fundamentales como la ley Bases, que no se anularan los DNU como el 70/2023, y que se sostuvieron los vetos del Ejecutivo. También los gobernadores peronistas son buenos alumnos de Milei en sus provincias aplicando el ajuste con el argumento que Milei los ahoga. Y para coronar el rol del peronismo, miremos el papel nefasto de la CGT que se lo pasa más en casa de gobierno pactando con Milei que en los conflictos y en los necesarios reclamos de las bases. A diferencia del peronismo, desde la izquierda nos plantamos como la única alternativa para votar, sabiendo que nos ubicamos enfrentando en las calles y en las urnas al ajuste de Milei y los gobernadores.










