Con mucho dolor, tristeza y orgullo revolucionario, desde la Dirección Nacional de Izquierda Socialista, en nombre de todos los compañeros que lo conocieron y compartieron militancia y luchas con él y en particular desde el equipo ferroviario de Norte queremos despedir a nuestro querido compañero Juan Suppa.
Juan falleció este domingo 21 de junio, luego de pelearle como un león durante años al cáncer, como dio pelea toda su vida por los derechos de los trabajadores y el socialismo.
Era de familia obrera y trabajó desde muy joven. Juan ingresó al partido en el año 1973, siendo un joven y combativo estudiante secundario, en las movilizaciones que se dieron de las escuelas técnicas. Se incorporó a la Juventud Socialista de Avanzada (JSA), del glorioso PST (Partido Socialista de los Trabajadores), partido fundado por Nahuel Moreno antecesor de Izquierda Socialista, reuniéndose en el local de la JSA de la calle Donato Álvarez, de Flores.
Durante la dictadura militar Juan militó en la clandestinidad, siendo obrero de la Fiat de Caseros, en la UOM de Tres de Febrero, contra la burocracia de Hugo Curto.
Fue parte de los cuadros dirigentes del Partido cuando fundamos el MAS y de la dirección regional de San Martin en donde, entre otras tareas, atendía el importante trabajo en telefónicos.
Fue parte de la dirección nacional y de la regional Norte, en otro tramo de su militancia, tomando el trabajo político sindical de la metalúrgica Corni y dándole continuidad al fuerte equipo docente del ex distrito de General Sarmiento que, unos años más tarde ganaría la seccional de Suteba, con importantes dirigentes como Isabel Coppa, Laura Havercohn, Isabel Guzmán y las secretarias general y gremial, Amelia Beato y Rita Astacio, que a Juan lo llamaban “el señor Juan”.
En medio de la crisis social de los ´90, quedó desocupado, alternando con trabajos muy precarios. Aceptó el desafío de ir a dirigir la regional La Plata. A mediados del ´99 ingresa al Ferrocarril Mitre, al sector de limpieza y, con toda su experiencia militante, en menos de dos años fue elegido por sus compañeros como delegado.
Fue pilar en la construcción de Izquierda Socialista entre los ferroviarios y en la formación de las listas combativas ferroviarias, Celeste primero y después de la Bordó, junto con los compañeros Jorge Urruchua, Sergio Baena y el Gringo Kempf, luego se sumaron Osvaldo y Gloria del Mitre, y decenas de compañeros y compañeras independientes, etapa que él definía como “los años más felices de su militancia”, ganando tres elecciones consecutivas como Cuerpo de Delegados y Comisión de Reclamos de la línea Mitre y dos veces la Seccional Victoria. Haciendo equipo con los compañeros del Sarmiento, Edgardo, el Pollo, Café, y Quebradora del Belgrano Norte, recuperando derechos laborales entregados por la burocracia de Pedraza con la privatización del PJ. Siempre contando con el respaldo de las bases ferroviarias que sin ellas no hubiese sido posible poner de pie al gremio.
Todas las luchas, paros, movilizaciones, actos, mesas de denuncia o cortes de vía, contaban con su presencia, su voz retumba en el hall de Retiro, en las asambleas de las Seccionales de Victoria, San Martin, Haedo y Boulogne. Siempre atento a las necesidades de los demás, siempre solidario con los demás, ubicándonos, dando su punto de vista y, por sobre todo, acatando las decisiones democráticas de las asambleas, que eran su ambiente natural.
Al finalizar sus mandatos como delegado, volvió a su puesto en limpieza, con el orgullo de siempre, sabiendo que volvía a ocupar un lugar en la base junto al resto de los compañeros en la batalla por los derechos de los trabajadores. Jamás claudicó, jamás se dejó tentar ni por la empresa ni por la burocracia, pese a todas las presiones y de haber contraído su enfermedad.
Su vida fue de una coherencia absoluta, abrazando la causa de la clase trabajadora, sus luchas, triunfos y derrotas, construyendo el partido, en este período Izquierda Socialista, y nuestra organización internacional la UIT-CI, para el triunfo del socialismo, hasta el último de sus días.
Su ida nos deja un gran vacío, es de esos compañeros de la vieja escuela, formados en otra época, es de los imprescindibles. Los que tuvimos la suerte de militar con él lo vamos a tener siempre presente como ejemplo, como bandera.
Queremos expresar nuestras condolencias a su hijo Sebastián y a su hija Laura, a sus nietas y nieto, su dolor es el nuestro también. Juancito querido, ¡Hasta el Socialismo Siempre!