De la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
La campaña de Daniel Ortega por una nueva reelección comenzó en junio, a cinco meses de la votación, con métodos dictatoriales: deteniendo a quienes pueden llegar a ser candidatos opositores. Una decena de opositores han sufrido allanamientos y detenciones arbitrarias, incluyendo cuatro precandidatos presidenciales. Entre las personas detenidas se encuentran dirigentes de Unamos, la formación sandinista disidente (antes Movimiento Renovador Sandinista, MRS), como los ex comandantes guerrilleros Dora María Téllez y Hugo Torres, las dirigentes Ana Margarita Vigil y Suyen Barahona y el ex vicecanciller Víctor Hugo Tinoco. Se les acusa de cargos falsos como el de solicitar intervenciones militares extranjeras. Estas detenciones estuvieron precedidas por la intervención judicial del Partido Restauración Democrática (PRD), bajo el estrafalario argumento de que se había apartado de su doctrina programática religiosa.
Con un apoyo popular que ronda el 20%, Ortega ha decidido cerrar violentamente cualquier posibilidad de una derrota electoral a manos del pueblo nicaragüense, agobiado por la crisis económica, el pésimo manejo gubernamental de la pandemia, la superexplotación, el entreguismo y la represión. Por eso quiere reducir la elección a una farsa como las realizadas por su aliado Maduro en Venezuela en años recientes.
Dora Téllez participó del comando guerrillero que, junto a Edén Pastora, tomó por asalto el Palacio Nacional e hizo rehenes a los legisladores de la dictadura somocista en agosto de 1978, logrando la liberación de varios presos políticos. Luego del triunfo de la revolución fue ministra de Salud.
El martes 2 de junio se inscribió para participar en la elección interna del candidato presidencial del partido Ciudadanos por la Libertad, Cristiana Chamorro, hija de Violeta Barrios de Chamorro y Pedro Joaquín Chamorro. Chamorro es vicepresidenta del diario La Prensa y dirigió la Fundación Violeta Barrios de Chamorro hasta su cierre este año, luego de la promulgación de la ley 1040 que obliga a las ONG que reciben financiamiento extranjero a inscribirse en un registro de agentes extranjeros. Esta ley, junto a otras leyes como la que regula las redes sociales o la Ley 1055, con el pomposo título de “Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz”, son parte del arsenal legal recientemente aprobado para la criminalización de toda disidencia.
El mismo día de su inscripción como precandidata presidencial fue acusada de “falsedad ideológica” y lavado de dinero, entre otros cargos, quedando inhabilitada para ocupar cargos públicos, y al día siguiente fue detenida. El ex embajador del gobierno de Ortega en EEUU, Arturo Cruz, también fue detenido. Una semana después, Juan Sebastián Chamorro, ex viceministro de Hacienda del gobierno de Bolaños, y el ex jefe del Consejo Superior de la Empresa Privada José Adán Aguerri, también fueron detenidos.
En 2019 se emitió una amnistía que redujo el número de presos políticos, de alrededor de 700 a un centenar, pero nunca cesó el hostigamiento y la persecución. Además, con la amnistía el gobierno se otorgó a sí mismo impunidad para los crímenes represivos de 2018. La actual es la más reciente de varias oleadas de detenciones en un proceso que no ha tenido pausa desde la rebelión de 2018.
Daniel Ortega volvió al poder en 2007, de la mano de sectores derechistas y de la Iglesia, junto a los cuales aprobó el Tratado de Libre Comercio con EEUU y a los que complació con la penalización absoluta del aborto, prohibiendo incluso el aborto terapéutico que era legal desde el siglo XIX. Ortega usa una seudo fraseología antiimperialista para sostener una dictadura capitalista. Su vicepresidente entre 2007 y 2012 fue un ex dirigente contra, Jaime Morales Carazo. Hizo grandes negociados corruptos con el dinero de Petrocaribe suministrado por Chávez y Maduro. Ya en 2016 logró su segunda reelección habiendo intervenido al principal partido opositor de ese momento, el Partido Liberal Independiente. En 2018 aplastó a sangre y fuego la rebelión popular, iniciada en las protestas contra la aplicación del ajuste a la seguridad social recetado por el FMI. Sectores empresariales y eclesiásticos conciliaron con el régimen, alimentando el falso diálogo. Esos son parte de los sectores de la oposición burguesa y de derecha que a los que ahora el régimen cierra la vía electoral. Grandes sectores de la juventud, los trabajadores y campesinos tuvieron desconfianza en esos diálogos y percibieron el rol traidor de la oposición burguesa. Precisamente son los sectores populares quienes vienen sufriendo el grueso de la represión posterior a la rebelión.
Hay grandes divisiones en la oposición y no se descarta la posibilidad de que partidos colaboracionistas, de la llamada oposición zancuda, se presten a dar un barniz de legitimidad a la farsa electoral del gobierno. La experiencia confirma que quienes nunca creyeron en el falso diálogo ni en la farsa electoral orteguista tenían razón.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional realizamos en septiembre de 2020 una campaña internacional por la libertad de los presos políticos nicaragüenses. Hoy nuevamente levantamos nuestra voz, como revolucionarios y llamamos a todas las organizaciones que se reclamen de izquierda o democráticas a repudiar la persecución política de la dictadura capitalista, corrupta y entreguista de Ortega y Murillo en contra de toda oposición política.
Reclamamos la libertad de Cristiana Chamorro y demás representantes de la oposición, más allá de que no respaldamos sus posiciones políticas en defensa de intereses patronales y proimperialistas. Consideramos que estos sectores no son salida para el pueblo trabajador nicaragüense. Por lo que es necesario construir una herramienta política del pueblo luchador y derrotar a la dictadura en las calles en un nuevo 1979, un 2018 victorioso.
¡Libertad a Dora María Téllez, Hugo Torres, Cristiana Chamorro y todos los presos políticos nicaragüenses! ¡Plena libertad de asociación política para el pueblo nicaragüense! ¡Por una salida obrera y popular en las calles!
15 de junio de 2021