Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El 5,1% de inflación en mayo significa que los empresarios inescrupulosos como Braun de La Anónima y tantos otros siguen remarcando bajo la completa impunidad del gobierno peronista del Frente de Todos.
Que siga aumentando la carne, la leche, el pan, las verduras y demás artículos de primera necesidad es una barbaridad. Encima el gobierno va a autorizar nuevas subas en los precios cuidados y va a achicar la lista. Precios cuidados que ni están en las góndolas, porque hay desabastecimiento. ¿Hay castigo para los culpables? Claro que no. ¿Dónde quedó la “guerra contra la inflación”? En nada.
¿Quiénes son los remarcadores? Arcor, La Serenísima, Danone, Ledesma, Unilever, Molinos, Mondelez, los hipermercados, frigoríficos y demás capitalistas de la cadena de producción y distribución. Son los que fijan los precios al valor dólar mientras pagan salarios en pesos devaluados. El gobierno no los combate porque también es cómplice de la inflación, cuando aumenta los combustibles de YPF, autoriza las subas en las prepagas o fija nuevas subas en las tarifas. Un proceso inflacionario que licúa los salarios y jubilaciones para recaudar para el FMI.
Hay que imponer precios máximos y a los grandes empresarios que no cumplan se les tiene que incautar la mercadería que acaparan, clausurarles sus establecimientos y hasta meterlos preso como dice la propia Ley de Abastecimiento, que nunca se cumple. Y lo fundamental es exigir a la CGT que rompa el pacto con el gobierno y llame a luchar para que los salarios y jubilaciones alcancen el valor de la canasta familiar, en vez de firmar paritarias a la baja y en cómodas cuotas.