Escribe Fernanda López, dirigente de Unión y Lucha Barrial e integrante de Izquierda Socialista/FIT Unidad
Hace unos días nos enteramos que el gobierno ultraderechista de Milei tiene incautado hace seis meses más de 5 millones kilos de comida en dos depósitos, uno en Villa Martelli en la zona norte del conurbano bonaerense y otro en Tafi Viejo, Tucumán. ¡Es indignante! Mientras la pobreza crece al 55% y 25 millones de argentinos estamos bajo la línea de pobreza, se guardan la comida que le falta a miles de vecinos en los barrios de todo el país.
Esto generó la indignación de millones de trabajadores, incluidos varios que votaron a Milei. El gobierno ultraderechista tuvo que salir a buscar un chivo expiatorio para desviar la atención y por eso denunció a Pablo De la Torre, el segundo de Pettovello en el ministerio de Capital Humano, por contrataciones laborales “truchas” en la secretaria de Niñez que estaba a su cargo. Un hecho entre otros, que demuestra que, con Milei en el poder también hay corrupción.
Este gobierno desprecia a los pobres. Por eso se había encanutado la comida y tenía la decisión de no repartir la mercadería, incluso a riesgo de que el alimento se descomponga. Tal es así que recientemente el juez Casanello dictó un fallo obligando al ministerio de Capital Humano a repartir la mercadería y la ministra Pettovello apeló el fallo.
Supuestamente no repartían la comida porque encontraron “irregularidades”, en 1.000 comedores pero en el país hay 40.000 comedores y merenderos y otros miles no registrados. Si están tan preocupados por los supuestos malos manejos, ¿Por qué no le repartió la mercadería en la enorme mayoría de establecimientos restantes o lo hizo por su cuenta sin los “intermediarios” a los que tanto basurea?
No a la criminalización de las organizaciones sociales. ¡Nadie con hambre!
Las supuestas “denuncias” del gobierno contra las organizaciones sociales, hechas en base a una red de espionaje ilegal, son una pantalla para esconder que su verdadera intención es desligarse paulatinamente de la asistencia alimentaria a los sectores sociales vulnerables y dejarlos librados a su suerte como hace con otros sectores. Mientras le dan beneficios de todo tipo a las patronales, recortan partidas sociales hundiendo al pueblo trabajador en la miseria. Es por eso que se redujo en un 46% el presupuesto para comedores y merenderos y no se reparte la comida. Igual situación sufrimos en la Provincia de Buenos Aires donde el gobernador peronista Kicillof tampoco nos hace entrega de la mercadería.
En este contexto los comedores solo sobreviven con mercadería entregada por algunos municipios, con las donaciones solidarias de vecinos a los que no les sobra nada y con el esfuerzo de miles de compañeros de las organizaciones sociales que militan para poner en pie los comedores. Muchos de ellos son tildados de “vagos” por la prensa adepta a Milei, pero la gran mayoría de ellos trabaja de forma precarizada, porque ninguna familia sobrevive con un plan social de 80 mil pesos. Son estas compañeras y compañeros los que ponen el hombro en su tiempo libre para que los merenderos puedan funcionar.
Lo que busca hacer este gobierno ultraderechista, con la ayuda de sus “periodistas” amigos es demonizar a las organizaciones sociales para debilitar la lucha de los barrios. Buscan lograr por esta vía lo que no pudieron conseguir con su fracasado protocolo “anti piquetes”. Quieren que nadie reclame por comida, por las necesidades sociales que cada vez son más grandes y menos aún por trabajo genuino. Por todo esto atacan al movimiento piquetero combativo criminalizando a sus dirigentes, como lo hacen con el compañero Belliboni y el Polo Obrero, mediante vergonzosos allanamientos entre ellos al local central del Partido Obrero, hecho que repudiamos como un acto de persecución política.
Llamamos al conjunto de las organizaciones sociales a seguir en pie de lucha contra el plan motosierra hambreador del ultra derechista de Milei como así también a organizarnos para reclamarle a Kicillof en Buenos Aires que se retome la entrega de alimentos de inmediato.
No puede ser que un país que produce alimentos para 400 millones de personas haya gente que no coma. Exigimos que se incrementen las partidas de comedores y merenderos para que ningún compañero o compañera pase hambre y trabajo genuino. Plata para comida, salud, educación vivienda, no para el FMI, los usureros internacionales y los empresarios amigos del presidente, que disfrutan de subsidios millonarios otorgados por este gobierno y los anteriores mientras los sectores más vulnerables pasan hambre.