Escribe Sedat Duret, dirigente de IDP sección turca de la UIT-CI
03/09/2024. La operación de invasión total de Rusia a Ucrania ha superado ya los dos años. Además de toda la destrucción, esta expansión imperialista, que persigue intereses imperialistas, ha provocado también el fortalecimiento del poder militar de la OTAN, el brazo armado del imperialismo estadounidense y europeo.
Durante la primavera pasada, existía la expectativa de que las fuerzas ucranianas, con el apoyo masivo de armamento que recibieron, lograran hacer retroceder a los rusos en el frente oriental. Sin embargo, los rusos lograron mantenerse en los territorios ocupados, a pesar de las grandes pérdidas sufridas por los mercenarios.
Mientras la expansión rusa no podía ser contenida en el frente oriental, Ucrania introdujo un cambio repentino en su estrategia de guerra, que hasta ahora había estado enfocada principalmente en el este, y el 6 de agosto lanzó un ataque en la región de Kursk, en Rusia. De manera inesperada, Ucrania tomó el control de aproximadamente 1.500 kilómetros cuadrados en poco tiempo. Actualmente, casi un centenar de localidades están bajo control ucraniano, y cientos de soldados rusos han sido capturados. El total de territorio que Ucrania ha logrado capturar en Kursk en un corto período es mayor en extensión que el territorio ucraniano que Rusia ha ocupado en el último año. Además, el avance ruso se había logrado a costa de pérdidas humanas contadas en cientos de miles.
Putin intentó cubrir la incapacidad militar mostrada frente al inesperado desembarco de Kursk lanzando uno de los ataques con misiles más amplios desde el inicio de la invasión a Ucrania: se llevaron a cabo ataques aéreos que afectaron a más de la mitad de Ucrania, incluidas las regiones de Kiev, Lviv, Járkov y Odesa, lo que dio la impresión de que Rusia estaba atacando con todo lo que tenía. Los ataques causaron cortes de energía y también víctimas civiles. Mientras los funcionarios rusos afirmaban que se iniciaría una contraofensiva en Kursk, veremos con el tiempo si habrá cambios en la planificación militar de las fuerzas de ocupación en el este de Ucrania y cuáles serán los efectos de este ataque en la política interna rusa y en la lucha de clases.
Por supuesto, no consideramos aceptable que ningún pueblo esté bajo ocupación militar, pero mientras no olvidamos que la responsabilidad primaria del ataque ucraniano en Kursk recae en la expansión rusa, también debemos recordar la hipocresía del apoyo imperialista que Ucrania está recibiendo. El imperialismo estadounidense ha obtenido una gran victoria en este proceso y no quiere enfrentarse a una Ucrania demasiado confiada y una Rusia completamente derrotada. Al final de este proceso, el objetivo fundamental del imperialismo estadounidense es mantener a su lado una Rusia lo más debilitada posible y una Ucrania cuya dependencia del imperialismo haya aumentado.
Se puede decir que es una novedad que las fuerzas ucranianas, aparentemente con la aprobación de la OTAN, lleven la guerra a territorio ruso por primera vez en esta magnitud. Hasta ahora, el imperialismo occidental había limitado su apoyo a Ucrania solo con fines defensivos, pero ahora ha mostrado que está dispuesto a probar cosas nuevas en esta guerra que, a medida que se prolonga, intensifica la crisis alimentaria y energética mundial.
Aunque aún es muy pronto para decir que el ataque de Kursk de Ucrania será decisivo para el futuro de la guerra, no hay muchas razones visibles para afirmarlo. Según las declaraciones de Zelenski, el ataque de Kursk es parte de un plan a largo plazo y, aunque no se pretende que sea permanente, tiene como objetivo fortalecer la posición de Ucrania en las negociaciones de paz. Por otro lado, no parece haber ningún avance concreto que sugiera que el final de la guerra está cerca, ni éxito en intentos similares.
La derrota de la expansión rusa con objetivos imperialistas en Ucrania es de gran importancia para la liberación de la clase trabajadora y del pueblo ucraniano que luchan por la independencia del imperialismo y de los oligarcas, y sigue teniendo el potencial de llevar a los trabajadores de todo el mundo un paso adelante en la lucha de clases y en la lucha contra los regímenes represivos.