Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

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El 18 de mayo la huelga general en toda la palestina histórica, “desde el río hasta el mar”, movilizó decenas de miles de palestinas/os. Hubo masivas manifestaciones en todas las ciudades que fueron reprimidas. La convocatoria, que arrancó de organizaciones de juventud, con un fuerte peso de mujeres, arrastró el apoyo de todos los grupos palestinos y consiguió la unidad palestina: por primera vez en muchos años se levantaban en los territorios ocupados y en la Palestina histórica (dentro del territorio de Israel) con la solidaridad de los campos de refugiados en los países vecinos.

Fue una respuesta unitaria del pueblo palestino a los criminales bombardeos aéreos del estado sionista sobre Gaza que mataron a 248 personas, entre ellas 70 menores, destruyeron más de 1.000 viviendas y 17 clínicas y hospitales resultaron dañados.

Pese a esto, después de 11 días de bombardeos, hubo festejos en Gaza por el cese del fuego. Miles de palestinas y palestinos son conscientes de su larga lucha y festejaron un triunfo parcial de obligar a Israel a dejar de bombardearles. Otra vez, no pudieron aplastar la resistencia palestina.

Amagaron con invadir, se quedaron en la frontera y no pudieron entrar. Y esto ocurrió por la gran movilización palestina y mundial en defensa del pueblo palestino. Hasta obreros portuarios italianos se negaron a cargar barcos hacia Israel.

Lo sucedido ha profundizado la crisis del estado sionista y su gobierno. Esto se puso de manifiesto en el desplazamiento de Netanyahu del gobierno.

Mayo de 2021 puede ser un punto de inflexión en la historia de lucha del pueblo palestino. Los enfrentamientos de jóvenes contra la policía israelí en Jerusalén, el desafío de la expulsión de las familias de los barrios de Sheik Harrah o Silwan para librar sus casas a los colonos, la resistencia desde Gaza y las manifestaciones más masivas y sangrantes en Cisjordania desde la Segunda Intifada han sido una reacción en cadena. Israel había cantado victoria con Donald Trump pero la resistencia palestina sigue muy viva y busca cómo expresarse.

La lucha sigue a pesar de la sangrante represión sionista. Más de dos mil jóvenes palestinos han sido detenidos en Israel en las últimas semanas por haber participado en las protestas. En Cisjordania la instalación de una nueva colonia en Beita, al sur de Nablus, que usurpa miles de olivos a las familias palestinas, también es enfrentada con fuertes protestas que han dejado cuatro jóvenes muertos y decenas de heridos.

El nuevo gobierno israelí, de la alianza encabezada por el ultraderechista Naftali Bennett sólo incrementará el maltrato, la humillación y el sufrimiento del pueblo palestino. Al día siguiente de asumir el cargo autorizaba la marcha de la bandera en Jerusalén que fue prohibida el mes pasado por la situación de máxima tensión. Un millar de ultraderechistas israelíes protegidos por la policía israelí desfilaron por la ciudad al grito de “muerte a los árabes”. El primer gesto del nuevo gobierno fue bombardear Gaza. La franja sigue sometida a un férreo bloqueo que impide la entrada de mercancías y personas o a los pescadores trabajar más allá de seis millas náuticas.

Una nueva generación palestina está tomando el relevo. Son los nacidos después de los acuerdos de Oslo de 1993, que supusieron la legitimación de la ocupación y la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como su agente interior, que ha colaborado durante todos estos años con la represión, reprimiendo manifestaciones y deteniendo activistas. Un proceso de “paz” que sólo ha servido para intensificar la ocupación y el espolio de las palestinas y los palestinos: en 1993 había en Jerusalén Este cerca de 150.000 colonos israelíes y hoy son más de 220.000. En Cisjordania se han multiplicado por dos en estos años, hasta llegar a los 440.000. Bajo Oslo, Gaza se ha convertido en una cárcel a cielo abierto y Cisjordania en una constelación de pueblos y ciudades palestinos en forma de bantustanes aislados por un muro, una red de carreteras y colonias.

La vieja dirección palestina está totalmente desacreditada. Mahmud Abbas se aferra, a los 86 años, a la butaca de la presidencia de un estado que no existe y que solo funciona como una fuerza de represión interior. Su mandato, en nombre de Al Fatah, expiró hace una década y ha aplazado nuevamente las elecciones convocadas para junio. Mohammed Dahlan, su relevo en Al Fatah vive en los Emiratos árabes que firmaron el acuerdo de normalización con Israel. Ismail Haniye, el líder de Hamás, se fue en 2019 de Gaza para instalarse en Qatar. En la Palestina histórica, Manur Abbas, jefe del partido islamista con representación en el parlamento israelí, acaba de firmar un acuerdo de gobierno con Bennet, el representante de los colonos. Es en este marco que la generación nacida tras la traición de Oslo reclama paso.

A estas alturas ya es una evidencia –contra la propaganda vacía de la UE y Estados Unidos- que el proceso de Oslo era una vía muerta y que no hay ninguna posibilidad de convivir pacíficamente con Israel, con un estado racista, basado en un régimen de apartheid institucionalizado. Una amenaza para los pueblos de la región y del mundo entero que ya ha costado demasiado sufrimiento. Por ello seguimos defendiendo la lucha por una salida verdaderamente justa, que es el establecimiento de un estado único, laico, no racista y democrático en todo el territorio histórico de Palestina.

Pero el pueblo palestino no se enfrenta a un estado ocupante cualquiera. Como decía Joe Biden cuando era congresista en 1986: “si no existiera Israel, Estados Unidos tendría que inventarlo para proteger sus intereses en la región”. Efectivamente, Israel es el portaviones del imperialismo en una zona de gran valor estratégico como Oriente Medio. Por ello el apoyo al pueblo palestino no es solo una cuestión de solidaridad internacional, forma parte de la lucha antiimperialista en todos los rincones del mundo. Desde la UIT-CI llamamos a redoblar la unidad de acción internacional, en el camino hacia una Palestina Libre, en apoyo al pueblo palestino por los siguientes puntos:

*Exigimos la liberación inmediata de todos los presos palestinos encarcelados por la ocupación

*Que los gobiernos rompan relaciones diplomáticas y comerciales con el estado sionista de Israel  

*Viva la lucha heroica del pueblo palestino

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
21 de junio de 2021

 

La asamblea de la Federación Italiana de Trabajadores del Transporte (FILT) se pronunció, en su sesión del 17 de junio, en solidaridad con Juan Carlos Giordano, diputado nacional de Izquierda Socialista de Argentina, integrante del Frente de Izquierda (FIT-U), ante el ataque calumnioso recibido por el sionismo argentino. A raíz de haber expresado desde el parlamento su solidaridad con el pueblo palestino ante los bombardeos del estado sionista de Israel en la Franja de Gaza.

La moción fue presentada por Lukas Tremaliti Galluccio, miembro del comité de dirección de la FILT-CGIL. La Federación de los trabajadores del transporte, de Italia, abarca a todos los sectores de la industria de transporte: ferroviarios, marítimos, portuarios, logística, transporte público y aviación civil. En la asamblea estuvo presente Maurizio Landini, Secretario General de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).

Escribe Adolfo Santos

El sábado 12 de junio asistimos a una actividad internacionalista que nos conmovió. Desde Ramallah, Cisjordania, Soraida Hussein, activista palestina por los derechos humanos y feminista, nos hizo una denuncia descarnada sobre las atrocidades que sufren los palestinos y, frente a las acusaciones del sionismo, se solidarizó con nuestro compañero, el diputado nacional Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista/Frente de Izquierda Unidad.

El testimonio brindado por quien sufre en carne propia las aberraciones del sionismo es la mejor forma de comprender la necesidad de unirnos a esta lucha que es de todos los oprimidos. Soraida Hussein contó lo que significa vivir bajo una ocupación colonial que ya lleva 73 años, donde el régimen de Israel hace todo lo posible para desmoralizar a los palestinos. “El opresor te quiere convencer que no tienes cultura, religión o identidad. Nos quieren deshumanizar, pero la resistencia es humana, está en la piel, en el cuerpo, en la sangre. Quieren que estemos fuera de nuestras tierras o debajo de la tierra. El sionismo es un poder económico que actúa en todo el mundo y tenemos que unirnos para combatirlo en una lucha internacional”.

Vivir bajo ocupación

“Nos imponen un sistema de chequeos para tenernos siempre controlados. Nos limitan la vida, nos invaden las casas y las propiedades. Nos quieren hacer sentir que son superiores y que debemos asumir con normalidad la ocupación y la violencia. Necesitamos permiso del ocupante para salir de nuestro territorio” […] “Aquí no hay un conflicto entre Israel y Palestina –dijo Soraida–, hay una ocupación. Ellos ponen a los colonos que nos roban las tierras y nos matan. Los colonos hacen parte de un sistema terrorista. No hay paz posible, por eso estamos contra el sionismo […] No tenemos que tener miedo de estar contra el sionismo, eso no es antisemitismo, yo soy árabe y semita, lo que demuestra esa mentira”.

En relación con los acuerdos de Oslo de 1993, se identificó con los miles de palestinos y palestinas que dicen que ese acuerdo de los “dos Estados” no vale más y debe ser anulado. Sobre los ataques a Giordano expresó: “Juan Carlos, casos como el suyo tienen que ser muchos más, eso no es estar contra el judío, es el sionismo que está contra todos”.

No nos van a callar

A su turno, Giordano agradeció las palabras de Soraida y expresó: “Esto nos da fuerza en esta lucha en la Argentina y en el mundo” […] “Nuestra ubicación es del lado del oprimido, del opresor es el Estado genocida de Israel”. Y se preguntó: “¿Qué autoridad tiene el sionismo para llevar adelante esta campaña burda de acusarme de nazi?” […] “El sionismo usa el horror del holocausto para justificar moralmente sus crímenes y al que levanta la voz lo tilda de nazi y antisemita […]

“Pero la campaña se le volvió en contra, recibimos una gran solidaridad porque antisionismo no es antisemitismo” […] “Hay una ocupación colonial del sionismo, apoyada fundamentalmente por el imperialismo norteamericano. Pero si el apartheid en Sudáfrica cayó, ¿por qué no lo vamos a lograr en Palestina?” […] “Por eso decimos que al pueblo palestino no lo van a derrotar, y a quienes lo defendemos no nos van a callar” […] “Sigamos unidos por Palestina libre y para que nadie sea acusado de nazi antisemita por defender esa lucha”. De nuestra parte, continuaremos luchando por un Estado único, laico, no racista y democrático en los territorios históricos de Palestina, donde ambos pueblos, judío y palestino, puedan vivir en paz, sin persecuciones étnicas o religiosas de cualquier tipo.

Resistir para vivir

Estas son algunas de las respuestas que Soraida les dio a los participantes.

Ataques. “Nosotros no tenemos antiaérea, cualquier misil que nos tiran nos destruye. No fueron atacados puntos estratégicos o militares, fueron puntos civiles. Se atacó un hospital de una ONG y una casa de contención de mujeres. No hubo un ataque militar, fue contra los civiles”.

Cárcel. “Gaza está cerrada por todos lados. Como dijo Chomsky, ‘es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo’ […] Los barcos palestinos no pueden navegar para conseguir pescado. El mar es controlado por Israel, si se avanza sobre el mar la policía israelí te ataca a tiros”.

Datos. “El desempleo es del 48% al 52 por ciento. La pobreza es del 45 por ciento. Los palestinos sobreviven de las ayudas extranjeras”.

Muro. “Cuando hicieron el muro de Cisjordania se dividieron ciudades […] Hay pueblos en donde los colegios y hospitales quedaron del otro lado, para ir hay que pasar por una puerta controlada por soldados israelíes. Hay horas de apertura y cierre, si no llegás dentro del horario no podés pasar. […] Hay familias que dejan de enviar a sus hijos al colegio”.

Mujeres. “Es una doble lucha, contra una sociedad patriarcal para obtener nuestros derechos y por Palestina libre” […] “Es más difícil hablar de derechos de las mujeres cuando se derrama sangre en el pueblo, es el derecho de todos”.

Juventud. “Quien nació en Gaza y tiene 25 años ha vivido cuatro guerras” […] “La generación de la primera Intifada está en el gobierno o en las ONG. Los jóvenes de hoy tienen menos interés con los partidos políticos, critican a mi generación, a la generación que estableció a la OLP, se comunican muy bien y hacen intifada electrónicamente, es una generación a la que Israel debe temer porque aprendió de los errores de antes y nos están enseñando cosas que no sabíamos”.

Vacunas. “Israel no vacunó a los palestinos. Vacunan a los obreros que trabajan para el Estado de Israel, y con dinero palestino, ya que ellos controlan el puerto”.

Presos. “Hay muchos niños presos, algunos en domiciliaria. La madre es quien debe asegurar que no salga y, en caso de salir, es ella la que debe cumplir la condena. Un castigo sobre la familia”.

Ciudadanía. “Los palestinos viven discriminados en Israel. Reciben menos dinero que un no palestino. Eso genera rabia, necesidad de remarcar la identidad, y fue lo que hizo que se unieran al paro del 18 de mayo” […] “No somos ciudadanos de este Estado de Israel, somos los dueños de la tierra”.

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT (CI)

El domingo 13 de junio se realizó la segunda vuelta de las elecciones a gobernadores, que tuvieron una abstención récord, aún para Chile. ¡Más del 80% del padrón no fue a votar!, confirmando el repudio popular a los viejos partidos.

En este contexto de abstención masiva, los viejos partidos como la Democracia Cristiana, con apoyo de toda la derecha y la ex Concertación, lograron un ajustado triunfo electoral en Santiago región metropolitana. Por su parte, la derecha de Chile Vamos, del presidente Piñera, solo ganó en una de las dieciséis regiones.

El repudio a los partidos de los “30 años”

El 15 y el 16 de mayo se eligieron la Convención Constituyente y la primera vuelta a las gobernaciones. El masivo descontento contra el modelo económico, de enorme desigualdad social, y la Constitución que dejó Pinochet llevaron a una derrota histórica a los partidos de la ex Concertación y de la derecha de Piñera, que gobernaron los últimos treinta años después de Pinochet. Piñera y sus partidos sacaron 20% y apenas 37 escaños, de un total de 155. Y la ex Concertación (Democracia Cristiana y PS) solo 14% de los votos y 25 escaños. Las elecciones las ganaron listas independientes, como la Lista del Pueblo, que sumaron alrededor de 40%, y la alianza entre el PC y el Frente Amplio, con 19 por ciento.

Esta ruptura es también consecuencia de la rebelión popular de finales de 2019. A pesar de que la derecha y sus aliados de la falsa oposición han logrado desviar el proceso de luchas a las corruptas vías institucionales, los grandes capitalistas y sus partidos no esperaban esta dura derrota electoral.

La crisis política sigue abierta

Una declaración reciente, firmada por treinta y cuatro constituyentes, entre los que se cuentan un sector de la Lista del Pueblo, independientes y constituyentes de pueblos originarios, proponen “6 garantías democráticas” para enfrentar el proceso constituyente.

La convención fue convocada en acuerdo con la falsa oposición, la ex Concertación y también el Frente Amplio y el PC. No es ni libre ni soberana para llevar a cabo las transformaciones que el pueblo y la clase trabajadora necesitan.

Entre los seis puntos planteados se reafirma el poder constituyente como libre y soberano, que no puede ser limitado y que debe expresar la voluntad popular. Asimismo, reivindica la necesidad de la movilización, la liberación de las presas y los presos políticos, el fin a los pactos de impunidad en violaciones a los derechos humanos, la desmilitarización del país, así como el cese de las expulsiones ilegales de inmigrantes.

El Movimiento Socialista de las y los Trabajadores (MST/UIT-CI) llamó a apoyar estas demandas. Y señala: “Creemos necesario sumar la necesidad de un plan económico de emergencia que detenga la profunda crisis económica que sufrimos millones de familias trabajadoras, así como la catástrofe sanitaria provocada por el gobierno en el manejo de la pandemia, y la necesidad de mantener la lucha por Fuera Piñera”. Llama a la Lista del Pueblo y otras independientes “a convocar una reunión con todas las organizaciones sociales, sindicales, populares y políticas para coordinar juntos una campaña nacional en apoyo a los seis puntos expresados en la declaración, más los que se resuelva sumar, en el marco de un plan nacional de movilizaciones que fortalezca el camino mostrado por estas y estos 34 constituyentes”.

El MST plantea, para las elecciones de noviembre, “buscar unir todas estas expresiones políticas que luchamos contra el gobierno y sus aliados de la falsa oposición. Levantar una candidatura presidencial que exprese los legítimos anhelos de democratizar al país, de poner los recursos naturales y las riquezas al servicio del pueblo y la clase trabajadora, de entregar derechos sociales gratuitos, entre otras demandas. Una candidatura con perfil anticapitalista para darle cuerpo al masivo rechazo contra la herencia de Pinochet”.

“Por un plan de lucha nacional que podamos empujar en las calles de todo Chile. ¡A seguir la lucha, por la más amplia unidad de luchadores y luchadoras contra el gobierno de Piñera y la herencia de Pinochet!”.

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