Hay unos 100.000 obreros y técnicos en esa industria. El país está en una aguda crisis económica, política y social. Desde hace 7 años la dirección mayoritaria del sindicato de los petroleros encabezada por Wills Rangel es totalmente dependiente del gobierno y permitió el profundo deterioro de la situación de los trabajadores y de la empresa estatal PDVSA. Su mandato está vencido desde hace dos años.
Salarios de hambre
El salario no alcanza para comer. Esto afecta a casi todos los trabajadores incluso los petroleros, un sector que históricamente tuvo buenos salarios. Hoy el salario de un petrolero está en 25.000 bolívares fuertes (BsF) a lo que se suman tickets para comprar comida que suman otro tanto. Sumando ambos ítems y traducido al dólar paralelo (a 1 dólar 1000 BsF), al precio del cual se cotizan los alimentos en el mercado paralelo, equivale a 50 dólares (¡unos 750 pesos argentinos!). Como hay dos tasas de cambio “oficiales”, una a 10 BsF y otra a alrededor de 600 BsF, hay una gran disparidad en los precios. Pero la “canasta alimentaria” (lo que hay que gastar para alimentar una familia), supera los 200.000 BsF, ¡entre 5 y 6 veces más que el salario de un petrolero incluyendo tickets!
Maduro anunció que el salario mínimo de ley aumentará un 50% en septiembre. Pero la inflación se estima que superará el 500% este año, por lo cual los alimentos aumentarán más del 50% en menos de dos meses, y el salario real seguirá perdiendo valor.
Elecciones sindicales postergadas y tramposas
La burocracia sindical chavista postergó años las elecciones esperando una buena ocasión para volver a ganarlas. Pero está cada vez peor. Las encuestas les dan el 11% de aprobación a Maduro y apenas el 6% entre los petroleros al burócrata Wills Rangel. Por eso vienen postergando las elecciones, que ya tienen dos años de demora.
José Bodas, secretario general de la FUTPV (segundo lugar en la directiva), miembro de la Corriente Clasista Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura) y del Partido Socialismo y Libertad (PSL de la UIT-CI), encabeza la oposición, que cuenta con amplio apoyo y simpatía en las bases.
Bodas dice que los petroleros llegaron a esta situación por culpa de tener un dirigente sometido al gobierno, que no lucha por la negociación colectiva (que no se hizo durante años), ni equipos de trabajo, ni por defender a la propia industria petrolera que el gobierno ha desnacionalizado, entregando el petróleo de la Franja del Orinoco a empresas chinas, iraníes, a la Repsol española y a la Chevron norteamericana. Mientras que, dice Bodas, la empresa estatal “Pdvsa se cae a pedazos por falta de inversión”, en referencia a la carencia de repuestos, mal estado de equipos, como turbinas, bombas, sistema de enfriamiento de refinería, muelles”.
Bodas también denuncia la pos- tergación de las elecciones y el intento de fraude escandaloso con más de 22.000 trabajadores tercerizados a los que no quieren dejar votar, y con 16.000 inscriptos en las elecciones que no son trabajadores petroleros sino militantes del PSUV oficialista (se vota solo con documento de identidad y no con carnet sindical). Con elecciones que pretenden realizar fuera de los lugares de trabajo, muchas veces en sitios lejanos y hasta en cuarteles militares.
Por el enorme peso de la FUTPV, para el gobierno una derrota en petroleros sería una catástrofe y está claro que hará de todo por impedirlo. Por eso la lucha por que se realicen de una vez, por derrotar el fraude y por lograr una gran votación de C-cura es una gran batalla en el camino a la construcción de una nueva dirección para la clase trabajadora venezolana y por una salida obrera y popular a la crisis del país.