Jul 27, 2024 Last Updated 5:30 PM, Jul 27, 2024

Izquierda Socialista

El presidente Alberto Fernández desempolvó nuevamente, en su gira europea, una mentira que ya había utilizado durante la campaña electoral de 2019. Que Portugal habría logrado un acuerdo “progresista”, “sin ajuste”, con el FMI.

Nada más alejado de la realidad. Portugal en 2011 sufrió un salvaje plan de ajuste, exigido y monitoreado por el FMI. Se bajaron 12,5% los sueldos de los empleados públicos, se extendió la jornada de trabajo de 35 a 40 horas, se congeló el salario mínimo, se aumentó el IVA de 10% a 23%, se incrementó la edad jubilatoria y se avanzó en un programa de privatizaciones. Se puso en marcha una reforma laboral con reducción de las indemnizaciones por despido, se facilitaron los mecanismos para despedir trabajadores, se redujeron los pagos de horas extras, se achicaron las vacaciones y disminuyó el subsidio al desempleo.

Por este ajuste, en 2015 el gobierno perdió las elecciones y fue reemplazado por una coalición integrada por el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda conducido por Antonio Costa. Las luchas hicieron que algunas pocas medidas se revirtieran, como la semana de
35 horas o algunos aumentos del salario mínimo. Pero lo central del ajuste estructural fue mantenido y Portugal hoy tiene una de las legislaciones laborales más flexibilizadas de Europa.

Los tibios números de crecimiento económico de Portugal en nada mejoraron la vida de los sectores populares. Pero quieren ser utilizados por el Frente de Todos para hacernos creer que “se puede” implementar otro programa sin romper con el FMI. Pasan por alto que primero el Fondo exigió y logró implementar un feroz plan de ajuste. Lo mismo que hoy le reclama a la Argentina. El “caso portugués” es una falacia. Sin romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda recorreremos el camino de ese país, de Grecia, o de tantos otros que se sometieron a los innumerables planes del FMI. No hay renegociación “progresiva” posible. Eso es lo que venimos pregonando incansablemente desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad.

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El 13 de mayo falleció Alberto Piccinini. Acompañamos la tristeza que esta pérdida genera entre miles de obreros y luchadores que en los primeros años de la década de 1970 protagonizaron jornadas de lucha contra la patronal y la burocracia sindical teniendo como una de sus referencias a este dirigente metalúrgico de Villa Constitución

Escribe Adolfo Santos

En 1970, el Secretariado Nacional de la UOM intervino la seccional de Villa Constitución, donde se destacaban las fábricas Acindar, Metcon y Marathon. Una maniobra habitual de la burocracia para impedir que nuevos activistas accedan a la conducción del gremio. Pero en 1972, un grupo de trabajadores de Acindar logró elegir un nuevo cuerpo de delegados y una comisión interna combativa. De ese grupo surgió la Lista Marrón, encabezada por Piccinini, que exigía elecciones para normalizar la seccional.

A los compañeros de Acindar se sumaron los de Metcon y Marathon. Apoyados por corrientes de izquierda, se posicionaron contra la burocracia sindical y el pacto social que el gobierno peronista quería imponer junto con la patronal. Impotente ante la resistencia de la base, la UOM, conducida por Lorenzo Miguel, separó a once miembros de la nueva comisión de delegados por “desacato a la conducción” y “para sanear a la misma de elementos marxistas”.

Fue el inicio de una lucha que se convirtió en una referencia para el movimiento obrero. Se desató una poderosa movilización conocida como el “Villazo” que, apoyada en una fuerte huelga y con la solidaridad de la población, acabó con la intervención burocrática y terminó conduciendo la seccional de la UOM. En marzo de 1974, Avanzada Socialista, el periódico del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista, tituló en su tapa: “Villa Constitución derrotó a la burocracia”. Era el triunfo de una importante lucha de la que Alberto Piccinini fue su principal figura.

A partir de Villa, coordinar un frente de luchas

Para defender este triunfo, fue convocado un plenario en el club Riberas del Paraná, del cual participaron importantes delegaciones de la vanguardia obrera de todo el país y dirigentes como Tosco, Salamanca y Ongaro, entre otros, además de la JTP, vinculada a Montoneros. El objetivo era rodear de solidaridad la lucha de Villa Constitución, atacada por la burocracia, el gobierno peronista y la patronal de Acindar, una de las empresas que luego fue aliada y cómplice del golpe del ’76. El PST participó con todas sus fuerzas.

La UOM de Villa Constitución no era una excepción, sino la cabeza de un proceso generalizado de luchas que se extendía por el país, pariendo centenares de nuevos dirigentes. Por eso fuimos con la propuesta de construir una gran coordinadora de todas esas luchas para defenderlas, fortalecerlas y que triunfen. Lamentablemente, Piccinini y otros importantes dirigentes, influenciados por sectores guerrilleros y por políticas ultraizquierdistas, se negaron a asumir esa propuesta, limitando las resoluciones del plenario, centralmente, a la solidaridad con Villa Constitución. Una decisión equivocada que impidió fortalecer una alternativa de clase.

En marzo de 1975, bajo el gobierno de Isabel Perón, Villa Constitución sufrió un violento ataque. Más de tres mil integrantes de las fuerzas federales y parapoliciales de la Triple A, enviados por el gobierno peronista, invadieron la ciudad para perseguir, matar y detener a los activistas obreros con el pretexto de combatir un “foco subversivo”. Piccinini terminó preso junto con otros dirigentes y delegados y sufrió cinco años de cárcel.

De dirigente combativo de Villa Constitución a la conciliación de clases

La trayectoria de Piccinini durante sus años de dirigente sindical tuvo el sesgo clasista impuesto por la lucha contra la patronal y la burocracia. Sin embargo, la vuelta de la “democracia” en 1983 mostró un dirigente diferente. Volvió a conducir la UOM de Villa Constitución, pero comenzó a tejer alianzas con partidos patronales. En 1993 fue elegido convencional constituyente por el Frente Grande y luego, junto con la UCR, participó de la Alianza, donde fue electo diputado nacional.

Piccinini fue un gran luchador y siempre será recordado por su rol en el Villazo. Sin embargo, acabó abrazando una política de conciliación de clases. De sus expectativas en el alfonsinismo en los años ’80, pasó a integrarse a un proyecto burocrático, el de la CTA. De estas experiencias tenemos que sacar conclusiones. De la importancia de tener una posición política y sindical independiente de las patronales y que se plantee, siempre, la democracia obrera, o sea en las antípodas de cómo actúa la burocracia sindical. Es parte de las tareas que nos proponemos desde el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC), así como avanzar en la construcción de una alternativa política para la clase trabajadora, como la que planteamos desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad.

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Escribe Mónica Méndez, secretaria de Organización de la Cicop

La segunda ola de contagios en nuestro país se sigue extendiendo a pasos acelerados sin que se tome medida alguna para evitarlo. Ya no es solo en el AMBA, el colapso sanitario es una realidad en casi todas las provincias. Mientras, muchas compañeras y compañeros aún no fueron vacunados y los gobiernos provinciales y nacional presionan para que quienes estaban licenciados vuelvan a trabajar arriesgándolos a un posible contagio.

La falta de inversión en salud, al servicio de pagarle la deuda al FMI, y la no respuesta a los permanentes reclamos profundizan una situación desesperante para todo el equipo de salud. Jornadas interminables de trabajo bajo un permanente estrés y sin descanso, la falta de personal, la necesidad de recurrir al pluriempleo por los bajos salarios, la precariedad laboral, la falta de insumos y los graves problemas de infraestructura de los hospitales forman un cóctel verdaderamente insostenible para quienes estamos en la primera línea de combate al virus.   
Mientras, se acaba de conocer que la inflación de abril fue de 4,1%, acumulando 17,6% en lo que va del año y se proyecta 50% hasta diciembre, un ataque brutal al bolsillo. Y para colmo, las burocracias de ATE y UPCN se aprestan a cerrar un aumento de 34% en comodísimas cuotas. Intentan, una vez más, reducir el sueldo en medio de la pandemia. Dicen que somos esenciales y nos tratan como descartables.

Es por eso que, desde el inicio de la pandemia, venimos protagonizando enormes luchas en todo el país. Ahora mismo, en Córdoba luchan contra los despidos de Schiaretti, en el hospital Larcade de Buenos Aires continúan de paro contra la precarización y exigiendo aumento salarial mientras se enfrentan a constantes persecuciones. En La Matanza, hospitales como el de Niños y el Germani, junto con otros, salen en rechazo del miserable aumento acordado por el gremio de municipales. En Río Negro, Asspur, un sindicato recién fundado, exige 75% de aumento. También hay reclamos en Santa Cruz, Jujuy, Tucumán y otras provincias. En Cicop habrá asambleas en todos los hospitales de cara al congreso de delegados, estamos discutiendo una vez más acciones para retomar la discusión salarial. Los sueldos no alcanzan.

¡Necesitamos salir a enfrentar el ajuste de Alberto Fernández y los gobernadores! La huelga de sesenta días de los “elefantes” autoconvocados de la salud de Neuquén marca el camino. La unidad de todo el equipo de salud y la coordinación en la interhospitalaria logró liquidar el acuerdo de la burocracia de ATE de 15% y conquistó un 53% para todos los estatales de la provincia. El ejemplo de su lucha nos demuestra también que la más amplia unidad y coordinación para luchar es fundamental, como lo viene haciendo el Plenario del Sindicalismo Combativo, que nuclea a distintos gremios, cuerpos de delegados y seccionales que se enfrentan a la burocracia de la CGT y las CTA. Debemos impulsar asambleas por hospital y sectores uniendo a todo el equipo de salud para exigirle a la burocracia que rompa el pacto con los gobiernos e imponer un verdadero plan de lucha. Las trabajadoras y los trabajadores de la salud no podemos esperar más.

Aumento de emergencia para las trabajadoras y los trabajadores de la salud. Vacunas para todas y todos ya. Que se liberen las patentes. Presupuesto para salud sobre la base del no pago de la deuda externa.

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Escribe Guillermo Sánchez Porta

Está claro que las medidas tomadas por el gobierno de Fernández y los gobernadores para frenar los contagios del Covid y las muertes están fracasando. En CABA y la mayoría de las provincias, pese a esta catástrofe, se sigue con la presencialidad. En Buenos Aires solo en el primer cordón hay virtualidad, mientras que en ciudades como Bahía Blanca o Mar del Plata se sigue en presencialidad como en todo el interior de la provincia. ¡Y Kicillof quiere obligar a la docencia a que asista a las escuelas para “atender alumnos sin conectividad”, en vez de garantizar computadoras y conectividad gratuita!

Pero, además, la política salarial firmada por Ctera también fracasó. Ya fue superada la “primera cuota trimestral” por la inflación y el salario inicial está a menos de la mitad de la canasta familiar. Por eso hay luchas docentes autoconvocadas en provincias como La Rioja, siguen los planes de lucha de Ademys en CABA y de los Suteba Multicolores y hubo una jornada nacional de la docencia opositora. En Santa Cruz, Alicia Kirchner le aplicó una multa de 12 millones de pesos a Adosac por rechazar una conciliación obligatoria, atacando el derecho de huelga como los gobiernos más reaccionarios.
Es vergonzoso que Ctera y los gremios provinciales sigan con su tregua, apoyando al gobierno y su ajuste. Es necesario exigirles que llamen a un paro nacional por salarios, contra la pandemia y contra la presencialidad, por vacunas para todos ya, computadoras y conectividad gratuitas, nombramientos y pago de salario de emergencia a docentes sin trabajo.

Mientras, llamamos a apoyar la lucha docente en CABA y en todas las provincias, a profundizar la organización democrática de la docencia en lucha y la coordinación nacional para que puedan triunfar.
 


Escribe Pablo Almeida, delegado general Ministerio de Economía y legislador porteño Izquierda Socialista/FIT Unidad

En las últimas semanas trascendió en diversos medios periodísticos que el gobierno nacional  estaría realizando reuniones informales con ATE y UPCN para arribar a un acuerdo de cara a la paritaria correspondiente al periodo junio 2021 – mayo 2022. La propuesta de 35% en 4,5 o 6 tramos a terminar de cobrarse en el primer semestre del año próximo es una nueva paritaria donde seguiremos perdiendo contra la inflación real. Y la  consagración de  la miseria salarial para decenas de miles de trabajadores estatales nacionales.

Estos trascendidos confirmados tanto por los representantes del gobierno nacional como por el burócrata Andrés Rodríguez intentan instalar que este año tendríamos un aumento de algunos puntos por encima de la inflación. La propia realidad con un 17,6% de inflación en los primeros cuatro meses del año echan por tierra estas falaces afirmaciones que no logran confundir a ningún estatal.    Las distintas alas en que se divide la conducción burocrática de ATE siguen en una inacción tan evidente que más allá de alguna declaración de mínima confrontación expresan una postura de apoyo a la propuesta del gobierno.

En este marco resulta de gran importancia la unidad en la acción construida por un conjunto de juntas internas, cuerpos de delegados y agrupaciones exigiendo un aumento de emergencia en una sola cuota de 40% para comenzar a recuperar lo perdido y que la próxima paritaria  sea de indexación mensual automática acorde con la inflación. Las juntas internas de ATE del Indec, Ministerio de Economía, Trabajo, Cultura, Senasa, INTI e Incaa, junto con cuerpos de delegados de Conicet y Agricultura Familiar y agrupaciones de organismos nacionales venimos de protagonizar dos importantes acciones en la primer quincena del mes de mayo instalando estos fundamentales reclamos. En la última de estas acciones frente al Ministerio de Economía delegaciones de esos organismos visibilizamos nuestros reclamos salariales y contra la precarización laboral bajo la consigna general de que la deuda es con los trabajadores y no con el FMI.

Desde Estatales en Marcha peleamos por seguir desarrollando con la mayor amplitud esta alternativa de lucha al tiempo que reclamamos a la conducción de nuestro sindicato que convoquen a plenarios de delegados para discutir como recomponemos nuestros salarios.


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