Días previos a la sesión del 8 de agosto, se conoció la historia de Liliana Herrera, una joven de 22 años, oriunda de Santiago del Estero y madre de dos hijos que murió a causa del aborto clandestino. Luego de la negativa del senado que votó en contra del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que presentó la campaña nacional por el derecho al aborto y que ya tenía media sanción, conocimos dos nuevos casos en la provincia de Buenos Aires, uno de ellos en Pilar y el otro en San Martín. Mujeres que decidieron interrumpir sus embarazos y que por ser pobres lo pagaron con su vida.
Las historias se repiten y la bronca se acumula porque eran mujeres pobres, jóvenes y madres. ¿Cuántas vidas más se van a cobrar los senadorxs y diputadxs dinosaurios del PRO, UCR, PJ y del FPV? Basta de hipocresía, los que votaron contra el aborto legal, están a favor del aborto clandestino. Detrás de cada uno de estos casos hay historias de vida, que se perdieron para siempre. Y justamente, es por la vida de estas mujeres por las que seguiremos luchando hasta conquistar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.