Aug 01, 2024 Last Updated 8:20 PM, Jul 31, 2024

Izquierda Socialista


Entrevista de Lautaro, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista, a Cesar Augusto Arce “Pepito” y a Damián Rosales trabajadores de EPEC (empresa de electricidad de Córdoba) y luchadores antiburocráticos dentro de Luz y Fuerza (LyF), que enfrentan las políticas de precarización y
privatización del gobierno de Schiaretti.

Lautaro: ¿Qué representa para ustedes y qué rescatan para el presente del legado histórico del Cordobazo?

Pepito: Nosotros dentro del Espacio Combativo, somos la gran mayoría hijos de empleados, y hay una conciencia desde el primer dìa. Yo siempre cuento que uno entra a LyF con mucho sentido de pertenencia, entusiasmado. Incluso mi primer experiencia en Epec era, en mi caso, sin tener una discusión profunda de política en mi casa, pero había un clima permanente de “mi viejo la pelea”, pelea por su realidad, y después cuando empezás a tomar dimensión con los años de lo que va siendo el Cordobazo, el contexto que se vivía, uno empieza a formar parte y a sentir una presión y una motivación de estar en un sindicato que tiene tradición de pelea, que tiene un impacto en la historia del país. Estar en Luz y Fuerza es muy fuerte. Incluso somos muchos jóvenes y algunos muy jóvenes que al lado de los dirigentes del sindicato somos unos pichones, pero venimos con una carga importante. La juventud en luz y fuerza y ese espíritu de lucha de la época del Cordobazo son dos cosas que nos empiezan a identificar y nos da motivación para salir a pelear. Tenemos en las manos una responsabilidad que está buena asumirla y el contexto del Cordobazo te mete en ese camino.

Damián: El Cordobazo fue, a parte de terner al movimiento obrero, que por suerte en ese momento los dirigentes entendieran que el problema trascendía lo gremial, entendian que el regimen que estaba en ese momento no tenía que continuar en el poder y se derrotó con el movimiento obrero organizado junto con los estudiantes en la calle. Lo mismo que tuvimos con el marco regulatorio que lo quisieron pasar por la legislatura donde ellos (el peronismo) tienen mayoría automatica y lo podian aprobar directamente. Y si eso se cajoneó tiene que ver con que obreros y  estudiantes en las calles dijimos no al marco regulatorio, no a la privatizacion de la empresa. En este momento de hecho no hablan de privatización porque leyeron en la gente que en este momento no pasa, eso que no se lo van a bancar. En este momento tenemos una política económica del gobierno de Macri, que viene dirigida por el Fondo monetario Internacional, tenemos que tener al movimiento obrero organizado, el estudiantado organizado, entendiendo que no podemos seguir con las recetas del Fondo y que para doblarle el brazo a gobierno no queda otra que organizarse y dar la pelea en las calles.

L: El año pasado los vimos tambien ser parte muy activa del conflicto que se dio en la universidad. ¿Por qué empezaron a acercarse a los estudiantes y qué recepción tuvieron?

D: Yo creo que la unidad obrero estudiantil se va a dar naturalmente cuando todos vayamos a algo mas profundo que es entender las necesidades de la clase. Tanto obreros como estud formamos parte de la misma clase. Un estudiante es un trabajador en formacion porque va a tener que entrar al mercado laboral y ofrecer su fuerza de trabajo y yo como trabajador de EPEC, cuando tocaron el tema del presupuesto universitario, cuando ves que empieza a ver recortes, perdidas de calidad del trabajo de los profesores, ves que se puede acercar el momento en que vas a tener que empezar a pagar por la educación vos, decís, “el día que tenga un hijo no lo voy a poder llevar, me están tocando un derecho a mí”. Tocan la educación pública, me tocan un derecho a mí. De la misma forma que cuando nosotros nos acercábamos a las aulas de la universidad y explicabamos lo que significa el marco regulatorio eléctrico les queriamos hacer entender que cuando cambien la empresa de energia y se la entreguen al mercado, el capital va a empezar a lucrar de cada uno de los cordobeses. Es una cuestion de clase defender nuestros derechos.

P: Cuando ves un aula que se cae a pedazos, o ves una aula a 300, 400 estudiantes abarrotados en una sala y que no pueden tener una educación como se merecen caes en la cuenta de que esta pasando en todos lados lo mismo. Cuando vivís esa relacion en carne y hueso también aprendés. Yo creo que la unidad obrero estudiantil sirve para eso, para ver que las realidades son las msmas que tenemos un mismo enemigo que nos golpea de la misma manera. Somos para ellos un número. Mi primera experiencia fue ir a una asamblea en la Facultad de Artes, se nos estaba terminando el tiempo, llegamos con lo justo, la asamblea estaba terminando y dijimos bueno ¿qué hacemos? Cómo empezamos? Yo dije “de aca me van a sacar cagando” “esta gente tiene otro problema que nada que ver con el nuestro, cómo vamos a venir a hablarles de otra cosa?” Yo me imaginaba la estructura de Epec, que alguien venga a hablarme de problemas universitarios cuando los compañeros necesitan aumento salarial, son como cosas muy diferentes. Pero después de hablar, y comentar que los chicos de Artes te aplaudan, te entendan, tengan preguntas, se acerquen con un abrazo, un ánimo. Después empezamos a caminar las aulas, ustedes de arquitectura nos acompañaron, y ver a una compañera, Lauchi (referente de la Juventud de Izquierda Socialista), que vos la ves chiquitita, piola, y ves que se paraba con una presencia en las aulas y los estudiantes te recibían, te escuchaban. Había una mirada cómplice de “te escucho y reconozco que tu problema es grave”. Después ya empezamos a tener una relacion donde había más reconocimiento de quienes éramos y por qué veníamos. Nos hicieron canciones en nuestro apoyo “Epec, escucha, tu lucha es nuestra lucha”.


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Escribe Judith María Bar, Secretaria de Género y Diversidad del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

Les compañeres con orientaciones sexuales e identidades de género disidentes sufrimos la discriminación que genera vivir en una sociedad, donde la heterosexualidad es la norma. Que es parte, a la vez, de una violencia más general, la que es producto de la opresión patriarcal. Nosotres nos rebelamos ante la imposición de roles, estéticas o conductas específicas que se nos asignó en relación a nuestros genitales (categoría mal llamada “sexo biológico) y de manera binaria (sólo se puede ser “varón” o “mujer”) al nacer. La obligación de cumplir con esta imposición es denominada “cisnorma”.

Se espera del varón un rol de “macho dominante” y de la mujer el de “sumisión y garante de la reproducción”. Quienes no cumplen esto han sido, a lo largo de la historia, violentamente castigades. Por eso la opresión por diversidad sexo-genérica es funcional al patriarcado.
La opresión patriarcal es algo, entonces, que compartimos con nuestras compañeras mujeres. Claro que nosotres vivimos esa opresión sufriendo además las particularidades de no responder a los parámetros de la sociedad hetero-cis-patriarcal.

Somos militantes del movimiento de la diversidad y llamamos a todes a organizarnos para luchar contra las discriminaciones que sufrimos. Como cuando nos golpean los grupos mal llamados “homofóbicos” (en realidad “homoodiantes” porque no nos tienen fobia, sino odio), o nos expulsan de nuestros hogares, o cuando la policía se dedica a violentarnos. O los casos más terribles, cuando las compañeras travesti-trans tienen que pasar días en calabozos o son obligadas por las mismas fuerzas “de seguridad” a prostituirse.

Tal como sucede con las mujeres en el patriarcado, la opresión se cruza con la explotación de la sociedad
capitalista. Nosotres somos diverses, pero también parte de la clase trabajadora. Los patrones abusan de nuestra identidad de género para superexplotarnos, pagarnos menos o no contratarnos. Por ejemplo, hay estadísticas que afirman que 6 de cada 10 personas travesti-trans viven del trabajo sexual por más que así no lo desearan, no teniendo la posibilidad de acceder a otro trabajo por fuera de la prostitución, por su identidad de género.

Somos orgullosamente diverses, y parte de un movimiento que ha ganado en las calles numerosas luchas contra la opresión en los últimos años.
Pero sabemos que nuestra pelea es al mismo tiempo contra la totalidad del hetero-cis-patriarcado, y eso nos hermana al movimiento de mujeres. Por eso también somos orgullosamente feministas, a la vez, pertenecemos a la clase trabajadora. Por nuestra condición de diverses, sufrimos más que nadie la superexplotación del sistema capitalista. Luchamos, con rabia, como millones de jóvenes trabajadoris contra quienes quieren robarnos el futuro. Por eso somos, también, orgullosamente socialistas.



La izquierda y la diversidad sexo-genérica


Escribe Mar Maimará, diversidad Izquierda Socialista.

La izquierda nació tomando como suyas las luchas de nuestra comunidad. La socialdemocracia alemana planteó a fines del siglo XIX las primeras leyes para eliminar el carácter “delictivo” a la homosexualidad. Más adelante, la revolución rusa también eliminó, en sus primeros años, cualquier tipo de discriminación por orientación sexual o de género.

Será el stalinismo el que dará marcha atrás y volverá a perseguir y condenar a les diverses. Esto, lamentablemente, será imitado en todos los otros países donde, habiéndose expropiado el capital, se terminaron construyendo regímenes
políticos similares al de Stalin. Así, hasta la Cuba de Fidel Castro tuvo sus tristemente célebres “unidades militares de ayuda a la producción” (Umap), virtuales campos de concentración en donde eran encerrades les diverses. El homolesbotransbiodio impregnó también a gran parte de la izquierda en nuestro país. Así, el PC expulsó a infinidad de militantes por su orientación sexual o identidad de género. O con la izquierda peronista, que cantaba en sus marchas “no somos putos, no somos faloperos, somos soldados de Evita y montoneros”.

Estamos orgullosos de ser la “excepción” a la regla. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST, antecesor de Izquierda Socialista) fue la única corriente que en la década del 70, ofreció su propio local para el funcionamiento de la primera organización de la diversidad de nuestro país, el Frente de Liberación Homosexual (FLH). Posteriormente, en los 80, cuando ninguna otra corriente lo hacía, participó activamente en la reorganización del movimiento, incluyendo la fundación de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) y en las primeras, ultraminoritarias, marchas del Orgullo que se realizaron en nuestro país. Hoy nosotres, desde Izquierda Socialista, rescatamos esa tradición.

 


Matrimonio Igualitario y ley de Diversidad de Género
¿Gracias a Cristina o producto de nuestra lucha?

En los primeros años del siglo XXI, nuestras peleas y organización empezaron a rendir frutos. Así, ganamos primero la ley de Matrimonio Igualitario, y la de Identidad de Género después. Nadie nos regaló nada. Fueron grandes victorias y las reivindicamos. Sin embargo, un debate ha cruzado nuestra comunidad. Muchas organizaciones fueron en esos años cooptadas por el kirchnerismo y su doble discurso (y también por la billetera de los subsidios a través de organismos como el Inadi). Desde allí surgió que esas conquistas no habían sido fruto de nuestra organización y lucha, sino “gracias a Cristina”. Es mentira: el peronismo kirchnerista votó tan dividido como los demás bloques patronales en la aprobación de ambas leyes. Tampoco nos olvidamos que el actual aliado de Cristina -el Papa Francisco- en aquel momento dijo que nuestro reclamo era “una cruzada del diablo”.

Sin tener legisladoris en ese momento, sólo la izquierda apoyó plenamente, en la calle y en su programa, todas y cada una de las reivindicaciones de nuestro movimiento.

 

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En el marco de la crisis humanitaria, social y económica que atraviesa el pueblo venezolano, desde la Juventud de Izquierda Socialista entrevistamos a Diego Colombo y David González, dos jóvenes estudiantes de la UBA que, al igual que millones de personas, debieron emigrar producto de la miseria a la que ha sumergido el régimen cívico- militar de Maduro a toda Venezuela.

Las versiones de la actualidad venezolana llegan a Argentina bajo un prisma muy cercano a Maduro o a Guaidó ¿Cómo definirían ustedes la situación de Venezuela?

Diego: En relación con la desinformación es importante aclarar que la CNN, Telesur, Página/12, La Nación y Clarín, por nombrar lo medios más conocidos, todos mienten o falsean información en busca de sus intereses. La situación es de un caos total, absolutamente catastrófico. Hay una crisis de 4 millones de exiliados, porque hay un componente político detrás: hay una crisis humanitaria enorme, escasez de comida y medicamentos, en un contexto donde la mayoría de los salarios son de entre 3 y 8 dólares. Un factor también muy determinante es la inseguridad, se quintuplicó la violencia. Cerca de 25 mil muertos al año. Es una situación de mucha desesperación, porque la gente no encuentra salida ni en Maduro ni en la oposición que podría ser Guaidó.

David: Es un infierno la situación de Venezuela. Hay crisis de transporte, de servicios básicos: luz, agua. Los camiones cisterna le cobran en dólares a la gente para cargar su tanque con agua. Hay 10 millones por ciento de inflación, sería un promedio de 30 por ciento cada día. Los niveles de desesperación y hambre son enormes, el promedio de pérdida de peso de las personas es de entre 8 y 10 kilos; aumentó la mortalidad infantil. Hoy en día Maduro está sostenido por la cúpula militar. El apoyo a Maduro en la esfera civil no debe llegar ni siquiera al 15 por ciento, gobierna él solo. Ha ido degradándose su apoyo: en el 2015 era de más o menos el 30 por ciento.

¿Qué opinan de Guaidó, podría ser una salida?

Diego: El fenómeno Guaidó se puede explicar porque hay muchas expectativas frente a una situación renovada de unidad en la oposición. Se había perdido la confianza en los políticos que durante mucho tiempo venían haciéndole oposición al chavismo. Se los veía como cómplices o ineficientes,
no combativos, muchas veces utilizando los mismos medios comunicacionales o estratégicos del chavismo. Frente a esa decepción Guaidó representa una renovación de la oposición en Venezuela como personaje nuevo.

David: Pero claramente él y su intento de golpe militar no son una salida. Forma parte de la vieja derecha que se recicla, la que intentó hacer un golpe de estado en el 2002. Genera expectativas en un sector de la sociedad porque ven posible que con
su llegada pueda irse Maduro, pero no despierta una expectativa más allá de eso. Además es el principal promotor de la injerencia e intervención estadounidense en nuestro país. Algo que no puede traer nada bueno a nuestro pueblo, como hay decenas de ejemplos que lo comprueban. Es el pueblo organizado en las calles, movilizado, quien debe echar a Maduro y reactivar la economía en favor de los más empobrecidos; eso no lo hará jamás un títere del imperialismo como Guaidó.

¿Cuál es la relación del chavismo con los pueblos originarios y el medio ambiente?

Diego:
Las amenazas de Bolsonaro con respecto al Amazonas son reales, muy preocupantes y peligrosas, pero todavía son potenciales. La destrucción del Amazonas por parte del chavismo es actual, terrible, no registrada porque la presencia del periodismo y demás organizaciones son apartadas por la dictadura de Maduro.

David: El año pasado al pueblo Pemón fue reprimido debido a que se resistieron a la instalación de la infraestructura para la explotación minera, porque se concesionó un territorio importante (que representa el tamaño de Cuba) dentro de la selva venezolana donde se hallan pueblos originarios y recursos acuíferos sumamente importantes.

¿Cómo atraviesan aquí su día a día como jóvenes estudiantes? ¿Sufren discriminación? ¿Temen que se pueda arancelar la universidad para extranjeros?

Diego:
En definitiva la recepción ha sido positiva. El problema de la inmigración pasa más por la cuestión racial. El racismo tiene mucha presencia pero no particularmente la xenofobia. Es una diferencia muy sutil. En cuanto a la Universidad siento mucha tranquilidad en saber que hay muchos sectores populares, de la juventud, de los trabajadores en general, que están dispuestos a defender que la universidad sea pública y al rol de los extranjeros en ella. Hay una opinión bastante homogénea de admitir la educación universitaria a los extranjeros. Eso no está en peligro aunque exista el interés de algunos sectores, pero la mayoría de la sociedad está de acuerdo en que si se arancela a los extranjeros el paso siguiente es arancelar a los argentinos. De manera extraña la recepción más solidaria, más combativa contra Maduro, ha sido parte de ese sector de la sociedad que se declara “apolítico”, porque cuando llegué en el 2015 era prácticamente imposible estar en contra del chavismo o Maduro sin ser tachado de “fascista/golpista/ultraderecha”, muchas veces viví reacciones xenófobas de sectores que se dicen progresistas por esto mismo. Para la izquierda es un deber no solamente no ser xenófobo, también lo es entender la situación de las migraciones de sus países, no sólo un apoyo local a los inmigrantes (como poder ayudarlos en la situación inmediata), sino entender cuáles son las situaciones políticas que llevan a estas personas a abandonar su país. Esto falló en la mayoría de los sectores progresistas o de izquierda. De parte del peronismo la complicidad es sistemática frente a cuestiones que ellos dicen estar en contra, por ejemplo con respecto a los militares y los desaparecidos que hay en Venezuela, no se entiende cómo ese simple significante no baste como para que surja siquiera una duda. Por eso me parece muy reivindicable la honrosa excepción de lo que hacen desde Izquierda Socialista.


 

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Escribe Mercedes Trimarchi diputada de Provincia de Buenos Aires y referente de Isadora

Son dos misóginos, homofóbicos, reaccionarios y represores que gobiernan para las multinacionales y el capital financiero. Defienden cada uno de los ataques del Estado de Israel contra el pueblo Palestino, y son enemigos de las mujeres, lesbianas, gays, trans y demas sectores oprimidos en sus países y el mundo entero. Son de los principales enemigos de la juventud.

Trump desarrolló como parte de su campaña xenófoba la política de intentar expulsar 800.000 jóvenes migrantes, mientras que también separó a miles de niñxs de sus padres y madres en la frontera con México. Su discurso envalentonó al movimiento "Alt Right", promoviendo una mezcla de nacionalismo blanco y reaccionario, en un marco en que han crecido los crímenes de odio contra las comunidades negras y judías entre otras. Además, impulsó una reforma fiscal que aumentó la carga al pueblo trabajador y les bajó impuestos a los ricos y multinacionales. A nivel internacional buscó apuntalar el intervencionismo yanqui en todo el planeta.

Bolsonaro, por su parte, basó su campaña en amenazas de todo tipo contra los sin tierra, los pueblos originarios, las identidades disidentes y las mujeres. La otra cara de la moneda de una política que busca quitarles derechos históricos a lxs trabajadorxs, como con la búsqueda de una reforma jubilatoria. Su discurso está inundado del dogma religioso, su gobierno dice las mujeres nacieron para "ser madres y el hogar", y ahora llegó al colmo de querer terminar con el financiamiento estatal a las carreras de Filosofía y Sociología por estar para él impregnadas de la "ideología de género". Un dinosaurio completo.

Las mujeres fueron las primeras en salirle al cruce a ambos masivamente. En Brasil con el "#EleNão que ganó las calles del país antes de la votación, y en EEUU al día de su asunción también cientos de miles de mujeres se plantaron en la masiva "woman's march". Es una tarea del momento derrotar en las calles estas versiones retrógradas de gobiernos para ricos, que muestran cómo los grandes capitales siempre que pueden, ponen a cargo de los Estados a representantes anti-derechos.

Es muy importante para los pueblos del mundo debilitar políticamente al mandamás del imperialismo. La juventud tiene que ser parte de las campañas mundiales y convocatorias contra estos gobiernos reaccionarios. El Frente de Izquierda, Izquierda Socialista, Isadora y la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional, estamos al servicio de esa pelea.


“Yo no creo que sea inevitable el triunfo del socialismo. Entonces lo indispensable es luchar, luchar con rabia para triunfar, eso es indispensable, porque podemos triunfar. No hay ningún Dios que haya fijado que no podemos hacerlo.” (Nahuel Moreno)

Escribe Nicolás Núñez, legislador electo CABA por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda

Rabia, porque hace a la forma en que encaramos nuestra militancia. ¿Porque de qué otra forma plantarse frente a quienes gobiernan un mundo cada vez más injusto, con más derechos pisoteados, y con cada vez menos futuro por delante? Uno no puede pararse ante el crecimiento del hambre, o ante el 50% de jóvenes debajo de la línea de pobreza que tiene la Argentina, y tratar esos hechos solo como números. La rabia, la bronca, empujan nuestra voluntad de dar vuelta todo lo que conocemos de este mundo capitalista en decadencia. Pero no solo tenemos el enojo y la voluntad, también sabemos que existe la posibilidad de ganar.

Es por eso que junto con la palabra, rabia, nos interesó recuperar la cita con que encabezamos esta explicación. Se trata de una forma coloquial, simple, con la que el fundador de nuestra corriente dentro del trotskismo, Nahuel Moreno, sintetizaba su (nuestra) toma de posición ante un debate que llevaba un siglo de duración. Veamos

1. Marx y Lenin


Con la muerte de Marx en 1883 se dispararon múltiples interpretaciones de su obra. Hubo un arduo trabajo del pensamiento burgués para adornar la figura de Marx como alguien interesante, pero quitándole el contenido revolucionario a su legado. Parte de ese esfuerzo, fue plantearlo como un lúcido intérprete del capitalismo, pero reduciéndolo a un analista económico, lo que iba de la mano de pintarlo como alguien que pensaba que era el propio desarrollo tecnológico y productivo que impulsaba el capitalismo lo que, inevitablemente, algún día del futuro incierto, generaría las condiciones para una sociedad socialista. Lamentablemente eso también tuvo eco entre los “socialistas”: los partidos socialdemocratas de principios del siglo XX y los mencheviques rusos se abrazaron a esa misma idea de que no había que impulsar la pelea por el poder político, sino que había
que esperar al día que las “condiciones realmente maduras” toquen las trompetas, con la misma paciencia que los cristianos esperan el retorno de Jesús ante el apocalipsis.

A esa interpretación también la acompañó otra que enunciaba que irremediablemente la crisis del capitalismo iba a decantar mecánicamente en el triunfo del socialismo. Ambas negaban la importancia de la disputa política, y entendían la historia como mera consecuencia de los movimientos de la economía.

Esta revisión a dos voces de la obra de Marx pasaba por alto necesariamente dos elementos fundamentales: la perspectiva militante y la lucha de clases. Marx no se dedicaba a escribir encerrado en su casa ni a profetizar desde un pupitre. Fue un brillante estudioso, sí, pero sobretodo un fundador y constructor de la herramienta que consideraba indispensable: la internacional y el partido revolucionario de la clase trabajadora para luchar en el presente, y no en un futuro en abstracto, por el socialismo. Marx entendió que es la lucha de clases la que define los ritmos de la historia en que estamos inmersos. Esa lucha se da dentro de un cuadrilátero delimitado por
condicionamientos históricos económicos y sociales, pero es -justamente- una lucha, y en una lucha se gana o se pierde, pero se da pelea.

La Revolución Rusa (1917) dio un golpe letal a quienes les decían a los trabajadores que había que seguir aguantando al capitalismo, y demostró que ya había condiciones para que triunfe una revolución socialista. Con una organización firmemente organizada, el Partido Bolchevique construido por Lenin, un país atrasado lograba escaparse del infierno capitalista antes que cualquier país avanzado.

Pero no hubo solo triunfos, también hubo que interpretar catástrofes como la Primer Guerra Mundial que se llevó la vida de millones, y luego al nazismo. Ante estos hechos el marxismo revolucionario postuló que la historia no tenía un único pronóstico posible, no era inevitable el socialismo, la decadencia del capitalismo también podía terminar en otra cosa: en la barbarie.

2. Trotsky y Moreno

Tras la muerte de Lenin, el estalinismo fue un tremendo retroceso para la dirección revolucionaria de la clase trabajadora. Todas las corrientes que se alimentaron de él, desde el maoísmo hasta el “Socialismo del Siglo XXI” de Chávez, pasando por los consejos de Fidel Castro en las décadas del 70 y 80 en América Latina, fueron quienes se encargaron de reflotar la lectura reformista de Marx: “las condiciones para el socialismo no están dadas, hay que coexistir con el capitalismo y hacerlo avanzar, para que en el futuro sí haya condiciones de pelear por el socialismo”.

Mayoritariamente la izquierda mundial fue atrás de ese planteo, y así estamos hoy: con el capitalismo reimplantado en todos los países donde la burguesía había sido expropiada, y con un tendal de revoluciones abortadas, incompletas, traicionadas, en un mundo de miseria creciente. “Los que hacen revoluciones a medias no hacen más que cavarse una tumba”, decía uno de los graffitis del Mayo Francés. Algo que se demostró una y otra vez cierto.

La fundación de la Cuarta Internacional y de partidos revolucionarios por fuera de los PC (dirigidos por el estalinismo) fue lo que permitió que el legado militante y revolucionario de Marx pueda seguir teniendo un canal de organización. El responsable de esa tarea fue León Trotsky.

En el Programa de Transición, pilar de fundación de la Cuarta, señaló que el gran problema a resolver para sacar a la humanidad de su crisis era (es) la crisis de la dirección revolucionaria de la clase trabajadora. Se trata entonces, para decirlo simple, de un problema político, no económico.

Tras el asesinato de Trotsky por parte de una agente estalinista y hasta el presente, un sector del trotskismo padeció una gran desorientación política y dispersión, y en buena medida también, un impulso hacia rendirse ante las modas políticas del momento (el guerrillerismo, el zapatismo, el chavismo, etc.) y abandonar la estrategia marxista de construir organizaciones revolucionarias en la clase trabajadora.

Contra esa orientación Nahuel Moreno emergió en ese contexto como un gran constructor de partidos, y como un defensor no dogmático del legadodel marxismo, el leninismo y el trotskismo.

3. Ningún dios

Con Moreno afirmamos que en ningún lado está dicho que lxs trabajadorxs no puedan gobernar la sociedad. Porque en ningún lado está ya definido que el capitalismo es inmortal. Más bien, nada lo es. Su continuidad, es la continuidad del hambre, de la explotación, de las guerras, de la destrucción de la naturaleza, en fin, es una amenaza para cualquier tipo de futuro para el mundo entero.

La humanidad ya cuenta con el desarrollo productivo que garantice que nadie muera de hambre; cuenta con la tecnología para repartir las horas de trabajo y trabajar menos y poder dedicar nuestras vidas a lo que realmente queramos; cuenta con la capacidad de garantizar el techo, el acceso al agua, la salud y la educación al conjunto de la población mundial. Si eso no pasa es porque hay un puñado de megamillonarios, que tejen los hilos de la economía y la política mundial con sus empresas multinacionales, imponiendo cada vez mayores dolores a las mayorías empobrecidas. Eso explica que las 26 personas más ricas junten en un año la misma cantidad de riquezas que las 3.800.000.000 más pobres. Hay que terminar con todo esto.

En nuestro país, partimos de organizarnos para enfrentar las políticas de Macri y los gobernadores, pero en el contexto de que la realidad excede a nombres propios o a tal o cual gobierno. Nuestra lucha es contra todo un régimen social ordenado en torno a los intereses capitalistas.

Nuestra invitación es a que te sumes a dar esa pelea. Porque nuestra potencialidad de triunfo, no se deriva de la crisis del capitalismo, que ya a esta altura es crónica, casi permanente, y cada vez peor. Sino que se deriva de la fuerza que tenga nuestra herramienta política, y si somos lo suficientemente inteligentes, si tenemos la política correcta, para derrotar a los partidos capitalistas.

Somos parte, Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional, de una corriente que se forjó y aprendió junto a Moreno y toda una camada de militantes que viene sosteniendo décadas de lucha en condiciones de todo tipo, como lo hizo el heroico Partido Socialista de los Trabajadores (PST) sosteniendo la militancia en la clandestinidad contra la dictadura genocida de Videla y compañía.

Se trata de una militancia que ha pasado por situaciones de avance y retroceso, pero incluso en los momentos más difíciles, se sostuvo con la triple certeza de que es posible organizarse para derribar al sistema capitalista; de que la clase trabajadora da batalla contra los intentos de semiesclavización que impulsan los gobiernos; y de que en este mundo en el que priman la opresión y la explotación, no hay mejor manera de atravesar la vida que hermanadxs con compañerxs que peleen codo a codo y con rabia por una sociedad donde realmente reinen la igualdad y la libertad: una sociedad socialista.

No existe dios que haya definido que no podamos triunfar.


NAHUEL MORENO
(1924-1987)
Fue uno de los principales dirigentes del trotskismo latinoamericano, y fundador de la corriente de la que somos parte en Izquierda Socialista. Sus trabajos teóricos podés encontrarlos en los libros que editamos y también en www.nahuelmoreno.org

 

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