Del Cordobazo a la asunción de Cámpora: Se presentó el primer tomo de la historia del PST

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

En la mesa: Mercedes Petit, de Titto y Gabriel SchwerdtEl jueves 9 de junio se realizó la presentación del libro en el salón El Palacio en Capital Federal. Fue muy importante y destacada la presencia de compañeras y compañeros que fueron militantes del PST. Desde la mesa con el autor y en varias intervenciones, se habló con entusiasmo de aquellos tiempos, de las políticas y debates de aquel entonces y su vigencia, en un ambiente muy emotivo. Con la expectativa que en este año aparezca el segundo tomo.

Escribe: Antonio Farés

Integraron la mesa Gabriel Schwerdt por la Editorial Cehus; Mercedes Petit, dirigente de Izquierda Socialista y el autor, el historiador Ricardo de Titto. Lo más destacado fue la numerosa asistencia de la antigua militancia del PST. Hubo abrazos entre compañeros que hace años no se veían, mezclados con emoción con aquellos que han seguido en contacto. Esta presencia la destacó desde el inicio Juan Carlos Coral, candidato presidencial por el PST en 1973, quien fue aplaudido y saludado efusivamente por toda la concurrencia. Gabriel Schwerdt presentó los saludos de Miguel Lamas desde Cochabamba; desde Brasil los de Silvia y Adolfo Santos; Colo y “Baba”, hoy concejal del PSOL en Río de Janeiro; Oscar Rodríguez desde la Patagonia, que recordó a Heriberto Zardini; Lea de Alemania; Daniel de Australia y Enrique Gómez del POS de México. El sociólogo y ex vicedecano de Sociales (UBA) Eduardo Grüner envió su mensaje desde el exterior.

Un “aporte importante”

Mercedes Petit definió así el libro en su presentación. Destacó “el logro de Ricardo de Titto para plasmar en este primer tomo una seria investigación histórica. No solo la lucha contra las patronales y las dictaduras del PRT-La Verdad y del PST, que encabezaba Nahuel Moreno, sino también contra la guerrilla y el abstencionismo que impulsaba la errónea consigna 'ni golpe ni elección, revolución'. La construcción del partido revolucionario en aquella pelea de los trotskistas contra el peronismo, por la independencia política de clase y la obtención de la legalidad electoral para impulsar el llamado 'no vote patrones ni militares, vote trabajadores'.”

Asistentes en El PalacioTambién señaló “la importancia del libro para las nuevas generaciones que se incorporan a la lucha revolucionaria, no solo a las filas del `morenismo ́, más allá de la organización que integren. Ubicándose a partir de la semiinsurrección del Cordobazo en 1969, va siguiendo experiencias de lucha y organización en el movimiento obrero, y distintas tácticas sindicales, así como la respuesta política revolucionaria al acuerdo entre Perón, Balbín y el general Lanusse y la convocatoria a las elecciones.”

Por último se refirió a la frondosa literatura sobre “la épica de la guerrilla y las historias sesgadas”, citando al autor, y el sistemático “ninguneo” al PST: “Este libro aporta para tomar la posta a los cuatro tomos que coordinó Ernesto González y que llegaron a los inicios de los 70.” Petit reivindicó la labor de los historiadores más jóvenes que fueron parte de aquel equipo de investigación, varios de ellos presentes en el evento. Y dijo: “Nosotros no tenemos una historia `oficial ́, que es propia de la burguesía dominante o del stalinismo y sus falsificaciones. El aporte de de Titto es historia seria, documentada, que busca precisar los hechos investigados, sin caer en una falsa imparcialidad. Será un impulso al debate sobre aquellos años, hasta ahora muy sesgado o incluso con numerosas falsificaciones en lo que hace a la actuación revolucionaria del PST en aquellos años.”

Luego habló el autor, adelantando a la concurrencia algunos de los aspectos centrales de su obra*.

Otras intervenciones

La primera y muy aplaudida fue la de Juan Carlos Coral, que destacamos en un recuadro. El dirigente de Izquierda Socialista Miguel Sorans le siguió: “Quiero agradecer a todos los presentes pero muy en particular a los muchos viejos compañeros del PST que han venido, y los hay también del ex MAS. Con ellos nos une no un recuerdo, sino la reivindicación de una lucha que sigue vigente. Como ya se dijo, la difusión de esta historia es la reivindicación del papel del trotskismo que siempre levantó las banderas con las que nos educaron Nahuel Moreno, Ernesto González y demás compañeros fundadores, papel que ha sido ignorado en la historia de los setenta.”

Simón Rodríguez Porras, del PSL de Venezuela, habló a continuación: “Trasmito el saludo del compañero Orlando Chirino, dirigente de nuestra organización en Venezuela. En esta historia y tradición el internacionalismo no es un mero saludo a la bandera, sino una práctica política y un método de construcción. En Venezuela hemos contado con el acompañamiento solidario de compañeros de Argentina y otros países, en todas las campañas importantes que hemos realizado. E incluso en momentos muy difíciles, como el asesinato de nuestros tres compañeros dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores y del partido, en el estado de Aragua en 2008.”

Por último visiblemente emocionado, quiera fuera trabajador bancario y militante Norberto Malaguti, dijo que “es un orgullo acumulado lo que fue nuestra vida junto al PST, que significaba vivir para luchar por el socialismo”.

Terminadas las intervenciones, una compañera se levantó de su asiento y propuso que se cantara la Internacional. Así lo hizo toda la concurrencia. Luego, surgió también espontáneamente un antiguo y querido canto: “y ya lo ve, y ya lo ve, es el glorioso PST”.


Como candidato presidencial del PST en 1973, Coral enfrentó a la fórmula que encabezaba Cámpora en marzo y al propio Perón y su esposa en setiembre. En 1976 tuvo que exiliarse y vivió muchos años en Venezuela.Juan Carlos Coral “El PST fue un jalón en la historia de la izquierda”

Como candidato presidencial del PST en 1973, Coral enfrentó a la fórmula que encabezaba Cámpora en marzo y al propio Perón y su esposa en setiembre. En 1976 tuvo que exiliarse y vivió muchos años en Venezuela.

“Esta reunión de tantos compañeros de aquella época y tantos jóvenes que no habían nacido nos produce un gran estímulo para la lucha. Es el testimonio de que el socialismo y las organizaciones socialistas revolucionarias como Izquierda Socialista están vigentes. [...]

“El PST fue un jalón entre los partidos de izquierda en el país, y un jalón en la historia del movimiento obrero. Tenemos que tomarlo en cuenta ahora frente a las luchas que se avecinan. Esta realidad se nos presenta en bandeja ante nosotros para estimular esta rebeldía social, para movilizar a todas las víctimas de este gobierno que es la resurrección plena del neoliberalismo, como el kirchnerismo también lo fue. Ahora tenemos un gobierno directamente de los CEOs como ministros, sin intermediarios y lobbistas. [...]

“Es necesario tomar la línea del PST, que se basaba en la lucha de clases, que se basaba en el anticapitalismo, del que ahora casi nadie habla, incluso en la izquierda. Un eje de todas las luchas debería ser el anticapitalismo. El obrero va todos los días a su trabajo como a una celda sin grilletes; trabaja en negro el 40%. [...]

“Estoy muy contento de recibir tanto cariño que me sorprende. A mi edad, todos piensan en la muerte. Reuniones como ésta me hacen pensar en la vida, porque me hacen pensar en el socialismo, que es el futuro.”


Ricardo de Titto “Un partido distinto”

El PST fue un partido “distinto”. A pesar de que compartiera con otros partidos el acuerdo de “hacer la revolución” tenía signos distintivos. Uno de ellos, primordial, es que buscaba dialogar con los trabajadores, mayoritariamente peronistas, y enseñaba a sus militantes a aprender a escuchar, a respetar las opiniones ajenas y a tratar de explicar su programa y sus propuestas partiendo de las necesidades inmediatas y la conciencia presente de los obreros. La mayoría de la izquierda y en particular, la revolucionaria (como los maoístas del PCR y VC, los guevaristas del PRT y los trotskistas del PO), integrados mayoritariamente por estudiantes, iban a las fábricas a “dar clase”, a decirle a los trabajadores lo que tenían que hacer. La actitud de los militantes del PST era opuesta. Por ejemplo, en las huel- gas, se iba a “poner a disposición” de lo que la lucha necesitara y a ser los más dispuestos a hacer lo que los trabajadores decidieran democráticamente... aunque estuvieran en desacuerdo.

Esa actitud tenía que ver con la tradición partidaria que, por sobre todo, buscaba “poner en movimiento” a los trabajadores confiando en que esa era la única forma de que avanzara su conciencia. En las reuniones de equipo los dirigentes se esforzaban para que los nuevos militantes aprendieran a ser concretos, a dar sus opiniones sin asumir tonos profesorales.

Era común que se votara tiempo máximo de intervención y que fuera de tres minutos y de una sola ronda. Eso fue toda una escuela. Pero además se distinguía porque muchas compañeras mujeres ocupaban puestos de dirección -algo que no sucedía en el resto de la izquierda- y, además, contaba entre sus filas con homosexuales, cosa que, en aquellos tiempos era una rareza: otros partidos de izquierda llegaron a expulsar militantes por su preferencia sexual. La primera revista que se expresó por la “liberación femenina”, Muchacha de 1971, fue una creación del PRT-La Verdad, el antecedente del PST. Sobre estos temas, como aclaré en la presentación, me detendré en el segundo tomo.

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