El Socialista entrevistó a Görkem Duru, dirigente del Partido de Democracia Obrera (Turquía) sección oficial de la Unión Internacional de los Trabajadores (UIT-CI), sobre las movilizaciones de las últimas semanas en el Oriente Medio.

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

El Socialista entrevistó a Görkem Duru-¿Qué es lo que ha desencadenado las revueltas en Líbano, Irak e Irán?

Lo que hizo estallar las movilizaciones en estos tres países fueron las malas condiciones económicas y sociales que condenaban a las masas a la pobreza. En Líbano lo que produjo la rebelión fue la decisión del gobierno de crear un nuevo impuesto sobre WhatsApp y otros servicios de Internet. En Irak las masas trabajadoras salieron a la calle por las altas tasas de desempleo y pobreza. En Irán se encendió la mecha de las protestas masivas cuando el gobierno subió el precio de los carburantes casi al 300 por ciento. Estos han sido los factores que hicieron estallar las revueltas. En el fondo yacía el malestar de las masas por las nefastas políticas capitalistas de los gobiernos de estos tres países.

La “revuelta de la basura” de 2015 en Líbano, las rebeliones de 2011, 2015 y 2018 en Irak y las luchas que venían desde los años 2016 y2018 en Irán, fueron las muestras del descontento de las masas. Sería interesante dar un par de ejemplos para mostrar el grado de la destrucción que causaron las políticas neoliberales en esos países. En Irak solo un 48,7 por ciento de la población activa está trabajando. De los 38 millones de habitantes del país 13 millones de ellos, es decir casi el 30 por ciento de la población vive en la pobreza. En Irán el PBI se redujo el 9 por ciento este año y la inflación ronda el 40 por ciento. Como resultado los precios de los alimentos han subido tres o cuatro veces. En Líbano, el gobierno intenta aplicar políticas de austeridad desde el mes de abril de este año para responder a la grave crisis económica. Para hacer pagar la factura de la crisis al pueblo trabajador, puso como objetivo eliminar los gastos públicos, bajar los sueldos de los trabajadores públicos y subir los impuestos. Así que los pobres se han hecho más pobres, sin poder acceder a los servicios públicos como luz, agua y sanidad. En síntesis, el nivel al que alcanzaron las políticas de la explotación capitalista abrió el paso a las movilizaciones de las masas con demandas económicas.

-Dices que fueron las demandas económicas que provocaron las revueltas. Pero por otro lado en estos tres países las masas gritan “¡El pueblo no quiere este gobierno!”, una consigna que se repite en muchos países del Oriente Medio y del Norte de África desde 2010.

Sí, de hecho, las movilizaciones que empezaron espontáneamente con las consignas económicas rápidamente se extendieron y asumieron un carácter político contra tanto los gobiernos como los regímenes. Por supuesto que existían condiciones que facilitaron que surgieran las demandas democráticas. La represión fuerte de las movilizaciones por los aparatos de los Estados (la represión en Irak y en Irán causó mas de 400 muertos) ha sido uno de los factores para que las masas orientaran su rabia contra los gobiernos y los regímenes. De hecho, como he dicho anteriormente, ya había habido rebeliones en el pasado reciente en esos países y los gobiernos prometieron reformas estructurales para poder apagarlas, promesas nunca cumplidas. Y el nivel de vida de los pueblos fue de mal en peor. Como resultado de esto las masas empezaron a cuestionar los regímenes más duramente. Después de que empezaran las últimas revueltas los gobiernos de Líbano e Irak otra vez prometieron reformas, sin embargo, esta vez las masas no se retiraron de las calles, ni después de que los primeros ministros de estos dos países dimitieran. Esto nos muestra el nivel de la rabia de las masas. En Líbano la gente gritaba “¡Que se vayan todos!”. Las masas piden un sistema laico en lugar del régimen sectario, oligárquico y corrupto construido en base a los intereses del imperialismo después de la guerra civil de 1975-90. En Irak las masas odian el régimen construido después de la intervención de los Estados Unidos (2003) con la colaboración yanqui e iraní en base a la hegemonía oligárquica sobre el petróleo y dividiendo el país sobre líneas sectarias. En Irán aparte de las demandas económicas hay una lucha contra el régimen de los mulás con consignas democráticas. En los tres países la clase obrera, las mujeres y la juventud organizan protestas callejeras y huelgas regionales con consignas tanto económicas como democráticas. Es decir, pensando en las reivindicaciones, en el carácter y en la vanguardia de las rebeliones actuales, podemos decir que todos ellos forman parte del proceso revolucionario que empezó en el Oriente medio y el Norte de África.

-Dices que las movilizaciones actuales forman parte del proceso revolucionario que empezó en la zona a partir del año 2010. Lo que faltó entonces fueron direcciones revolucionarias capaces de cumplir las demandas democráticas y sociales de las masas. En las de hoy ¿surgen direcciones con tal capacidad?

Desafortunadamente entonces no surgieron direcciones capaces de lograr que las masas alcanzaran sus reivindicaciones. Ya sabemos el resultado de esta falta, o más bien todo el mundo debe haberlo visto. La falta de una dirección revolucionaria en el ejemplo de Túnez hizo que la revolución se parara en el medio del camino, en la etapa democrática, por la política de reacción democrática que aplicó la burguesía con la ayuda del imperialismo y por supuesto con el beneplácito del reformismo. En Egipto y en Siria el ejército, el imperialismo, los focos reaccionarios (Hizbullá, ISIS, etcétera) y los países de la región trataron de aplastar las movilizaciones de las masas. Un ejemplo más actual es Argelia. Las movilizaciones que empezaron en 2019 pudieron derrotar la dictadura de Buteflika. Sin embargo, la burguesía y el ejército tratan de sostener el régimen con los métodos de la reacción democrática. Quieren realizar una “transición” por vía electoral para que el régimen no caiga. Pero la lucha de las masas contra el régimen sigue.

También los pueblos trabajadores han tenido experiencia en los últimos nueve años. La falta de direcciones revolucionarias en el proceso que comenzó en el 2010 causó que el “islam moderada” como los Hermanos Musulmanes triunfara en muchos países. Pero las políticas neoliberales de esas direcciones reaccionarias profundizaron la pobreza y la explotación de las masas. Y hoy en los países como Líbano, Irak e Irán los pueblos rechazan el sectarismo religioso por las experiencias que ellos han tenido durante todo este periodo.

Sin embargo, tenemos que confesar que aún no han surgido direcciones revolucionarias en la zona. Esta falta va a ser determinante en el trayecto de las revueltas. Eso también es válido para los procesos revolucionarios de otras partes del mundo. Este hecho es igualmente importante hoy en Chile, en Colombia en las luchas de las masas contra las políticas de explotación capitalistas. Hoy las consignas “no son 30 pesos, son 30 años” y “El pueblo quiere que caiga este régimen” son manifestaciones de la misma rabia popular. Y la construcción de una dirección revolucionaria en uno de estos países será un ejemplo para que las masas sigan el mismo camino. Por eso, la construcción de un programa de lucha que pueda unir las demandas económicas y sociales sobre la base de la independencia de la clase obrera e internacionalista, con la perspectiva de una ruptura del capitalismo e imperialismo, y la unificación de las luchas de las masas alrededor de este programa son las tareas urgentes que los revolucionarios tenemos que asumir y llevar a cabo.

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