Boicot Kirchnerista a la lucha de AGR: ¿Te acordás de “Clarín miente”?

(Tiempo estimado: 3 - 6 minutos)

cartel-clarin-miente-mercado-centralEscribe Juan Carlos Giordano

Durante años Néstor y Cristina Kirchner, Guillermo Moreno, D´Elía, Boudou y compañía hicieron campaña contra Clarín bajo el rótulo “Clarín miente”. Pero resulta que ahora cuando la planta de AGR-Clarín está tomada por sus trabajadores en defensa de 380 puestos de trabajo, el kirchnerismo le da la espalda a los trabajadores.

Luego de la captura in fraganti del funcionario José Lopez (amigo de De Vido y Cristina) mientras tiraba bolsas negras con miles de dólares -provenientes de coimas en la obra pública- en un convento de monjas, muchos de los que todavía confiaban en Cristina empezaron a cuestionar el rol del kirchnerismo.

Hoy, nos volvemos a dirigir a aquellos sectores que aún tienen expectativas en que Cristina y el kirchnerismo podrían ser una opción ante el ajuste de Macri. Pero la realidad es la única verdad: el kirchnerismo le da la espalda a la lucha de los trabajadores de AGR-Clarín haciéndole el juego a esta patronal negrera y explotadora.

¿Y “la lucha contra las corporaciones”?

Guillermo Moreno llegó a repartir medias a chicos pobres de Angola con la leyenda “Clarín miente”. Recordemos los globos rojos en marchas K con esa leyenda. Hoy, el kirchnerismo, sigue haciendo campaña “contra Clarín” para tratar de encubrir sus propios hechos de corrupción; y el multimedio, a su vez, se encarga de denunciarlo diariamente. Pero tanto Clarín como el kirchnerismo, más allá de la pelea entre ellos, se unen escandalosamente para enfrentar a los obreros en lucha. Por un lado Clarín despide y junto a las patronales de los medios arma un cerco mediático para silenciar la lucha. El kirchnerismo, que aún conserva algunos medios, se suma a este cerco. Es por eso que Página12 (diario del presidente del PJ de Capital y burócrata kirchnerista del sindicato de los trabajadores de edificios, Víctor Santamaría) no da cobertura a esta pelea, igual que C5N y CN23, entre otros.

El kirchnerismo tiene diputados, medios de prensa, dirigentes sindicales, La Cámpora, el apoyo de organismos de derechos humanos y presencia estudiantil. Sin embargo, salvo la presencia de algunos dirigentes a título individual, no ha movilizado nada de su aparato para solidarizarse con los obreros de Clarín. Igual ocurre con los dirigentes sindicales kirchneristas, como Hugo Yasky de la CTA, quien se comprometió a participar en la marcha contra los despidos del pasado viernes 3 de febrero y no fue. Lo mismo podríamos decir de todos los sectores del peronismo y del PJ (Scioli, Gioja, Bossio o Urtubey). Así como del Frente Renovador de Massa, que tiene a dos referentes del triunvirato de la CGT (Daer y Acuña). Peor aún fue la presencia de Scioli en la inauguración del espacio Clarín en Mar del Plata. Recordemos al candidato de Cristina, llamando a que lo voten “contra el ajuste y la derecha” de Macri. También pidió el voto para luchar “contra las corporaciones”.

El hecho es que se han solidarizado trabajadores del multimedio, a riesgo de ser perseguidos, pero no el kirchnerismo de conjunto que vienen haciendo campaña contra Clarín desde hace años.

El kirchnerismo no es salida, vení al Frente de Izquierda.

La campaña enarbolada por el kirchnerismo bajo el rótulo “Clarín miente” fue una jugada mediática y electoralista para intentar hacer creer que el gobierno hacía cosas buenas pero la prensa no se las difundía y que los medios de prensa querían desestabilizarlo y dar un golpe “mediático” contra un gobierno supuestamente popular. Lo mismo hizo con la ley de medios, que para nada tenía el objetivo de democratizar la palabra, sino impulsar un multimedio kirchnerista de medios afines (con programas como 6,7,8, entre otros).

La realidad fue que Néstor y Cristina Kirchner tuvieron enfrentamientos con el grupo Clarín después de beneficiarlo por años, pero luego pactó con las telefónicas contra el multimedio de Magnetto (ver recuadro). De esta manera el gobierno anterior usó a su favor la campaña “Clarín miente” tildando a dicha patronal de golpista contra un “gobierno popular”.

¿Pero fue realmente un gobierno popular? Cristina Kirchner fue quien bajo su mandato hizo campaña contra los paros generales de la CGT catalogándolos de “destituyentes”; fustigó por cadena nacional los justos paros docentes; defendió la condena a cadena perpetua de los petroleros de Las Heras; atacó a quienes pelearon contra el impuesto al salario; metió preso al Pollo Sobrero durante cuatro días culpándolo falsamente de “quemar trenes”, por nombrar algunos de los tantos hechos de criminalización de la protesta del famoso “modelo K”.

Por ser una variante patronal peronista, es que el kirchnerismo le da la espalda a los trabajadores que luchan. Dejando en evidencia que la verdadera pelea contra las patronales negreras y dictatoriales solo pueden darla los trabajadores con paros, asambleas y tomas de los lugares de trabajo. Para combatir de verdad a los enemigos de la clase obrera, llamamos a los trabajadores y al pueblo a sacar conclusiones y abandonar al kirchnerismo y sumarse al Frente de Izquierda. 


La pelea K-Clarín 

Luego de la rebelión popular del Argentinazo de 2001, el grupo Clarín presionó para lograr la pesificación de sus deudas. Duhalde se la concedió cuando asumió la presidencia y el multimedio se lo retribuyó apoyando en 2003 al candidato del PJ de entonces, Néstor Kirchner. El gobierno kirchnerista, en 2005, vía el decreto 527/05 extendió por diez años los plazos de las licencias de radiodifusión de todos los canales de televisión y frecuencias de radio. Mantuvo así el beneficio para los grandes grupos que controlan este rentable negocio, entre ellos Clarín (diario Clarín, Canal 13, TN, Radio Mitre, FM 100, entre otros). Además logró la aprobación de la compra de Cablevisión por parte de Multicanal (propiedad de Clarín).

Pero en el año 2008 terminó el idilio entre el kirchnerismo y el grupo de Ernestina Noble y Magnetto. El gobierno de Néstor decidió cederle el negocio del Triple Play a Telecentro (en una sola boleta cable, internet y teléfono), en acuerdo con las telefónicas, dejando afuera del negocio a Clarín, y comenzó a usar escandalosamente a su favor la TV Pública, Télam, C5N y tantos otros medios.Avanzando, de esta manera, en la consolidación de su propio multimedio. Para esto modificó la Ley de Medios y apeló al manejo discrecional de la pauta oficial, pero no para fomentar la libertad de expresión, ya que las voces de los luchadores y la izquierda nunca tuvieron espacio en la televisión y medios oficiales de entonces.

 

 

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