Escribe Adolfo Santos
Con autoría del diputado Juan Carlos Giordano y la diputada Mercedes de Mendieta de Izquierda Socialista, el Frente de Izquierda presentó un proyecto de ley contra los decretos de privatización de AySA. Propone que sea 100% estatal, bajo gestión de trabajadoras, trabajadores y organizaciones de usuarios, y rechaza la entrega a la empresa israelí Mekorot.
El gobierno ultraderechista de Javier Milei intenta reeditar una política que ya fracasó en Argentina y en varios países del mundo: la privatización del servicio de agua potable. Propone vender el 90% de las acciones y autorizar cortes masivos del suministro por falta de pago en la empresa que brinda agua potable y saneamiento en el AMBA. Esta medida, que afecta un servicio esencial para la vida, comenzó a generar rechazos. El 2 de agosto, bajo la consigna “el agua no se vende, se defiende”, se realizó un abrazo simbólico al edificio de AySA, en rechazo a la privatización y a la presencia de la empresa israelí Mekorot, que actúa como asesora del proyecto privatizador y pretende quedarse con el control de la empresa.
El proyecto del Frente de Izquierda Unidad propone anular estos decretos privatistas. En un país con más de 7 millones de personas sin acceso al agua potable y casi 20 millones sin redes de saneamiento, la privatización agravaría este flagelo. Correctamente, el proyecto de ley expresa: “garantizar el acceso universal, equitativo y sustentable al agua potable y al saneamiento en todo el territorio nacional, como derecho humano esencial no sujeto a las reglas capitalistas de mercado”.
La privatización de AySA persigue la ganancia capitalista por sobre un servicio esencial. Los decretos de Milei permiten cortar el suministro a quienes no puedan pagar. En cambio, desde el FITU se plantea que el agua sea reconocida como un derecho humano inalienable, gestionado por el Estado nacional, con prioridad en su función social, sanitaria y ambiental, por encima de cualquier interés económico o empresarial. Ningún usuario debe quedar excluido del acceso a este servicio por razones económicas.
Un proyecto que ya fracasó
Durante el gobierno peronista de Carlos Menem, en 1993, el servicio de agua se entregó a Aguas Argentinas S.A., controlada por el grupo francés Suez. En 1999, una investigación comprobó que la empresa se había vendido por menos de una quinta parte de su valor real. Además, confirmó la falta de inversión en obras, la provisión de agua contaminada, el despido de personal y el aumento significativo de las tarifas. Está claro: la privatización genera corrupción, ataca los derechos laborales y deteriora la calidad de un servicio declarado esencial por la ONU desde el 2010.
A pesar de esas evidencias, el secretario general del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias, José Luis Lingieri, minimizó la medida: “es una imposición de la Ley Bases”. Con más de 40 años al frente del sindicato, este burócrata traidor, que integra la “mesa chica” de la CGT, se limitó a declarar que acepta la privatización “siempre y cuando no derive en reducción de personal”. ¡Una vergüenza!
El proyecto de las y los diputados del Frente de Izquierda propone que AySA diseñe un Plan Federal de Obras para expandir el acceso al agua potable y a los desagües cloacales en todo el territorio nacional. Para financiar este proyecto, plantea que los recursos provengan de lo destinado al pago de la usurera deuda externa y se incrementen mediante la implementación de “un impuesto especial a las ganancias de las multinacionales, grandes empresarios y bancos que operan en nuestro país, redirigiendo los recursos nacionales a garantizar este derecho humano esencial, brindando un servicio eficiente y accesible para el pueblo trabajador”.
*Ver el Proyecto completo en izquierdasocialista.org

Escribe Juan Carlos Giordano, diputado Nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
El cierre de listas mostró la profunda crisis política tanto del gobierno de Javier Milei y su alianza con el PRO; como del peronismo, que volvió a cambiarse el nombre y ahora se presenta como Fuerza Patria. El Frente de Izquierda Unidad se prepara para dar pelea: contra la motosierra de Milei, el ajuste del FMI y un peronismo que ya demostró que no es una alternativa.
El cierre de listas fue un escándalo que expuso la profunda crisis política, en particular dentro del peronismo. A las 23.59, todavía no había acuerdo entre las tres vertientes del PJ: el sector de Axel Kicillof, La Cámpora de Máximo Kirchner y el espacio de Sergio Massa. Argumentaron un corte de luz en La Plata para pedir una prórroga en los plazos. Horas después llegó la “fumata blanca”, dejando un tendal de heridos.
Las y los seguidores honestos del peronismo vieron en vivo y en directo a su dirigencia enfrascada en disputas por quién ponía los nombres, una pelea completamente alejada de sus urgencias. Un columnista de Página/12 lo resumió así: “El peronismo apenas pudo disimular que está roto”, señalando incluso que incluyeron a doce intendentes actuales como candidatos testimoniales.
Algo similar ocurrió con la alianza entre la ultraderechista La Libertad Avanza y el acuerdo por arriba que tejieron con Cristian Ritondo y Diego Santilli del PRO, que dejó afuera a sectores que ahora se presentan por separado. La motosierra de Karina Milei, junto a los hermanos Menem, también barrió con las aspiraciones de Santiago Caputo, que intentó imponer a sus streamers de las fuerzas del cielo, sin éxito. El denominado Gordo Dan, por ejemplo, no será candidato.
Con los restos se armó un rejunte denominado “la avenida del medio”, entre los discípulos de Juan Schiaretti, Florencio Randazzo, Facundo Manes, Martín Lousteau, Elisa Carrió, Emilio Monzó, que vienen apoyando al oficialismo en lo que haga falta.
¿El peronismo “se le planta a Milei”?
¡Hay que pararle la mano a Milei! Este grito empieza a resonar con fuerza. En la Tercera Sección pusieron como primer candidato a Maximiliano Bondarenko, ex comisario de la represora Policía Bonaerense. La motosierra viene con represión, al estilo Patricia Bullrich. Por otro lado, los candidatos del peronismo tampoco ofrecen una salida para el pueblo trabajador.
Kicillof afirmó que “la única boleta que se le planta a Milei es la de Fuerza Patria”. Pero es una mentira total. Los salarios que paga son de extrema pobreza, y deja avanzar despidos en Georgalos, Secco, Molinos y Morvillo.
No hay ningún “voto útil” al peronismo, que fue cómplice del gobierno al brindarle los votos para aprobar sus leyes en el Congreso. Mientras Milei aplica su ajustazo, los burócratas de la CGT, Héctor Daer y Andrés Rodríguez, miran para otro lado y le dan su apoyo a Kicillof.
El peronismo gobernó la provincia 34 años seguidos desde 1983, y el resultado es el desastre que se profundizó con los gobiernos de Alberto y Cristina Fernández.
Sólo el Frente de Izquierda Unidad viene enfrentando de manera consecuente la motosierra del gobierno, tanto en las calles como en el Congreso y las Legislaturas. Somos parte de los reclamos obreros y populares por aumento de salarios y jubilaciones, contra los despidos, y exigimos que se deje de pagar la usurera deuda externa para destinar esos fondos a combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad social.
Las listas del FITU están integradas por luchadoras y luchadores de distintos sectores. Nicolás del Caño y nuestra delegada ferroviaria y diputada nacional (mc), Mónica Schlotthauer, encabezan la Tercera Sección Electoral. Romina del Plá y el dirigente del ferrocarril Sarmiento, Cristian Duarte lo hacen en la Primera. Así en todos los distritos. Estas listas cuentan con el apoyo de dirigentes como Rubén “Pollo” Sobrero.
Sabemos que muchas personas piensan en no ir a votar como forma de repudio a los políticos patronales que piden el voto y luego gobiernan para los de arriba. Pero eso no los castiga. Para castigar a Milei y a sus cómplices, proponemos que el 7 de septiembre apoyen al Frente de Izquierda Unidad, para tener más bancas que se jueguen en las luchas y peleen por una salida de fondo en beneficio del pueblo trabajador y de la juventud.
Mónica Schlotthauer, reconocida delegada ferroviaria del Sarmiento y diputada nacional por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad (mc) conversó con El Socialista sobre la campaña que está en puerta para la Legislatura bonaerense.
El Socialista: ¿Qué desafíos tiene ser candidata en esta elección en particular?
Mónica Schlotthauer: Tenemos que dar la batalla para que miles de compañeras y compañeros castiguen con el voto al chacal de Javier Milei y al gobierno de hienas y pirañas que se alimentan del sufrimiento de los trabajadores y el pueblo. Un gobierno que llegó prometiendo atacar a la casta para terminar con la pobreza, pero que, durante más de un año de gestión, ha atacado sistemáticamente los derechos sociales, laborales y democráticos de toda la población. Y que además avanza en el saqueo de mares, ríos y territorios.
Hay que rechazar en las urnas este “ajuste sin fin”, como miles ya lo estamos rechazando en las calles. Convocamos a las y los luchadores a batallar por el voto de las y los candidatos del FIT Unidad. Contra Milei, y también contra los candidatos del peronismo, que en las elecciones se ponen la camiseta de Perón y Evita para robar el voto de las y los trabajadores, pero dejan millones de pobres en cada gobierno.
ES: ¿Cómo fue tu experiencia anterior siendo diputada nacional?
MS: Ser diputada obrera y socialista es una conquista de nuestro partido, fundador del Frente de Izquierda, y también un privilegio. Poder denunciar en el Congreso a los políticos patronales que representan la decadencia del país es una tarea cargada de responsabilidad, nervios y satisfacción. La izquierda está en ese espacio de poder donde se votan las peores leyes, para alzar la voz por los reclamos del pueblo trabajador y llevar las propuestas socialistas frente a los males del capitalismo.
¡Porque plata hay! Y presentamos proyectos que señalan de dónde sacarla: impuestos a las grandes fortunas, no pagar la deuda ilegítima con el FMI, nacionalizar los puertos, el comercio exterior y reestatizar empresas clave para recuperar el patrimonio nacional.
ES: Diputada y a la vez delegada en el Sarmiento
MS: La lucha es la misma: construir unidad entre compañeras y compañeros en el trabajo, en las calles y, desde el Congreso, impulsar un plan económico obrero y popular para todo el país.
Pero el mayor privilegio es acompañar las luchas. Desde Tierra del Fuego hasta Jujuy, miles de trabajadoras y trabajadores resisten los planes de ajuste del gobierno nacional y los provinciales. Esa fuerza es la que nos alimenta de esperanza.
ES: ¿Cómo se lleva adelante una campaña electoral en medio de luchas?
MS: Tenemos que salir sin miedo a denunciar las mentiras de los liberfachos y también de la dirigencia peronista. Está claro que debemos enfrentar, sin cuartel, lo que el gobierno llama “batalla cultural”: un sistemático bombardeo de violencia verbal contra las y los trabajadores y los sectores más vulnerables: personas con discapacidad, jubiladas y jubilados, familias atravesadas por enfermedades graves y/o crónicas, despedidos y desocupados.
Pero también tenemos que desenmascarar al peronismo, que cuando gobierna, también ataca a las y los trabajadores. Fueron diputados peronistas quienes le pusieron a Milei los votos que le faltaban para aprobar los peores proyectos, y son peronistas también los dirigentes sindicales de la CGT y la CTA que se niegan a unificar la pelea contra este plan económico que nos hunde en la miseria infinita.
Otra vez: ¡Plata hay! Pero se la llevan el FMI y los grandes capitalistas. Mientras a nosotros nos recortan presupuestos para mandar dólares a los bancos internacionales, nos dejan sin médicos, científicos ni escuelas, a ellos les reducen impuestos, a nosotros nos aumentan las tarifas, los alimentos y nos bajan los salarios. Hay que meterle la mano en el bolsillo a los que se la están llevando.
Sábado 26 de julio
Recorrida de Mónica Schlotthauer junto a las y los candidatos locales de zona sur y La Matanza
Arieta e Yrigoyen , San Justo a las 11
Charla - debate
25 de mayo 196, Temperley a las 16
