A las organizaciones sindicales y del movimiento obrero y popular
A las organizaciones de izquierda
La invasión de Ucrania por Rusia debe ser denunciada desde todas las organizaciones que se reclamen de la izquierda y del movimiento obrero y popular. No hay excusa alguna que pueda justificar la masacre y destrucción que está perpetrando Putin con esta guerra. Apoyamos las movilizaciones en todo el mundo por Fuera las tropas invasoras de Putin. Apoyamos la resistencia ucraniana para que derrote la invasión. Defendemos su derecho a defenderse y el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano.
Ese repudio a la agresión rusa, lo hacemos desde una posición de rechazo a toda injerencia del imperialismo norteamericano y europeo en Ucrania. Desde una posición independiente de sus gobiernos, denunciando su fuerza militar: la OTAN. Nosotros, que estuvimos, por ejemplo, en la lucha por derrotar la invasión de Irak por los Estados Unidos y defendimos el derecho del pueblo iraquí a repeler la agresión, hoy levantamos la voz contra otra invasión igual de infame. Entonces lo hicimos sin avalar la política de Sadam Husein. Al igual que entonces, nuestro apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano no tiene que ver con dar apoyo político ni despertar confianza en el gobierno capitalista de Zelensky.
Desde esa posición independiente proponemos impulsar un movimiento amplio de unidad de acción por estos puntos, abiertos a sumar otros (ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia, libertad a los presos por repudiar la guerra en Rusia), para coordinar un plan de acciones a nivel internacional. Por ello proponemos que nos pongamos en contacto y firmemos una declaración común y un plan de acciones coordinadas.
Secretariado Internacional (SI) de la UIT-CI
(Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional)
5 de marzo de 2022
uit-ci.org // twiter.com.uit
Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI
Una de las dudas que se plantea es si estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial, o esta guerra podría ser el inicio. En medio de la crisis global que vive el sistema capitalista-imperialista, no podemos excluir la posibilidad de una extensión de esta guerra o que en un futuro se pueda llegar al desastre de una tercera guerra mundial. Es parte de los peligros que encierra la decadencia del imperialismo y el capitalismo. Guerras que afectan fundamentalmente a los pueblos del mundo, a los más necesitados.
Pero, por ahora, no vemos que esta guerra sea ya el inicio de una guerra mundial entre Estados Unidos, Rusia y China. Ni China ni Rusia son enemigos irreconciliables de los Estados Unidos y el imperialismo europeo. Por la crisis económica tienen choques y roces inter burgueses, pero, en lo esencial, siguen siendo socios capitalistas en el intento de super explotar al proletariado mundial.
Por eso, y esto lo explicaría, Biden y la Unión Europea (UE) solo aplican sanciones económicas, y en cierta forma dejaron correr la invasión de Putin. Al punto que, de hecho, le sugirieron al presidente Zelensky que se rindiera al inicio de la invasión. Primero fue Macron, que lo invitó a salir “por su seguridad”, y luego directamente los Estados Unidos.
El propio Zelensky viene denunciando las “promesas” incumplidas de los países occidentales para proteger a Ucrania de los ataques rusos: “llevamos trece días escuchando promesas. Trece días que nos están diciendo que nos ayudarán [...] que habrá aviones, que nos los entregarán” (difundido por la cuenta de Telegram del presidente, 7/3/22).
Por la crisis del sistema capitalista-imperialista seguirá vigente el riesgo de una nueva guerra mundial y hasta nuclear. Por eso decimos, como izquierda trotskista, que el dilema sigue siendo “socialismo o catástrofe”. Por eso, nos oponemos a toda forma de armamentismo y de crecimiento armamentístico y estamos por la disolución de la OTAN.
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
Ucrania tiene 41 millones de habitantes, 603 mil km2 de superficie.
Es un país que perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con lazos culturales y étnicos con los rusos y bielorrusos. Era una de las naciones, con una identidad e idioma propios, dominadas por el gigantesco imperio zarista hasta la revolución rusa de 1917. La revolución rusa encabezada por Lenin y Trosky, con el partido bolchevique y el gobierno de los soviets (asambleas de obreros y campesinos), fue la que estableció la autodeterminación (con derecho a independizarse) para todos los países que constituían el imperio. En 1922 se constituyó la URSS y reconoció a Ucrania como una de sus repúblicas (junto a Rusia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, Georgia, República del Caucaso, varias repúblicas asiáticas y otras)
El retroceso profundo que significó para la URSS la dictadura stalinista desde mediados de la década del ´20 tuvo graves consecuencias económicas y sociales para Ucrania que volvió a ser sometida, esta vez a la dictadura burocrática.
Con la restauración del capitalismo, en 1990 se desintegró la URSS y Ucrania retomó su independencia y sufrió un durísimo retroceso económico para la mayoría de la población.
En Ucrania, el idioma oficial es el ucraniano, aunque el ruso se habla ampliamente en el este y el sur del país. Aproximadamente un 30% de la población habla ruso como su idioma nativo.
Hoy es un país empobrecido desde la restauración capitalista. Hubo una flexibilización laboral con pérdida de derechos y penetración de multinacionales. Tiene una producción agrícola muy importante. Es el primer productor mundial de aceite de girasol, tercer productor de trigo (Rusia y Estados Unidos son los primeros), tercer productor de papas, y quinto de maíz. También tiene desarrollo industrial, es un importante productor de acero. Dominado por una oligarquía burguesa, el producto bruto por habitante del 2021 fue de 4.958 dólares anuales (la mitad del de Argentina y menos de la mitad que el de Rusia).
Reproducimos este artículo de Vladimir Lenin que fue publicado en el número 82 de Pravda el 28 de Junio de 1917. Antes del triunfo de la revolución socialista de octubre de 1917. Allí Lenin ya apoya la autodeterminación de la nación de Ucrania. Cuestión que luego del triunfo de la revolución se estableció. Eso es lo que Putin criticó y calificó de “grave” error de Lenin. “Me pregunto otra vez-dijo Putin- para qué se concedieron esos regalos generosos que los nacionalistas no se imaginaban. También tenían el derecho de salir de estado sin ninguna condición”. Este es el escrito de Lenin:
El fracaso de la política del nuevo gobierno provisional, de coalición, se destaca cada vez más claramente. El “Acta universal” relativa a la organización de Ucrania, publicada por la Rada Central de Ucrania y aprobada el 11 de junio de 1917 por el Congreso del ejército de toda Ucrania, es una revelación directa de esa política y una prueba documental de su fracaso.
«Sin separarse de Rusia, sin desprenderse del Estado ruso –se dice en dicha Acta- el pueblo ucranio debe tener derecho a disponer de su propia vida en su propia tierra…Todas las leyes por las cuales se determine el orden en Ucrania sólo podrán ser promulgadas por esta Asamblea Ucrania. En cambio las leyes que determinen el orden de todo el Estado ruso, deberán ser promulgadas por el Parlamento de toda Rusia».
Son palabras perfectamente claras. En ellas se declara con toda precisión que el pueblo ucranio no quiere separarse de Rusia en el momento actual. Exige la autonomía, sin negar la necesidad de la autoridad suprema de un “Parlamento de toda Rusia”. Ningún demócrata, y mucho menos un socialista, se atreverá a negar la plena legitimidad de las exigencias ucranias. Ningún demócrata podrá tampoco negar el derecho de Ucrania a separarse libremente de Rusia. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho nos permite abogar por la libre unión entre los ucranios y los gran rusos, por la asociación voluntaria de los dos pueblos en un solo Estado. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho puede romper en la práctica, completa e irrevocablemente, con el maldito pasado zarista, en el que se hizo todo para causar el distanciamiento mutuo de dos pueblos tan afines por su idioma, su territorio, su carácter y su historia. El maldito zarismo convirtió a los gran rusos en verdugos del pueblo ucranio y fomentó en éste el odio contra quienes hasta llegaron a prohibir a los niños ucranios hablar y estudiar en su lengua materna.
Los demócratas revolucionarios de Rusia, si quieren ser verdaderamente revolucionarios y verdaderamente demócratas, deben romper con ese pasado, deben reconquistar para sí mismos, para los obreros y campesinos de Rusia, la confianza fraternal de los obreros y campesinos ucranios. Y esto no puede conseguirse sin el pleno reconocimiento de los derechos de Ucrania, inclusive el derecho a la libre separación.
Nosotros no somos partidarios de los Estados pequeños. Estamos por la más estrecha unión de los obreros del mundo contra los capitalistas “propios” y de todos los demás países. Pero precisamente para que tal unión sea voluntaria, el obrero ruso, que no confía ni por un minuto en la burguesía rusa o en la burguesía ucrania, defiende hoy el derecho de los ucranios a la separación, sin imponerles su amistad, sino esforzándose por conquistar su amistad al tratarlos como sus iguales, sus aliados y hermanos en la lucha por el socialismo.
Riech, el periódico de los enfurecidos contrarrevolucionarios burgueses que están casi locos de rabia, ataca salvajemente a los ucranios por su “arbitraria” resolución. Dice que “el proceder de los ucranios es un atentado directo contra la ley, que exige la aplicación inmediata de rigurosos y legítimos castigos”. Huelga todo comentario a este ataque de los salvajes contrarrevolucionarios burgueses. ¡Abajo la burguesía contrarrevolucionaria! ¡Viva la libre unión de los campesinos y obreros libres de la libre Ucrania con los obreros y campesinos de la Rusia revolucionaria!
1 https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/lenin-oc-tomo-26.pdf
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se formó en 1949 con las principales potencias imperialistas vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, encabezada por Estados Unidos y en segundo lugar Gran Bretaña, Canadá y Francia. La integran también Italia, Bélgica, Holanda, España, Portugal, Grecia, Turquía, Islandia, Dinamarca. Después de 1990 incluyó a los países de Europa Oriental que habían restaurado el capitalismo, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Rumania, Bulgaria, Hungría, incluyendo también los países fronterizos en el norte de Rusia que habían sido parte de la Unión Soviética: Lituania, Estonia y Letonia.
En 1999 la OTAN intervino con bombardeos de mil aviones de combate en la ex Yugoeslavia.
La OTAN es el principal instrumento militar para respaldar la consolidación del dominio semicolonial yanqui y del imperialismo europeo sobre Europa Oriental, y ya se utilizó formalmente en varias guerras. En el marco de la OTAN, Estados Unidos tiene bases militares en gran parte de los países de Europa y en Turquía (bases que utilizó para intervenir en Siria y para invadir Irak). Invasiones como las de Irak y Afganistán fueron de la mano de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN.
Recientemente Colombia realizó ejercicios militares navales con Estados Unidos y con Francia en el Caribe. Se informó que estos ejercicios se hacen dentro del ámbito de la OTAN, con “Colombia como país global socio de la OTAN”.
Pero no es su único instrumento militar. Estados Unidos hizo su invasión y ocupación más importante en Vietnam hasta su retirada, derrotado en 1975, sin la OTAN. También maneja otros instrumentos como el enclave sionista de Israel, para someter a palestinos y a los pueblos árabes. Y respecto a Latinoamérica se firmó en 1947 el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, también de carácter militar) que Argentina integra formalmente. En el marco del TIAR se realizan casi todos los años los llamados operativos navales Unitas, en los que participa Argentina y casi todos los países latinoamericanos. Estos ejercicios son utilizados por Estados Unidos para disciplinar a su servicio a las Fuerzas Armadas latinoamericanas.
En el caso de Ucrania, Putín utilizó como pretexto central de su invasión que la OTAN estaría “cercando” militarmente a Rusia. Efectivamente, desde hace años los gobiernos burgueses ucranianos, incluido el actual de Zelensky, piden unirse a la OTAN. De esa forma le sirvieron en bandeja a Putín la excusa para la invasión.
Sin embargo, Estados Unidos y la OTAN se negaron a incluir a Ucrania y a cualquier intervención militar en dicho país, porque no quieren confrontación militar con Rusia. Más bien dejaron actuar a Putín, sólo con sanciones económicas.
Esto muestra que la OTAN no es ni será un instrumento al servicio de la independencia de un pueblo oprimido, ni de la “libertad” de ningún pueblo.
Desde la UIT-CI llamamos a la lucha por la disolución de la OTAN, la ruptura de cada país con la OTAN y todos los pactos militares con Estados Unidos.