Izquierda Socialista/FIT-U, realizó un acto frente a la embajada de la Federación Rusa, en Buenos Aires.
Con presencia de diversos medios y ciudadanas ucranianas, habló Pablo Almeida, legislador electo de CABA por Izquierda Socialista en el FIT-U. “Venimos a expresar nuestro repudio a la criminal invasión de Putin y Rusia a Ucrania (…) ¡Decimos no a la invasión, no a los bombardeos! Que se vayan las tropas rusas. También ¡Fuera toda injerencia imperialista en Ucrania, sea de Rusia como de la OTAN y Estados Unidos! Las potencias imperialistas se disputan el dominio de Ucrania” (…) “Venimos a apoyar al pueblo ucraniano y su resistencia a la invasión de Putin!” (…) “En todo el mundo hay movilizaciones de repudio a la invasión y de solidaridad con el pueblo ucraniano!” Izquierda Socialista se sumó al llamado de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI) que impulsa en todo el mundo el apoyo al pueblo ucraniano.
Por Prensa UIT-CI
Reproducimos este artículo de Vladimir Lenin que fue publicado en el número 82 de Pravda el 28 de Junio de 1917. Antes del triunfo de la revolución socialista de octubre de 1917. Allí Lenin ya apoya la autodeterminación de la nación de Ucrania. Cuestión que luego del triunfo de la revolución se estableció. Eso es lo que Putin criticó y calificó de “grave” error de Lenin. “Me pregunto otra vez-dijo Putin- para qué se concedieron esos regalos generosos que los nacionalistas no se imaginaban. También tenían el derecho de salir de estado sin ninguna condición”. Este es el escrito de Lenin:
El fracaso de la política del nuevo gobierno provisional, de coalición, se destaca cada vez más claramente. El “Acta universal” relativa a la organización de Ucrania, publicada por la Rada Central de Ucrania y aprobada el 11 de junio de 1917 por el Congreso del ejército de toda Ucrania, es una revelación directa de esa política y una prueba documental de su fracaso.
«Sin separarse de Rusia, sin desprenderse del Estado ruso –se dice en dicha Acta- el pueblo ucranio debe tener derecho a disponer de su propia vida en su propia tierra…Todas las leyes por las cuales se determine el orden en Ucrania sólo podrán ser promulgadas por esta Asamblea Ucrania. En cambio las leyes que determinen el orden de todo el Estado ruso, deberán ser promulgadas por el Parlamento de toda Rusia».
Son palabras perfectamente claras. En ellas se declara con toda precisión que el pueblo ucranio no quiere separarse de Rusia en el momento actual. Exige la autonomía, sin negar la necesidad de la autoridad suprema de un “Parlamento de toda Rusia”. Ningún demócrata, y mucho menos un socialista, se atreverá a negar la plena legitimidad de las exigencias ucranias. Ningún demócrata podrá tampoco negar el derecho de Ucrania a separarse libremente de Rusia. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho nos permite abogar por la libre unión entre los ucranios y los gran rusos, por la asociación voluntaria de los dos pueblos en un solo Estado. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho puede romper en la práctica, completa e irrevocablemente, con el maldito pasado zarista, en el que se hizo todo para causar el distanciamiento mutuo de dos pueblos tan afines por su idioma, su territorio, su carácter y su historia. El maldito zarismo convirtió a los gran rusos en verdugos del pueblo ucranio y fomentó en éste el odio contra quienes hasta llegaron a prohibir a los niños ucranios hablar y estudiar en su lengua materna.
Los demócratas revolucionarios de Rusia, si quieren ser verdaderamente revolucionarios y verdaderamente demócratas, deben romper con ese pasado, deben reconquistar para sí mismos, para los obreros y campesinos de Rusia, la confianza fraternal de los obreros y campesinos ucranios. Y esto no puede conseguirse sin el pleno reconocimiento de los derechos de Ucrania, inclusive el derecho a la libre separación.
Nosotros no somos partidarios de los Estados pequeños. Estamos por la más estrecha unión de los obreros del mundo contra los capitalistas “propios” y de todos los demás países. Pero precisamente para que tal unión sea voluntaria, el obrero ruso, que no confía ni por un minuto en la burguesía rusa o en la burguesía ucrania, defiende hoy el derecho de los ucranios a la separación, sin imponerles su amistad, sino esforzándose por conquistar su amistad al tratarlos como sus iguales, sus aliados y hermanos en la lucha por el socialismo.
Riech, el periódico de los enfurecidos contrarrevolucionarios burgueses que están casi locos de rabia, ataca salvajemente a los ucranios por su “arbitraria” resolución. Dice que “el proceder de los ucranios es un atentado directo contra la ley, que exige la aplicación inmediata de rigurosos y legítimos castigos”. Huelga todo comentario a este ataque de los salvajes contrarrevolucionarios burgueses. ¡Abajo la burguesía contrarrevolucionaria! ¡Viva la libre unión de los campesinos y obreros libres de la libre Ucrania con los obreros y campesinos de la Rusia revolucionaria!
1 https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/lenin-oc-tomo-26.pdf
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
En las primeras horas del 24 de febrero Vladimir Putin ordenó una operación militar sobre Ucrania. “Tomé la decisión. La operación tiene como objetivo proteger a las personas”, se justificó. Refiriéndose a las seudo repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, de la región del Donbas, al este de Ucrania. Pero las noticias y las propias declaraciones del gobierno ruso confirman que se trata de un ataque generalizado sobre Ucrania. Se produjeron bombardeos cerca de la capital y otros centros urbanos importantes como Jarkov, Kharkiv, Dnipropetrovsk y Mariupol. Se habrían lanzado, por el momento, unos 20 ataques con misiles contra bases militares y de la fuerza aérea ucraniana. Algunas cercanas a la capital Kiev. Las noticias hablan de decenas de muertos, de que habrían sido derribados algunos aviones y helicópteros de combate rusos. A su vez, desde Rusia dicen haber destruidos bases aéreas ucranianas. Putin advirtió que: “Quien interfiera, pagará las consecuencias”.
Después de mas de un mes de idas y venidas, de declaraciones y amenazas entre Putin y Biden, entre Rusia y los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) y la OTAN, finalmente se ha desatado un conflicto armado que como socialistas repudiamos. Las consecuencias de una guerra en Ucrania y en la región las pagarán los pueblos ucraniano y ruso con más miseria, muertes y crisis social.
No hay nada progresivo en este enfrentamiento armado. Sectores de la izquierda reformista, junto a países de falso antiimperialismo y socialismo como China, Cuba, Nicaragua o Venezuela, apoyan la agresión rusa y a Putin como si fuera una “victima” y un luchador “antiimperialista” porque enfrenta a EE.UU. Esto es falso. Putin encabeza un régimen capitalista-imperialista en Rusia, respaldado por la represión y por una mafia de oligarcas del petróleo y el gas. Su disputa con el imperialismo norteamericano y europeo es simplemente por el control político y económico de Ucrania. Un país rico en recursos naturales (alimentos y minería). Disputa que viene desde los años 90 cuando se disolvió la ex URSS y se restauró el capitalismo en Rusia y en todas las ex repúblicas soviéticas. Desde entonces el imperialismo yanqui y la UE vienen semi colonizando, con sus multinacionales y bancos a los países del este de Europa. Incluyendo la presencia de la OTAN como alianza militar imperialista. Ahora el gobierno ucraniano, socio del imperialismo europeo, había aprobado que Ucrania entre en la OTAN. Dando un paso más en su subordinación al imperialismo yanky y europeo. Cosa que cuestiona Putin como cabeza de una Rusia capitalista e imperialista que está debilitada económica y políticamente.
Por eso se trata de una pelea entre sectores burgueses-imperialistas que pone en cuestión la independencia de Ucrania y su autodeterminación nacional. Putin reconoció la independencia de las llamadas republicas del Donbass. Y argumenta que son pueblos de habla rusa que le han pedido que los defiendan. Ese sería el pretexto para agredir a Ucrania. Es falso el argumento del derecho a “autodeterminarse” de esa región. Ya que se trata repúblicas ficticias creadas en el 2014 con apoyo financiero y militar de Rusia. Zonas que se fueron rusificando (trasladando población de origen ruso) ya desde la época de Stalin y que continuó con Putin. En realidad, se tratan de enclaves del imperialismo ruso en territorio de Ucrania. Como lo es también la península de Crimea anexada por Rusia en 2014. Un enclave es una creación artificial del imperialismo para dividir naciones y dominar puntos estratégicos. Enclaves imperialistas son, por ejemplo, las Malvinas, el Peñón de Gibraltar, Israel, Irlanda del Norte, entre otros.
Pero Putin ha sido claro que la cuestión no es solo la región del Donbass. Putin no reconoce a toda Ucrania como nación independiente y la quiere bajo su control. Como lo fue bajo el imperio zarista y la dictadura de Stalin. Al colmo de decir, en su discurso del 22 de febrero, que la culpa de todo la tenía Lenin y el gobierno de los bolchevique de la revolución de 1917 por haberle reconocido al pueblo de Ucrania a tener su derecho a ser una nación propia y que podían decidir voluntariamente si querían integrarse a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) con sus derechos de autonomía y con la posibilidad de disponer su separación. Efectivamente fue el gobierno revolucionario de Lenin y Trotsky quienes reconocieron a Ucrania y a diversas nacionalidades, que abarcaba el imperio burgués zarista, con todos sus derechos. Putin recordó que Stalin se había opuesto y cuando asumió su dictadura en 1924, convirtió, con su represión, a Ucrania y demás pueblos de la URSS en lo que se llamó “una cárcel de los pueblos”.
Ahora Putin, un ex miembro de la KGB de la burocracia soviética, devenido en restaurador del capitalismo, reivindica a Stalin y, de hecho al zarismo, para intentar volver a aplastar y poner bajo su control a toda Ucrania. Como socialistas internacionalistas de la UIT-CI seguiremos luchando por una verdadera autodeterminación del pueblo ucraniano que solo vendrá de la mano de un gobierno de trabajadoras y trabajadores en Ucrania.
Pero del otro lado no hay nada progresivo ni democrático. Se trata del imperialismo norteamericano y europeo, y su OTAN, que simplemente quieren controlar ellos a Ucrania para seguir super explotándola a favor de los negocios de sus multinacionales. Ambas partes son responsables de esta nueva calamidad. Es responsabilidad de todas las potencias imperialistas por su pelea de rapiña. Es una demostración más de la debacle social y humanitaria que provoca la crisis del sistema capitalista-imperialista.
Por eso desde la UIT-CI, venimos denunciando el peligro de una guerra reaccionaria en Ucrania y en la región, sin ningún bando progresivo. El avance de la agresión militar rusa y una guerra extendida, no tiene nada de favorable para las y los trabajadores y los pueblos de Ucrania y Rusia. Los pueblos deben salir a exigir el fin de la agresión rusa, de los bombardeos y del comienzo de una guerra. La salida de fondo a esa crisis pasa por que la clase trabajadora de Rusia y Ucrania enfrenten a sus gobiernos e impongan gobiernos de las y los Trabajadores.
Desde la UIT-CI convocamos a movilizarnos para repudiar la agresión militar rusa sobre Ucrania. Basta de bombardeos. Fuera la injerencia del imperialismo ruso como del imperialismo yanky y europeo. No a la OTAN en Ucrania; por el retiro inmediato de todo armamento y misiles nucleares de Rusia y de la OTAN; Por la autodeterminación del pueblo ucraniano.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI)
24 de febrero de 2022
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
En las últimas semanas la dictadura capitalista de Daniel Ortega en Nicaragua está retomando juicios y condenas contra treinta y seis presos políticos detenidos desde julio del año pasado. Entre ellos destacadas figuras del sandinismo histórico como Dora Téllez y Hugo Torres (que falleció recientemente en la cárcel) así como dirigentes estudiantiles y juveniles como Lesther Alemán y Yader Parajón. Esto es continuidad de la violentísima represión contra las protestas populares en el 2018 y las elecciones fraudulentas en el 2021. ¿Cómo llegó Nicaragua a esta trágica situación?
Daniel Ortega fue uno de los dirigentes de la masiva rebelión popular encabezada por el Frente Sandinista que derrocó en 1979 a la dictadura de Somoza.
Tuvo una inmensa repercusión y apoyo en Centroamérica y en toda Latinoamérica, aplastada por las dictaduras genocidas proyanquis en Brasil, la Argentina de Videla, el Chile de Pinochet. Jóvenes latinoamericanos se ofrecieron como voluntarios para combatir junto al Frente Sandinista contra Somoza.
La corriente internacional del trotskismo revolucionario, liderada por Nahuel Moreno, apoyó la lucha antisomocista formando la Brigada Simón Bolívar que partió de Bogotá, una parte peleando en el Frente Sur de Nicaragua dentro de las filas del FSLN, y otros, comandados por Miguel Sorans (actual dirigente de la UIT-CI y de Izquierda Socialista) tomaron la ciudad de Bluefields en la costa Atlántica. Muchos fueron heridos y tres murieron en combate.
Después de una durísima lucha, las masas trabajadoras liquidaron el Estado burgués nicaragüense, aniquilaron su ejército, se armaron parcialmente y comenzaron a ocupar tierras y fábricas, a fundar sindicatos y a ejercer embrionaria y parcialmente un poder político directo. El camino estaba abierto para empezar a dar pasos en la construcción del socialismo, avanzando en la ruptura política y económica con los capitalistas y el imperialismo, y resolver los problemas más urgentes del pueblo.
La revolución frustrada
Pero la dirección sandinista, ya encabezada por Ortega, y siguiendo los consejos de Fidel Castro, siguió el camino opuesto. Formó el Gobierno de Reconstrucción Nacional (GRN) con los principales representantes de la minúscula burguesía antisomocista. Las expropiaciones, impuestas por el propio movimiento de masas contra los somocistas, se redujeron al mínimo y siguió la sumisión al FMI aceptando pagar la deuda fraudulenta de la dictadura.
Para acallar toda crítica a esa política expulsaron a la Brigada Simón Bolívar, que impulsaba la formación de sindicatos de trabajadores y buscaba avanzar en medidas de ruptura con la burguesía. Los brigadistas fueron apresados y expulsados a Panamá en agosto de 1979.
Esa política del gobierno sandinista no impidió que los Estados Unidos de Reagan los atacaran con la invasión de mercenarios de la llamada Contra. El heroísmo y movilización del pueblo nicaragüense logró derrotarla. Pero la conciliación con los empresarios y el imperialismo, y la salvaguarda del capitalismo del gobierno sandinista, hicieron que las condiciones de vida cayeran cada vez más. Por eso Ortega, que fue jefe de Estado, perdió las elecciones ante una coalición de partidos de derecha en 1990.
Ortega vuelve al poder en el 2007 de la mano de la derecha y empresarios
Daniel Ortega volvió al poder años después, en el 2007, de la mano de sectores derechistas, grandes empresarios, como Carlos Pellas, uno de los más ricos del país y dueño del ingenio azucarero San Antonio, y de la Iglesia, junto a quienes aprobó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y a los que complació con la penalización absoluta del aborto, prohibiendo incluso el aborto terapéutico que era legal desde el siglo XIX. Ortega siguió usando una fraseología “antiimperialista” para sostener su dictadura capitalista. Su vicepresidente entre 2007 y 2012 fue un ex dirigente “contra” (la guerrilla de mercenarios financiada por Estados Unidos), Jaime Morales Carazo. Hizo grandes negociados corruptos con el dinero de Petrocaribe, suministrado por Chávez y Maduro. Ya en 2016 logró su segunda reelección con fraude, prohibiendo a la oposición.
En 2018, violenta represión a la protesta popular
En 2018 aplastó a sangre y fuego la rebelión popular, iniciada en las protestas contra la aplicación del ajuste a la seguridad social recetado por el FMI. La violenta represión militar y paramilitar dejó un saldo de 300 asesinados, mil heridos, centenares de presos políticos y miles de exiliados.
Sectores empresariales y eclesiásticos conciliaron con el régimen, alimentando el falso diálogo. Y son los sectores populares quienes vienen sufriendo el grueso de la represión posterior a la rebelión.
En el 2021 la reelección de Ortega se hizo con enorme abstención popular y con un fraude monumental, y encarcelando a todos los posibles candidatos opositores.
Farsas judiciales y condenas a luchadores populares y antiguos sandinistas
En todas las encuestas, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo cuenta con menos del 20% de aprobación popular. Sólo se mantiene en base a la represión para intentar impedir una nueva rebelión popular. Para eso encarceló y condenó en juicios sin derecho a defensa a los principales dirigentes populares y estudiantiles de la rebelión del 2018 y a históricos dirigentes sandinistas.
Desde la UIT-CI nos unimos a la campaña internacional “Libertad inmediata e incondicional para Dora María Téllez y los presos políticos en Nicaragua”, con adhesiones de dirigentes y organizaciones de izquierda de decenas de países del mundo (ver en uit-ci.org).
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
Durante la lucha contra la dictadura somocista, se incorporó al FSLN cuando era estudiante de medicina. Conocida como “Comandante Dos”, combatió en el llamado Frente Norte, desarrollando insurrecciones en zonas urbanas de Nicaragua. Con Eden Pastora y Hugo Torres fue parte de la toma del palacio presidencial en 1978 y dirigió la insurrección de la ciudad de León con solo 23 años.
Después del triunfo de la Revolución Sandinista, Dora María Téllez fue ministra de Salud y vicepresidenta del Consejo de Estado.
Desde hace años opositora a Daniel Ortega, dirigió el antiguo Movimiento Renovador Sandinista (MRS), una escisión del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que ahora se llama Unión Democrática Nicaragüense (Unamos).
Presa desde junio del 2021, a sus 66 años, fue maltratada durante meses en una celda a oscuras noche y día. Fue condenada a quince años de cárcel por “conspiración para menoscabar la integridad nacional de Nicaragua”. El encarcelamiento, maltrato en prisión y condena a quince años de cárcel a Téllez muestra la profunda degeneración política y moral de Daniel Ortega.