Escribe Miguel Sorans Dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI
Lamentablemente, recibimos esta triste noticia: falleció a los 63 años, en Amann, Jordania, Salameh Kaileh, un revolucionario marxista y militante sirio-palestino, luego de darle pelea a una larga enfermedad. Con la misma fuerza con la que combatió contra el dictador sirio Bashar Al Assad y el sionismo. Había nacido en 1955 en Birzet (Cisjordania, Palestina). Luego estudió en Bagdad (Irak) y se radicó en Damasco (Siria). Estuvo ocho años en la cárcel durante los años ‘90, bajo el gobierno de la familia Assad. Se sumó en 2011 al inicio de la revolución siria. El 24 de abril de 2012 lo arrestaron en su casa de Damasco. Fue gravemente torturado en la celda. Recibió los peores golpes en represalia a un eslogan que había en un folleto encontrado en su casa: “Para liberar a Palestina, el régimen sirio debe caer”. Finalmente fue expulsado a Jordania. Desde su liberación siguió impulsando la lucha internacional por la caída del genocida Al Assad.
Le gustaba decir: “Yo me considero ante todo como un ciudadano árabe”. Porque tenía la clara visión de que la lucha de los pueblos árabes contra el imperialismo, el sionismo y sus aliados burgueses árabes, era la misma. En especial relacionaba la causa palestina con todas las revoluciones árabes.
Era un revolucionario marxista independiente brillante. Era crítico de las direcciones nacionalistas burguesas árabes como de los partidos de izquierda y comunistas que habían estado bajo la influencia de la ex URSS. Escribió obras como Los árabes y la cuestión nacional (1989); Crítica del marxismo dominante (1990); El imperialismo y el saqueo del mundo (1992) y Socialismo o Barbarie (2002). En la revolución tuvo una clara postura independiente de las direcciones políticas burguesas opositoras que eran parte del Consejo Nacional Sirio (CNS). Kaileh alentaba el “establecimiento de una izquierda revolucionaria, que esté formada por el mismo movimiento y la juventud que se encuentra frente al conflicto. La joven generación que está tratando de desarrollar su intelecto a través de la búsqueda de la lectura del marxismo y la comprensión de la realidad, y que también está en la búsqueda de las formas correctas y organizativas necesarias para ganar la revolución” *
Desde la UIT-CI tuvimos la suerte de conocerlo y poder compartir largas horas de intercambio político. También trabajamos en común para coordinar, junto con otros revolucionarios sirios, palestinos, del Líbano, de Túnez, de Turquía, con diversas organizaciones y la UIT-CI, el apoyo internacional a la revolución siria. Así lo hicimos en el Foro Social Mundial de Túnez 2014 y en el Encuentro de Estambul de julio de 2015.
Estamos seguros de que miles de luchadores sirios, palestinos, de Medio Oriente, del Norte de África y del mundo, van a recoger la bandera que dejó Salameh Kaileh para seguir su ejemplo y su lucha.
Salameh Kaileh, ¡hasta el socialismo siempre!
*Ver reportaje completo en
www.uit-ci.org
Escribe Adolfo Santos, Corriente Socialista de los Trabajadores/PSOL
A una semana de la elección, Brasil asistió a un hecho inédito. El 29 de septiembre, millones de mujeres ocuparon las calles de las principales ciudades del país y en una especie de adelanto de la votación del 7 de octubre, repudiaron a Jair Bolsonaro, el candidato presidencial que encabeza las encuestas. Fue un acto político consciente para rechazar sus propuestas facistoides, ultraconservadoras, racistas, misóginas, que defienden la tortura y la dictadura militar. Las multitudinarias manifestaciones, fueron una respuesta fantástica frente a la popularidad que este capitán retirado venía ganando al criticar el actual régimen político corrupto y fundamentalmente al PT.
Será una elección inédita. A una semana del pleito, las encuestas no muestran ningún candidato que llegue al 30% de intención de voto. También es nuevo que después de seis elecciones definidas por el PT/PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), esta vez los “tucanos” (partidarios del PSDB) quedarían por fuera de la contienda final rompiendo el bipartidismo. Y para darle un carácter más dramático a la disputa, un candidato que defiende propuestas fascistoides encabeza las encuestas de la primera vuelta.
Si alguna virtud tiene esta elección, es que colocó al desnudo el fracaso de un régimen decadente que no tiene nada para ofrecer al pueblo trabajador. La debacle de los viejos partidos, la traición del PT a las aspiraciones de las masas y la falta de soluciones para los graves problemas sociales y una corrupción desenfrenada generaron una masa de desesperanzados. Desgraciadamente el PSOL, partido que surgió para ser una oposición consecuente de izquierda a los gobiernos petistas y a la vieja derecha, no se presentó como una opción para derrotar los proyectos del gobierno Temer y ofrecer alternativas para superar la crisis desde un punto de vista de clase. La mayoría de su dirección quedó pegada al PT que se travistió de víctima de un golpe y dedicó sus mayores esfuerzos a la defensa de Lula, acusado de corrupción.
Esa decepción de amplios sectores de la clase con el PT y el hecho de que desde la izquierda no surgiera una alternativa frente a la grave crisis, fueron el caldo de cultivo donde germinaron los “bolsonaros”. Esa es la explicación del “fenómeno” Bolsonaro, que con siete mandatos de diputado sólo se destacó por la truculencia machista y por defender la dictadura militar de la que llegó a decir: “El error fue torturar en vez de matar”. Con ese currículum se presenta como “salvador de la patria” para gobernar el país con “mano dura”, razón por la cual sectores populares, desesperados y confundidos, lo ven como una alternativa para acabar con la corrupción y con la falta de seguridad.
#EleNão
Si Bolsonaro llega a la presidencia será para gobernar para los ricos y el sistema financiero, aplicando la mano dura contra los trabajadores y sus luchas, contra la juventud y para atacar las libertades democráticas. Su vice, el general Mourão, fue claro al defender que está en contra de mantener el pago del aguinaldo y el adicional de 30% que todo trabajador recibe cuando toma vacaciones. Esa es solo la punta del iceberg. El asesor económico de Bolsonaro, Paulo Guedes, un economista neoliberal, socio de bancos y fondos de inversión promete “privatizar todo”.
La lucha contra Bolsonaro, como los masivos actos convocados por las mujeres el día 29, son la prueba de que es posible derrotar esas propuestas ultrareaccionarias, en las calles y en las urnas. Claro que al no existir una alternativa de izquierda, la tendencia es a buscar un voto útil para derrotar la ultraderecha. Hoy, ese fenómeno favorece al candidato elegido por Lula, Fernando Haddad, ex alcalde de San Pablo que está segundo en las encuestas. Todo indica que Bolsonaro y Haddad irán al balotaje con un resultado indefinido. El rechazo al capitán retirado y al propio PT, convierte la elección en un plebiscito. De cualquier forma, un triunfo de Haddad no significa que el PT y Lula volverán a ser la dirección de las luchas obreras y populares porque nuevamente irán a gobernar al servicio de los mercados.
A pesar de las diferencias, cualquiera que gane esta elección va a gobernar contra los trabajadores. No hay perspectiva de solución para esta grave crisis porque todos están comprometidos con los planes de ajuste que exige el sistema financiero. Por eso nos esperan nuevos capítulos de importantes luchas. La clase trabajadora está intacta y no ha dejado de luchar a pesar de las traiciones de la burocracia sindical. En 2017 protagonizó la mayor huelga general de los últimos 40 años. Los #EleNão se recrearán en nuevos movimientos con nuevos actores. Apostamos en ese proceso para construir una alternativa política y económica de la clase trabajadora y la izquierda para derrotar no solo a Bolsonaro como a los partidos que ya nos gobernaron y son responsables de la actual catástrofe que vive nuestro país. Entretanto en esta elección llamamos a votar los candidatos del PSOL, comenzando por la fórmula presidencial Boulos/Guajajara.
Escribe Javier Leonforte Dirigente de Izquierda Socialista y la UIT-CI
Un obrero candidato a alcalde de Lima, en Perú
Obrero metalúrgico de General Motors y Volkswagen desde los ‘60, dirigente del sindicato metalúrgico, reorganizador de la central obrera peruana (CGTP), preso político y torturado bajo la dictadura militar en 1975, diputado constituyente en 1979 por el FOCEP (Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular) y diputado nacional desde 1980 hasta 1985 por el frente Trabajadores al Poder, nuestro compañero Enrique Fernández Chacón es hoy candidato a la Alcaldía de Lima por el Frente Amplio. Apodado cariñosamente “Cochero”, trotskista y seguidor de Nahuel Moreno de toda la vida, hoy Enrique es la revelación de la campaña electoral municipal.
Con 76 años, Enrique desde hace décadas que no se postulaba a un cargo público y hoy recibe el apoyo y la simpatía de miles de trabajadores por reconocimiento a su trayectoria obrera y socialista.
Es que Perú está cruzado de políticos patronales denunciados por la corrupción, enjuiciados y encarcelados, donde figuran incluso algunos que se reivindicaban de “izquierda” y hoy están involucrados por recibir coimas de Odebrecht. Los cinco últimos ex presidentes Fujimori, Alan García, Toledo, Ollanta Humala y PPK son odiados por estar involucrados en escándalos de corrupción y por entregar el país a las multinacionales, principalmente en la explotación de la minería y la depredación del medio ambiente. Justamente los movimientos sociales del interior del Perú en lucha por la defensa de los recursos naturales, el agua y la tierra, y con fuertes enfrentamientos con las empresas multinacionales, son quienes hoy se organizan en el Frente Amplio.
El actual presidente Vizcarra, presionado por el movimiento de masas, ha lanzado una serie de reformas políticas desde arriba, supuestamente para combatir la corrupción, pactando con los partidos patronales tradicionales, o sea “la vieja trampa de cambiar algo para que nada cambie” como denunció Fernández Chacón. Buscan reformar el Poder Judicial, el parlamento y el financiamiento de los partidos políticos para salvar a un régimen político cuestionado y en crisis. Con este objetivo intentan convocar a un plebiscito a fin de año para imponer estas reformas cosméticas y fortalecer a un gobierno débil. En contraposición con estas reformas desde arriba, nuestra campaña electoral planteó la lucha nacional por una asamblea constituyente libre y soberana para terminar con la carta magna impuesta por Fujimori en 1993, pilar del régimen burgués y la explotación capitalista del país, en el camino de pelear por un gobierno de los trabajadores, los pobres y los pueblos originarios para expulsar a las multinacionales, romper con el imperialismo y abrir paso a resolver los grandes problemas económicos y sociales de las masas peruanas.
Nuestra organización UNIOS, sección peruana de la Unidad Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional, fundada en 2003 luego de la lucha que derribó a Fujimori, tiene hoy una nueva oportunidad de avanzar en su construcción política revolucionaria como tendencia interna del Frente Amplio. La valiente candidatura de Enrique es hoy un polo de atracción de nuevos activistas que lo ven como un gran ejemplo a seguir.
El dictador sirio Bashar Al Assad, juntamente con sus aliados rusos se prepara para el ataque final sobre Idlib, el último bastión rebelde de la revolución siria que comenzó en 2011 y que fue masacrada en los años posteriores. Reproducimos a continuación una declaración del Partido de la Democracia Obrera (IDP), sección turca de la UIT-CI, del 12 de septiembre de 2018
Después de capturar las regiones rurales de Damasco y Daraa en el sur, la dictadura de Bashar Al Assad y sus aliados van ahora detrás de Idlib. Mientras Rusia y el régimen han comenzado con los ataques aéreos a la región de una población cercana a los tres millones de habitantes, con refugiados de áreas bajo el control de la oposición, operaciones más extensas están aún en preparación. El ejército turco mantiene su presencia en Idlib, la zona designada como “de escalada” del llamado proceso de Astaná, a través de doce puestos de observación.
Astaná es la capital de Kazajstán, lugar donde, tiempo atrás, el régimen de Assad, sus aliados y Turquía acordaron cómo poner fin al último foco de resistencia.
La operación de Idlib es el último anillo de la Operación Barrido, llevada a cabo por Assad y sus aliados. Al final de 2015, el régimen de Assad lanzó los contraataques apoyado por la fuerza aérea rusa, Hezbollah e Irán, que proveyeron milicias y comenzaron a capturar una a una las regiones controladas por la oposición. Las fuerzas del régimen capturaron primero Aleppo, luego Damasco rural, y posteriormente se dirigieron a la región de Daraa, donde una insurrección había comenzado en 2011. Grupos armados y civiles que vivían en estas regiones capturadas habían sido relocalizados en Idlib como resultado de los acuerdos hechos con las fuerzas del régimen. Si dejamos de lado la región bajo el control de milicias kurdas, Idlib había permanecido como la única región por fuera del control del régimen. Su población se duplicó, llegando a tres millones. Este antecedente revela el plan simple y costoso de Assad y sus aliados: primero, concentrar los restos de la oposición en Idlib recuperando el control del resto del país, y luego llevar adelante el último ataque sobre esta región, para comenzar el “período de transición” con brazo fuerte para garantizar el futuro del régimen.
Si las fuerzas de Assad recuperan la provincia de Idlib completamente, a través de operaciones aéreas y terrestres, se transformará en el acto más sangriento de la guerra en Siria en la que cientos de miles de personas han perdido sus vidas. Una operación militar llevada a cabo en esta región con la densidad poblacional que tiene conducirá a nuevas masacres, así como al desplazamiento de cientos de miles de personas, conduciendo a una nueva oleada de éxodo. Actualmente, casi dos millones de residentes en Idlib sobreviven gracias a la ayuda humanitaria que viene de Turquía. Un nuevo ataque empeoraría aún más esta situación precaria.
La colaboración imperialista
Los Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía se declararon opuestos a una operación contra Idlib por “motivos humanitarios”. Sin embargo permanecen como colaboradores implícitos del régimen de Assad al dar su aprobación a las operaciones militares y victorias previas. La prioridad de los Estados Unidos, que nunca estuvo realmente en contra del régimen de Assad más allá de lo discursivo, es sostener el control de la parte oriental del país a través de sus aliados kurdos y así asegurar el reconocimiento de la población de la región. Los Estados Unidos no tienen diferencias con Assad o Rusia sobre las presentes circunstancias o el futuro de Siria.
Los países de la Unión Europea, cuya preocupación primaria es evitar un nuevo flujo de refugiados, le confían esa prevención a Erdogan. Tienen la esperanza de que Turquía haga justicia a su rol de “tapón” en caso de una oleada de refugiados. En las secuelas del fracaso de sus políticas racistas y sectarias, el régimen de Erdogan ha usado el proceso de Astaná para girar su posición política hacia una basada en el reconocimiento de la existencia del régimen de Assad. Y negociar con Rusia e Irán para preservar su influencia en Siria. En las negociaciones con Rusia, Turquía consintió en capturar a las regiones controladas por la oposición a Assad a cambio de recibir permiso para llevar adelante la Operación Afrin y la Operación Escudo del Eufrates en las zonas kurdas de Siria. Mientras Erdogan ahora parece oponerse a operaciones contra Idlib, cuando hace rato se vislumbran en el horizonte, podría al final consentir la operación contra esta provincia si nuevas negociaciones con Rusia e Irán involucran compromisos que beneficien a Turquía contra las organizaciones kurdas sirias. La prioridad actual del gobierno turco es mantener la nueva ola inmigratoria en la frontera siria y cumplir su rol de gendarme de la Unión Europea como mejor y efectivamente pueda.
La población de Idlib es reprimida por todos lados
La población de Idlib no solo está sometida a los ataques de Assad y sus aliados. Está también tratando de sobrevivir enfrentando la represión de los grupos radicales islamistas quienes tienen dominio militar en la región. La más grande fuerza militar en Idlib es Tahrir-al-Sham, que está compuesta por el Frente al-Nusra y con conexiones con Al Qaeda. Además de Tahrir’al-Sham, están el Frente de Liberación Sirio, la coalición de varios grupos salafistas que controlan ciertas zonas de Idlib. Estos grupos islamistas implementan prácticas represivas contra la población local y, al mismo tiempo, hacen un esfuerzo sistemático por destruir los comités locales y reprimir a activistas civiles.
Assad y sus aliados muestran la existencia de grupos islamistas armados, que llaman “terroristas”, como justificación para una operación militar en la región. En realidad, Assad considera a cualquier sector de la población siria que está en su contra como “terrorista”. Y así justifica su aniquilación. Es por estos ataques criminales contra todos los opositores que hay cientos de miles de vidas perdidas, la mitad de la población del país fue desplazada y más de 5 millones de sirios han tenido que abandonar el país. Estos hechos revelan lo que realmente significa “limpiar la región de terrorismo”. Al mismo tiempo, la población de Idlib ha desarrollado ya varias protestas y movilizaciones contra las medidas represivas de los grupos islamistas radicales. Ahora están tratando de hacer oír sus voces mundialmente vía protestas y acciones contra las operaciones militares de Al Assad en su región.
Como socialistas revolucionarios, rechazamos firmemente las operaciones militares del régimen de Al Assad y sus aliados contra Idlib. Tales operaciones militares en Idlib solo traerán una nueva oleada de masacres, desplazamientos e inmigración. Al mismo tiempo, condenamos y rechazamos la política colaboracionista y tramposa de Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía hacia y en Siria. Consideramos a los grupos jihadistas que actúan como “quinta columna” del régimen, demostrando que son fuerzas reaccionarias y enemigos del pueblo sirio. Bajo estas condiciones, todo poder foráneo -tanto sostenes directos de Al Assad como Rusia, Irán y Hezbollah, o indirectos, como Turquía o Estados Unidos- debería irse de la región, y la población siria tender el derecho a autodeterminarse, libre de los ataques del régimen y de la represión de los islamistas. Los socialistas revolucionarios continuaremos peleando por estos objetivos y mantendremos nuestra solidaridad con el pueblo sirio.
Miles marcharon en todo el mundo el fin de semana del 8 y 9 de septiembre para exigir a los gobiernos acciones concretas contra el calentamiento global. El sábado hubo movilizaciones en más de un centenar de ciudades, y el domingo tuvo lugar una gran marcha en San Francisco bajo el lema “Levántate por el clima, los empleos y la justicia”, de la que participaron manifestantes de todo el mundo. En esta ciudad se desarrolló durante la semana pasada la Cumbre de Acción contra el Cambio Climático, tres años después de que 200 países firmarán en París el primer acuerdo internacional para reducir la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, entre ellos se encontraban China y Estados Unidos, los dos mayores contaminantes del mundo. Cumpliendo su promesa de campaña a las grandes multinacionales yanquis, Trump abandonó el acuerdo en 2017.
Según los expertos, la concentración media de los gases culpables del calentamiento global alcanzó 405 partes por millón en 2017, muy por encima de las 350 consideradas seguras, y la cifra más elevada en muestras de hielo de 800.000 años de antigüedad. Las consecuencias seguirán siendo dramáticas para el planeta y sus comunidades: mayores temperaturas medias, deshielo de los polos y aumento del nivel del mar. Todos los indicadores son alarmantes.
Mariana Morena