Escriben Liliana y Julieta • Isadora
El domingo 25, convocadas por la Multisectorial de Mujeres reunida en ATEN Capital, las organizaciones políticas y feministas marchamos junto a los familiares de Carina Apablaza y su hija Valentina, víctimas del femicida Lorenzo Muñoz en Las Ovejas, una población de 2.000 habitantes en la zona montañosa de la provincia. Muñoz ya había sido denunciado en varias ocasiones por compañeras de trabajo. Además, Carina había hecho una denuncia por abuso de su hija contra Muñoz en septiembre de 2017, y el pasado viernes finalizaba la apelación del acusado. Horas después de recibir la citación, Muñoz asesinó a puñaladas en la vía pública a Carina y Valentina.
Al finalizar la marcha, que reunió a 2.000 personas, una de las hermanas de Carina leyó una carta en la que apuntaba duramente contra el gobernador: “Nos dirigimos a usted, gobernador Omar Gutiérrez, visto que han fallado todas las leyes”. El asesino continúa prófugo.
Desde Izquierda Socialista e Isadora exigimos justicia por Carina y Valentina y le decimos al gobierno que a las mujeres no nos alcanza con un decreto de duelo provincial. Hoy más que nunca reafirmamos que el Estado y los gobiernos son los responsables.
Escribe Malena Zetnik
El multitudinario pañuelazo realizado frente al Congreso el 19 de febrero terminó de dejar en claro el gran apoyo social al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
A muchos sorprendió el reciente anuncio de Macri de habilitar el tratamiento del proyecto de ley de aborto en el Congreso. ¿A qué se debe? ¿Macri, Vidal, Patricia Bullrich, Larreta, Carrió o Marcos Peña ahora están a favor del aborto? No. Todo lo contrario. Están en contra y mantienen esta postura reaccionaria igual que el Papa y la cúpula de la Iglesia Católica. Lo mismo opinan Emilio Monzó (el jefe de PRO en Diputados) y Pinedo (en Senado). Lo que pasa es que ante una nueva y masiva movilización frente al Congreso el pasado 19 por la legalización del aborto, el propio crecimiento de la campaña nacional por el derecho al aborto y a pocos días del paro internacional de mujeres del 8M, llevó a que el gobierno macrista tenga que demagógicamente “abrir el debate”. Pero esto no garantiza que se apruebe la ley de la campaña, ni tampoco que no sigan muriendo mujeres por abortos clandestinos.
El gobierno usa también el tema para intentar levantar algunos puntos de su caída en la popularidad y aprovecha para dejar al descubierto al kirchnerismo, que durante sus doce años de gobierno nunca trató el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo por negativa de la ex presidenta Cristina Fernández. Ahora algunos diputados K también se reacomodan y se pronuncian a favor del debate, pero casi la mitad del bloque del Frente para la Victoria en Diputados estaría en contra de aprobar la ley. Lo mismo ocurre con el jefe del interbloque del PJ, Pablo Kosiner, o la jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, quienes también adelantaron su voto contrario. Solo la izquierda está a favor y apoya las movilizaciones para imponer ese derecho elemental para las mujeres desde hace años. Por eso insistimos en que solamente con la movilización en las calles lograremos que el proyecto de la campaña se apruebe. No tenemos que confiar en el Congreso ni en los políticos patronales, los mismos que en diciembre pasado votaron la reforma previsional. Como nunca antes, el debate por el aborto ha llegado a todos lados. Es nuestra tarea imponer con la movilización que se apruebe nuestro proyecto.
¿Por qué es necesario legalizar el aborto?
El aborto es una problemática central en la vida de las mujeres y la clandestinidad con que se realiza expresa con crudeza la desigualdad social. En nuestro país, según el propio Ministerio de Salud, del millón de embarazos que se producen anualmente 500.000 termina en abortos naturales o provocados, es decir, 50 por ciento. Abortan mujeres de todas las edades y de distintas clases sociales, y lo hacen por distintos motivos. Que las mujeres recurran a prácticas ilegales e inseguras para interrumpir los embarazos muestra que es una decisión que toman aun corriendo grandes riesgos, como la cárcel o la muerte. De hecho, en nuestro país se producen 60.000 hospitalizaciones por complicaciones pos aborto y el aborto es la principal causa de muerte de mujeres gestantes. Si bien las estadísticas resultan poco precisas por tratarse de una práctica ilegal, se estima que las muertes llegan a 200 anuales y en todos los casos se trata de mujeres jóvenes y/o pobres, porque un aborto seguro en condiciones de clandestinidad promedia los 28.000 pesos, casi tres salarios mínimos.
Los distintos gobiernos son los responsables de estas muertes evitables. Por eso insistimos en que la legalización no traerá más abortos, ni obligará a nadie a hacerlo. Lo que sí se evitará son las muertes por abortos clandestinos. Estamos convencidas de que la legalización del aborto debe ir acompañada de una política integral tal como lo plantea el lema de la campaña: ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir! ¡Para eso debemos seguir movilizadas, luchando en las calles para conquistar el aborto legal y todo lo que nos niegan a las mujeres!
Art. 1°: En ejercicio del derecho humano a la salud, toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional.
Art. 2º: Toda mujer tiene derecho a acceder a la realización de la práctica del aborto en los servicios del sistema de salud, en un plazo máximo de 5 (cinco) días desde su requerimiento y en las condiciones que determina la presente ley, la ley Nº 26.529 y concordantes.
Art. 3º: Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo primero, y más allá del plazo establecido, toda mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo en los siguientes casos:
1. Si el embarazo fuera producto de una violación, con el sólo requerimiento y la declaración jurada de la persona ante el profesional de salud interviniente
2. Si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer, considerada en los términos de salud integral como derecho humano.
3. Si existieren malformaciones fetales graves.
Art. 4º: Previamente a la realización del aborto en los casos previstos en la presente ley, se requerirá el consentimiento informado de la mujer expresado por escrito.
Art. 5º: El sector público de salud, las obras sociales enmarcadas en las leyes 23.660 y 23.661, las entidades de medicina prepaga y todos aquellos agentes que brinden servicios médico-asistenciales independientemente de la figura jurídica que posean, incorporarán como prestaciones médicas básicas obligatorias a brindar a sus afiliadas o beneficiarias, la cobertura integral de la interrupción legal de embarazo […]
Art. 6°: En todos los casos las Autoridades de cada Establecimiento Asistencial deberán garantizar la realización de la interrupción del embarazo en los términos establecidos en la presente ley […]
Art. 7º: Las prácticas profesionales establecidas en la presente ley se efectivizarán sin ninguna autorización judicial previa.
Art. 8°: Si la interrupción voluntaria del embarazo debe practicarse a una persona adolescente, entre los 13 y los 16 años de edad, se presume que cuenta con aptitud y madurez suficiente para decidir la práctica y prestar el debido consentimiento [...]
En el mundo, el 60% de la población vive en países donde el aborto voluntario es legal, como por ejemplo en Uruguay, Inglaterra, Estados Unidos o Cuba, entre tantos otros. Allí las muertes por abortos son igual a cero. Es más, está probado que la cantidad de abortos se reduce cuando se incrementan las políticas de prevención mediante la prescripción de métodos anticonceptivos, lo que demuestra la eficacia de la legalización.
En la Argentina, desde el año 1921, el aborto no está penalizado cuando se dan ciertas causales según el artículo 86 del Código Penal (violación, peligro de la vida o salud de las mujeres e incapacidad mental de la mujer). Sin embargo, desde siempre se han puesto trabas para acceder a ese derecho. Gracias a la lucha del movimiento de mujeres y de la campaña, en 2012 la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo para interpretar este artículo y facilitar el acceso al aborto por esas causales, sin la judicialización a la que sistemáticamente se nos sometía por influencia de la Iglesia Católica. Sin embargo, ese gran avance tuvo detractores en los gobiernos kirchneristas y macristas. Votaron protocolos restrictivos y retacean insumos para la anticoncepción y la garantía del aborto no punible, y tampoco implementan la educación sexual con perspectiva de género en las escuelas por las presiones de la Iglesia.
Para terminar con la discrecionalidad de las políticas y los dobles discursos es que necesitamos que el derecho al aborto voluntario sea legal, seguro y gratuito en todas las instituciones de salud, de manera inmediata. El proyecto no obliga a nadie a abortar ni a cambiar sus creencias personales, sino que garantiza el derecho de las mujeres a decidir.
La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, creada en 2005, está conformada por más de 300 organizaciones de las más diversas extracciones, además de miles de activistas independientes de todo el país. El punto que nos convoca es lograr la legalidad del aborto en la Argentina. Desde Isadora e Izquierda Socialista en el FIT somos parte de la campaña en las calles, pero también apoyando el proyecto sistemáticamente en el Congreso de la Nación, con la firma de nuestro diputado Juan Carlos Giordano, que junto con los demás diputados del FIT conforman el único bloque que apoya el proyecto sin fisuras ni dobles discursos.
Ahed Tamimi tiene 16 años. Está presa en una cárcel israelí por haber reaccionado abofeteando a un soldado sionista luego de que éste diparara contra su primo de 14 años en la cara, en el patio de su casa, en Nabi Saleh, cerca de Ramala (Cisjordania). Un tribunal israelí la acusó de doce delitos -entre ellos tirar piedras a soldados- que sumarían condenas al punto de igualar a una cadena perpetua. Intentan condenarla sin pruebas.
Hoy Ahed se ha convertido en un ícono de la resistencia palestina contra el gobierno sionista de Israel que pretende aniquilar a este pueblo en sus tierras. Pero caso no es aislado. Actualmente existen más de 6.500 detenidos por el gobierno israelí, incluidos centenares de niños.
El reclamo por la liberación de la joven Tamimi se suma a la lucha global para terminar con el Estado enclave de Israel y lograr un Estado único, laico, democrático y no racista en Palestina, con derecho al retorno de las familias palestinas expulsadas desde 1948. Nos sumamos a ese inmenso movimiento mundial y llamamos a acrecentar las expresiones de solidaridad internacional con todos los presos palestinos.
El 8M se viene preparando como una gran jornada de lucha en más de 200 ciudades del mundo. Según el grado de organización de las mujeres en cada ciudad, este denominado Paro Internacional de Mujeres se desarrollará con movilizaciones, actos, asambleas en los lugares de trabajo y estudio, ceses de actividades e, incluso, paro total de 24 horas. Es que, aun con desigualdades por lugar, el llamado a esta segunda jornada mundial de lucha de las mujeres señala que esta nueva oleada de movilización sigue viva en todo el globo.
Así lo atestigua el protagonismo de las mujeres en prácticamente todas las luchas que se dieron en el mundo en 2017 contra los gobiernos capitalistas ajustadores, contra los intentos globales de aplicar las reformas laborales para flexibilizar aun más nuestras condiciones laborales como en Francia, Argentina o Brasil, contra la guerra imperialista en medioriente y, desde ya, por nuestras reivindicaciones específicas como mujeres.
A un año de la asunción de Donald Trump, en Estados Unidos las mujeres también volvieron a salir a la calle en repudio, no solo del gobierno misógino y racista, sino también hambreador -que está liquidando los restos de la seguridad social- e imperialista que impulsa las masacres actuales de los pueblos palestinos y sirios.
Desde que el #NiUnaMenos argentino de 2015 logró eco en la lucha contra los femicidios en todo el mundo, multitudinarias fueron las movilizaciones para terminar con la violencia machista en México, Perú, Chile o el Estado Español. En Brasil también se ha salido a las calles contra las violaciones que alcanzan a una mujer cada 17 minutos y contra la lesbotransbifobia. Incluso en países como la India, las mujeres han comenzado a manifestarse contra las violaciones colectivas de las que salen sin compañía de varones a la calle, en Irán cobró fuerza la pelea que las mujeres puedan decidir cómo vestirse (con o sin yihad) y en Arabia Saudita las mujeres consiguieron este año un derecho tan mínimo como poder manejar. En Turquía y Rusia, las mujeres resisten los intentos de sus gobiernos en avanzar sobre sus derechos conquistados en torno al divorcio y a la protección estatal frente a la violencia doméstica.
En Chile y Bolivia, 2017 significó un año de avances en materia de derecho al aborto ya que lograron que se habilitaran nuevas causales, mientras que en Polonia las mujeres siguen en pie de lucha ante el gobierno de Andrzej Duda quien ha vuelto a insistir con eliminar este derecho. Y la jornada del #GritoGlobalporelAbortoLegal realizada en más de 50 países el pasado 29 de septiembre, señaló que la pelea sigue viva en muchos países del mundo.
Pero también el 2017 fue el año del #MeToo (yo también), el movimiento que comenzó en Estados Unidos entre las actrices de Hollywood a hacer visible las diferentes situaciones de violencia sexual que vivimos las mujeres. Y a pesar de que haya iniciado por un sector de mujeres con poderío económico y facilidad para acceder a los medios de comunicación, el movimiento tornó visibles las violencias sexuales que nos ocurren diariamente en nuestros trabajos, lugares de estudios y demás instituciones y sobre los cuales cada vez nos callamos menos. A su vez, necesitamos organizarnos para que las mujeres más precarizadas, las trabajadoras con contratos basura, las migrantes y las más pobres, podamos hablar sin miedo a perder el trabajo o sufrir amenazas.
Con la fuerza de todas estas luchas y por todas las batallas que tendemos que enfrentar, este segundo Paro Mundial de Mujeres, tiene que ser una gran jornada de lucha. En memoria de las 54 niñas asesinadas calcinadas el 8 de marzo de 2017 en un orfanato en Guatemala mientras reclamaban por sus derechos, desde Isadora, llamamos organizarnos de manera independiente de los gobiernos de turno y de las variantes patronales y patriarcales que quieren reducir la lucha de las mujeres al camino de las urnas o de lo “viable” en este sistema. Al mismo tiempo, impulsemos la más amplia unidad para construir un gran paro internacionalista, antipatriarcal y anticapitalista para conquistar nuestra emancipación en todo el mundo.