En el mundo cada once minutos ocurre un femicidio de acuerdo a las cifras contabilizadas por ONU-Mujeres. Datos que demuestran que la violencia de género existe, aunque los gobiernos de la ultraderecha como Milei en Argentina, lo nieguen. A nivel global, según este informe, una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. Y para el año 2022, se estipulaba que alrededor de 48.800 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia.
La violencia de género es estructural en la sociedad capitalista y patriarcal. Por eso somos las mujeres y disidencias de los sectores populares quienes más sufrimos las consecuencias de la falta de políticas públicas que pongan fin a este flagelo. Si bien el asesinato es la forma mas extrema, son muchas las maneras en las que se manifiesta la violencia que se reproduce en todos los ámbitos en los que nos movemos: laboral, deportivo, cultural, educativo y en el espacio público.
Como cada 25 de noviembre nos pronunciamos contra la violencia patriarcal en homenaje a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal quienes fueron brutalmente asesinadas en 1960 por el régimen de Trujillo en República Dominicana. A ellas las ejecutaron con especial saña por ser mujeres y por atreverse a enfrentar las aberraciones de un gobierno dictatorial. En esta fecha conmemoramos su lucha y su rebeldía que nos fortalece en la pelea contra todo tipo de violencia de género.
Desde Isadora nos pronunciamos por las mujeres palestinas que son especialmente atacadas y asesinadas por parte del Estado de Israel. Nos solidarizamos con las mujeres afganas que se enfrentan al régimen Talibán que prohibió por decreto su presencia en la vida pública y cerraron las escuelas para mujeres mayores de doce años. Condenamos la decisión de la justicia iraní que sentenció a pena de muerte a la defensora de los derechos de las mujeres Varishe Moradi, quien justamente estaba realizando una huelga de hambre en protesta por las sentencias de muerte dictadas contra diferentes activistas.
Este 25N hagamos escuchar nuestra voz, que se escuche bien fuerte nuestro reclamo contra la violencia patriarcal y capitalista que nos golpea mayormente a las mujeres y disidencias de los sectores populares. Que se escuche nuestro grito colectivo: Ni una menos, los gobiernos son responsables.
Escribe Barbi Pick
Los días 14 y 15 de noviembre se hará en la Facultad de Derecho (UBA) un “Congreso de Alienación Parental y Violencia Familiar”. El falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) no figura en ningún manual de enfermedades del mundo y es la herramienta que utilizan judicialmente los abusadores para defenderse de las acusaciones en su contra. Al respecto, el Equipo de Investigaciones Clínicas sobre Abuso Sexual contra Infancias y Adolescencias (ex UBACYT) comunicó que: “se trata de un conjunto de falsas teorías que da lugar a prácticas violentas, que revictimizan y desconocen las genuinas manifestaciones de padecimiento de nuestras infancias y adolescencias que sufrieron violencias sexuales intrafamiliares, y las de sus adultas/os protectoras/es”.
El falso síndrome fue inventado en 1985 por el psiquiatra norteamericano Richard Gardner, quien sostenía que los abusos eran invenciones de las madres para vengarse de sus ex maridos, que ellas le lavaban la cabeza a sus hijos e hijas para que mintieran. También Gardner, defendia a la pedofilia alegando que era una práctica con fines recreativos.
La intervención de la justicia patriarcal en estos casos es desastrosa, recurre a la aplicación del inexistente Síndrome de Alienación Parental (SAP) y teorías derivadas como “memorias implantadas”, “sugestionabilidad” y “confabulación”, hipótesis que la comunidad científica no aprueba y que son utilizadas al servicio de desacreditar los testimonios de las víctimas. Por eso denunciamos el desarrollo de este Congreso nefasto y al mismo tiempo el accionar de la Justicia patriarcal, que desoye a las niñeces y castiga a las madres protectoras.
No es casual que se desarrolle este evento repudiable en este contexto, con un gobierno reaccionario y misógino como el de Milei, que niega la violencia de género y ataca los derechos de mujeres y disidencias. Desde Isadora repudiamos este Congreso reaccionario, que sostiene y alienta el inexistente SAP para defender un instrumento de violencia de género que se utiliza dentro del poder judicial para defender a abusadores. Sostemos nuestro compromiso de seguir impulsando la movilización y más organización feminista frente a la reacción machista.
Trabajadoras del poder judicial de la provincia de Buenos Aires, se están organizando contra el acoso y violencia laboral en su ámbito de trabajo, para que se apliquen los protocolos que conquistaron.
A continuación reproducimos un comunicado realizado por el Comité de víctimas del poder judicial
"Recientemente, se ha conformado una comisión de víctimas de acoso y violencia laboral del Poder Judicial de la Pcia. de Buenos Aires con el fin de crear un espacio de contención, de difusión, concientización y de organización para exigirle a la patronal la implementación de un Protocolo de actuación conforme a lo dispuesto por el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo y su Recomendación N°206.
El reglamento disciplinario de la Suprema Corte de Justicia de la Pcia. de Buenos Aires le prohíbe a las víctimas la posibilidad de ser parte en los sumarios administrativos y no reconoce los derechos y garantías (ser notificada, ser oída, etc.) dispuestos por la ley 26.485, la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales. Por otro lado, el sindicato no representa fielmente los intereses de las víctimas ni difunde los casos, llegando incluso a disuadirlas de hacer la denuncia respectiva. Ante este escenario, es que un grupo de trabajadoras judiciales decidieron organizarse desde abajo y luchar por espacios de trabajo libres de violencia y acoso.
Esta iniciativa se da en el marco de la audiencia pública junto a otros gremios estatales que se está organizando en el ámbito legislativo, para denunciar los casos de acoso y violencia laboral, la impunidad que gozan los agresores, la revictimización y vulneración de derechos a la que se ven expuestas las víctimas, que tornan urgente la implementación del Protocolo.
Escribe Mercedes Trimarchi, diputada en CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
Se realizó el 37° Encuentro de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales y no binaries en Jujuy. Decenas de miles de mujeres y disidencias participamos con un objetivo claro: organizarnos contra el plan de ajuste de Milei que ataca las conquistas feministas obtenidas con la movilización de los últimos años.
Como cada año, los Encuentros reúnen a activistas feministas que llegan desde distintas provincias y las diferentes luchas recorren el evento transversalmente. Sin lugar a dudas, el primer Encuentro bajo el gobierno ultraderechista de Javier Milei convocó a decenas de miles que con mucho esfuerzo participaron con la expectativa de aprovecharlo para coordinar sus luchas. Así fue por ejemplo, por la defensa de la educación pública y las tomas de las universidades contra el veto presidencial. Un veto rechazado por miles en las calles pero acompañado por los diputados cómplices del radicalismo y de los gobernadores peronistas. Por ello en el acto de apertura se cantó: “Qué momento, qué momento, estudiantes de las tomas vinimos al Encuentro” junto al ya clásico “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode” que se corea en todas las facultades del país. Muestra de que la lucha en defensa de la educación pública es una pelea abrazada y sostenida por el movimiento feminista.
Otro tanto sucedió con la masiva marcha contra los travesticidios y transfemicidios del primer día que hasta hace algunos años ni siquiera figuraba en el calendario oficial. El diario local El Tribuno contabilizó 50 mil participantes en la movilización y entre los reclamos más sentidos estaban justicia por el triple lesbicidio de Barracas y ¿Dónde está Tehuel?. La marcha de cierre del Encuentro recorrió la ciudad al costado del río Xibi Xibi y miles gritamos contra la violencia de género de este sistema capitalista y patriarcal que nos violenta y nos mata. Más fuerte gritamos al enterarnos minutos antes de la movilización que hubo un nuevo femicidio en Jujuy, una mujer de 65 años asesinada por su expareja.
Debates al interior del Encuentro
El solo dato numérico de la participación da cuenta de que el movimiento de mujeres y disidencias no se resigna y da pelea contra el gobierno de Milei. Pese incluso a las conducciones que, como en el caso del peronismo, sostienen que hay que esperar a las elecciones del 2025. Nada más claudicante al gobierno que esperar a que siga destruyendo todo. Desde Isadora y Disidencias en Lucha participamos en decenas de talleres expresando esta necesidad que tenemos hoy las mujeres y disidencias de enfrentar al gobierno. Por eso propusimos que este Encuentro resuelva un plan de lucha feminista contra el ajuste de Milei. Un planteo que no sólo es necesario, sino también urgente y que fue bien recepcionado por el activismo feminista a pesar de sus conducciones burocráticas.
La mayoría de la Comision Organizadora del Encuentro (PCR y la burocracia sindical peronista) intentaron por todos sus medios que no se resuelva un plan de lucha nacional feminista. Por ejemplo, en uno de los talleres de organización sindical plantearon que no era un espacio para coordinar una fecha para un próximo paro general. Además, estas conducciones son las responsables de una menor participación en los talleres de quienes concurren al Encuentro, vaciándolos de contenido político, al imponer que no sean espacios resolutivos que sirvan para organizarnos, más que nunca, en tiempos de reacción patriarcal.
Frente al debate de que la próxima sede sea en Buenos Aires, para fortalecer la lucha contra la ultraderecha, que se viene reclamando ampliamente, impusieron burocráticamente que la próxima sede sea en Corrientes.
Nuestra participación
Con Isadora y Disidencias en Lucha dejamos huella en el 37 Encuentro Plurinacional de Jujuy. No solamente participamos de los talleres y de las movilizaciones, sino también realizamos una radio abierta en la puerta de la Gobernación el sábado al mediodía para difundir las luchas en curso como la estudiantil, la docente y contra las privatizaciones. A su vez, reclamamos por la aparición de la periodista feminista Fabiola Tercero, quien lleva mas de 80 dias desaparecida por el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. Y como abrazamos la causa palestina, impulsamos una campaña de fotos (que se puede ver en nuestras redes) denunciando el genocidio por parte del Estado sionista de Israel en la franja de Gaza.
Así es como renovamos nuestro compromiso de lucha por los derechos de las mujeres y disidencias contra los fachos que pretenden arrebatarnos todas nuestras conquistas, pero a la vez, por el triunfo de todas las luchas en curso. Somos parte de la clase obrera que no se resigna ante los hechos consumados sino al contrario, da pelea. Y por eso le exigimos a las conducciones sindicales que rompan la tregua con el gobierno y que convoquen a una huelga general y un plan de lucha contra el ajuste de Milei. Sumate a dar esta batalla con nosotras y nosotres, en cada lugar de trabajo o estudio, para potenciarla.
Como cada año, miles participamos del Encuentro. Un evento único en el mundo que reúne al activismo feminista de Argentina y que a través de los años supo entusiasmar a mujeres y disidencias de otros países. Este año tenemos un gran desafío, porque es el primer Encuentro bajo un gobierno de ultraderecha, machista y misógino que busca quitarnos las conquistas obtenidas con la movilización.
Javier Milei está aplicando un ajuste feroz que nos afecta más a mujeres y disidencias trabajadoras y de los sectores populares. Vetó el aumento a las jubilaciones sabiendo que siete de cada diez (mayoría mujeres) ganan la mínima de 300 mil pesos, y hasta reprimió a una niña de diez años. Del 53% de personas bajo la línea de pobreza en nuestro país la mayoría somos mujeres y disidencias. El Ministro de Justicia, Cúneo Libarona, negó en el Congreso la violencia patriarcal y la identidad de género y recortaron drásticamente las políticas para combatir la violencia de género. Por eso, nuestra organización como mujeres y disidencias, ante semejante ataque, en este 37° Encuentro tenemos que resolver un plan de lucha feminista contra los ataques a nuestros derechos.
Mientras Milei encabeza la reacción patriarcal y nos ataca, las centrales sindicales, que deberían estar llamando a luchar, están negociando con el gobierno. Es necesario que convoquen un paro general y un plan de lucha para derrotar todo el plan de ajuste de Milei, los gobernadores y el FMI, y que las luchas que se dan no queden aisladas.
Desde Isadora y Disidencias en Lucha, seguimos sosteniendo que el camino para defender nuestros derechos y pelear contra el plan motosierra es el mismo que para conquistarlos: la lucha callejera. Por eso, lejos de amedrentarnos como pretende el gobierno, debemos seguir impulsando ampliamente la movilización, y en unidad, defender nuestras conquistas. Así lo aprendimos con la #MareaVerde y con #NiUnaMenos. No hay otro camino, y debemos hacerlo ahora; esperar hasta las elecciones, como propone el peronismo, es inviable, porque las pérdidas las estamos sufriendo hoy y son durísimas.
Desde nuestro feminismo socialista también peleamos contra todos los planes de ajuste de los gobiernos y sus políticas de hambre y miseria que nos empobrecen cada día más. Las mujeres y disidencias estamos a cargo de los hogares más humildes, tenemos los trabajos más precarizados y sufrimos la violencia machista de este sistema capitalista patriarcal. Por eso impulsamos las movilizaciones por nuestras reivindicaciones contra el patriarcado, y como parte de la clase trabajadora, luchamos junto a nuestros compañeros contra los despidos, las privatizaciones y por nuestros derechos laborales. Por eso sostenemos que la lucha antipatriarcal debe unirse a la lucha anticapitalista en la pelea por un gobierno de la clase trabajadora en perspectiva de una sociedad sin opresión ni explotación.