El 17 de marzo se realizó la Conferencia de Unificación de ARPT (Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador) y FUERSA (Fuerza Revolucionaria Socialista Antiimperialista). Ambas organizaciones se encontraban unidas mediante un comité de enlace en el marco de la UIT-CI desde 2017. La organización unificada se denominará ARPT y su periódico Fuerza. En la conferencia estuvo presente Gabriel Schwerdt, representante del Comité Ejecutivo de la UIT-CI.
En Bolivia hay elecciones en octubre próximo. Evo Morales forzó ilegalmente su “cuarta” reelección y solo permite legalidad electoral para el MAS y nueve partidos de derecha tradicional. Evo pierde popularidad por su pacto con los terratenientes del agronegocio, las multinacionales petroleras y mineras, y como consecuencia de las medidas de ajuste económico antipopular. Aunque hay luchas populares de resistencia, no se unen por la total entrega de la conducción de la Central Obrera Boliviana (COB) al gobierno.
La conferencia ARPT FUERSA resolvió seguir impulsando la reconstrucción del Partido de los Trabajadores (fundado por congreso de la COB en 2013), la lucha por recuperar la COB para las bases y el movimiento hacia una cumbre del Pueblo que agrupe a las organizaciones de los trabajadores e indígenas independientes sobre la base de a sus demandas y defensa de recursos naturales contra las multinacionales.
Escribe Martín Fú
Desde 1974, con Perón en el poder, el PST venía siendo perseguido por las bandas paramilitares de la Triple A. El golpe de 1976 significó un salto cualitativo en el genocidio perpetrado por la Junta Militar. La profundización de la represión y proscripción del PST forzó el pase a la clandestinidad de nuestro partido antecesor. Tomando el decreto 261/75 del 5 de febrero de 1975 (promulgado por el gobierno de Isabel), conocido como “de aniquilamiento de la subversión”, la Junta podía secuestrar, torturar y asesinar cualquier “elemento” que consideraran “delincuente terrorista”.
En la clandestinidad el PST continuó interviniendo en la lucha de clases con el objetivo de derribar a la dictadura militar junto con la clase trabajadora y sectores populares.
El partido siguió adelante, editando el periódico en la clandestinidad. La distribución fue adaptándose a esa situación, y nuestra prensa se hacía envuelta en paquetes de cigarrillos o de yerba, de esa manera se llevaba nuestra política a fábricas, universidades y barrios. Además, casamientos, cumpleaños y distintos eventos sociales servían como excusa para plenarios, reuniones o hasta congresos partidarios. La clandestinidad no hizo mermar nuestra militancia. Las huelgas de Luz y Fuerza, de ferroviarios, de los metalúrgicos, del Smata, de los portuarios, bancarios y tantas otras tuvieron al PST interviniendo desde adentro, organizando a los trabajadores o desde afuera, llevando nuestra solidaridad para que triunfen.
El carácter genocida y proimperialista de la dictadura era eje de nuestras denuncias, luchando junto a los familiares de los desaparecidos, coordinando acciones con los organismos de derechos humanos, reclamando y defendiendo a los presos políticos. Nuestro partido tuvo más de cien compañeros desaparecidos, otros tantos tuvieron que sufrir las torturas y el exilio.
Hoy, desde Izquierda Socialista continuamos la senda del glorioso PST, levantando las banderas de nuestra militancia y de los compañeros que ya no están. La pelea sigue siendo la misma, la construcción de un partido revolucionario, que luche por un gobierno de los trabajadores, socialista e internacionalista.
Ana María fue militante del PST, obrera fabril, se reclamaba feminista y había sufrido la persecución en su Mar del Plata natal. Es por ello que el PST la reubicó en el norte del conurbano bonaerense. Estando embarazada de tres meses y trabajando en una fábrica de Munro, fue secuestrada por una patota en su casa de Villa de Mayo el 4 de febrero de 1982. Una semana después su cuerpo apareció en Dique Luján con signos de haber sido fusilada. Este 24 de marzo tendremos un motivo más para marchar y recordar a todos nuestros compañeros, luego de que tras años de movilización y organización, lográramos la primera condena a perpetua a dos genocidas por el asesinato. El general Norberto Apa y el teniente coronel Pascual Muñoz fueron condenados en diciembre de 2018, 36 años después del asesinato a cadena perpetua por su cobarde crímen. Esto lo logramos, organizados en la Comisión Ana María Martinez, durante años movilizados exigiendo justicia, recabando pruebas, marchando a tribunales, dando charlas, coordinando con otras comisiones de derechos humanos, usando las bancas obreras del Frente de Izquierda para denunciar la impunidad. Y vamos a seguir hasta que el último responsable sea condenado. Porque no perdonamos, no olvidamos y no nos reconciliamos con los genocidas, seguimos levantando bien en alto la bandera de Ana María y de todos nuestros compañeros caídos.
Con este número iniciamos la campaña de renovación de suscripciones del semanario esperando llegar a través de nuestra militancia y lectores a nuevos compañeros.
La crisis que golpea a la mayoría de los trabajadores y sus familias también nos obliga a llevar el costo del ejemplar de 15 a 20 pesos. Pero, ajustándonos, decidimos mantener el mismo valor de la última suscripción, esto es, veinte ejemplares por 300 pesos. De este modo, con la suscripción se beneficiará cada compañero porque abonará 100 pesos menos.
Detrás de estos valores está el interés de Izquierda Socialista en que el semanario alcance a más compañeras y compañeros en las fábricas y lugares de trabajo, universidades, escuelas y barrios. Es que por medio del periódico queremos hacer conocer nuestros análisis y políticas para intervenir en las principales luchas obreras y populares contra el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI en la pelea por construir una nueva dirección sindical, combativa y democrática para los trabajadores; en el movimiento estudiantil; con las mujeres por el aborto legal y por todos sus derechos, y para difundir las posiciones de nuestra corriente internacional, la UIT-CI, frente a los nuevos hechos y los grandes debates que plantea la crisis del sistema imperialista y los planes de ajuste sobre los pueblos del mundo.
Este año se suma la pelea electoral, en la que ya salimos a postular a los candidatos del Frente de Izquierda para consolidarlo como polo de referencia política para los luchadores y la izquierda en todo el país. Vamos a hacer conocer nuestras propuestas políticas de fondo frente a las alternativas patronales que vienen gobernando para los grandes grupos empresarios, los bancos y las multinacionales. En las páginas de El Socialista vamos a seguir explicando por qué, frente al plan económico de Macri-Cambiemos que solo beneficia a los ricos, la salida no es el peronismo en ninguna de sus variantes, porque ya gobernó para los de arriba. Solo el Frente de Izquierda tiene un plan económico de emergencia a favor de las urgentes necesidades del pueblo trabajador, que arranca por el no pago de la deuda externa.
Sabemos que el aporte que les pedimos para suscribirse no es una cantidad menor en el presupuesto, pero lo hacemos conscientes de que la lectura del semanario los mantiene actualizados sobre nuestra política y los convoca a ser protagonistas de su construcción y fortalecimiento para las luchas. Redoblemos el esfuerzo por más lectores y suscripciones.
¡Muchas gracias!
El domingo 3 de marzo se fue, llevándose un montón de experiencia y tradición partidaria, Carlos Freites Bazán. El Negro Freites para nosotros. Una fulminante enfermedad terminó con su vida. Convencido de la necesidad de construir el partido revolucionario y nuestra internacional, había ingresado a principios de la década del 70 a nuestro glorioso PST, desde allí contribuyó a atravesar los peligros y horrores de una de las más sangrientas dictaduras de nuestra historia. En esa larguísima trayectoria se formó como un sólido cuadro político de la regional Córdoba y también como un reconocido dirigente sindical de los estatales cordobeses, enfrentando consecuentemente a la patronal y a la burocracia sindical peronista de todo pelaje desde su lugar de empleado público en el Ministerio de Desarrollo Social. Aunque, como dijera nuestra compañera Liliana Olivero en su discurso de despedida de sus restos, él fue un “Carlos sin fronteras”, porque la solidaridad de clase con la que se había formado trascendió largamente su ámbito laboral. Hecho que fue reivindicado por sus compañeros de trabajo y de otros partidos políticos que se hicieron presentes en su funeral.
El homenaje de Izquierda Socialista, cuyas banderas adornaban su ataúd, reunió junto a sus familiares a gran cantidad de compañeros de varias generaciones que escucharon conmovidos los discursos y las estrofas de nuestra Internacional. El gran vacío que Carlos deja quedó reflejado en el pedido de una joven militante, referido a las compañeras y compañeros de más trayectoria y experiencia: “Por favor, ustedes cuídense que son la nafta que alimenta a nuestra juventud”. El compromiso fue poner un poquito más de cada uno de los militantes para cubrir ese vacío.
Durante más de cuarenta años Carlos levantó las banderas del leninismo, del trotskismo y el morenismo. ¡Esas son las banderas que fuimos a recoger a su homenaje, para levantarlas bien alto y llevarlas al triunfo del socialismo con democracia obrera!
Por eso entre esas cuatro paredes resonó tan fuerte nuestro grito de guerra permanente: ¡compañero Carlos Freites hasta el socialismo siempre!
El 26 de diciembre pasado falleció el Beto, quien fue un militante muy querido en su pueblo Saladillo provincia de Buenos Aires y en nuestra corriente cuando levantó las banderas del morenismo años atrás. Acompañamos en el dolor a su familia y amigos.
Lo despedimos los viejos compañeros de militancia de aquella época con un fervoroso “hasta el socialismo siempre”.