Africa, cuna de la humanidad, fue destruida por siglos de depredación, colonización y esclavismo impuestos por el capitalismo europeo. Es un continente "sin destino" en el capitalismo moderno. Centenares de miles de hombres y mujeres jóvenes, muchas veces con sus niños, quieren escapar de cualquier forma para encontrar un empleo, aún el más humilde y precario en Europa, para salvarse del hambre o de las guerras que imponen las multinacionales europeas o yanquis en sus naciones despedazadas. La clase obrera europea debe tender su brazo fraterno a los migrantes, exigiendo libre ingreso, papeles y plenos derechos para todos los trabajadores africanos y sus familias. ML