Triaca hijo es un buen ejemplo de que, a veces, la fruta no cae muy lejos del árbol. Egresado de colegio y universidad privada de elite, donde estudió economía, defiende toda vez que puede la trayectoria de su padre. Fue consultor en programas de la ONU, el BID (durante el gobierno de Menem) y se desempeñó como director ejecutivo en la Fundación Pensar (la “usina de ideas” del PRO). Es decir, nunca fue un trabajador, ni tiene ninguna ligazón con el sindicalismo, más que de la burocracia que “aprendió” de su padre.
Como diputado nacional de la bancada del PRO, Triaca hijo nunca presentó proyectos a favor de los trabajadores. La primer medida que anunció fue que el medio aguinaldo de diciembre iba a quedar exento del impuesto a las Ganancias, luego se rectificó y finalmente la volvió a anunciar al ritmo de las idas y vueltas del gobierno de Macri.
La designación de Triaca hijo en la cartera laboral fue bien recibida por los “gordos” de la CGT (Cavalieri, Daer, West Ocampo, entre otros) y levemente criticada por Moyano, aunque después recibió el apoyo del camionero. Los trabajadores y el sindicalismo combativo se tienen que preparar para enfrentar sus futuras medidas, que no serán, precisamente, a favor de la clase obrera.