El primer ministro David Cameron -que hace pocos meses ganaba las elecciones por mayoría absoluta- anunció su dimisión tras el resultado. Las bolsas empezaron a caer y la libra y el euro a depreciarse. Es una crisis sin precedentes en la Unión Europea que ve por primera vez cómo un estado miembro abandona el barco y teme el efecto contagio a otros países.
¿Ganó la ultraderecha y el voto “antiinmigrante”?
¿Qué significado tiene este resultado? ¿Es un triunfo de la ultraderecha o “contra los inmigrantes” como se lo quiso pintar? No. El voto por el Brexit es en primer lugar, una derrota para los capitalistas y el imperialismo yanqui y europeo, y una bofetada magistral para los que defienden la política despreciable abierta por la Thatcher y seguida por sus sucesores, incluido Cameron.
El triunfo se debió a que la mayoría de la clase obrera y demás sectores populares del Reino Unido expresó su repudio a los planes de austeridad y recortes sociales, hartos de que le quieran hacer pagar la crisis del capitalismo. Por eso ciudades y barrios obreros junto a la pequeña burguesía amenazada por la baja del nivel de vida optaron mayoritariamente por la salida de la UE.
No se votó en apoyo a la ultraderecha por más que ésta hizo campaña por el Brexit. Se votó contra los planes de austeridad que impone la Unión Europea, como ocurre en Grecia. Por eso el voto a favor fue, además, de sectores tradicionales del laborismo.
En una declaración de fecha 26 de junio de 2016 los compañeros de Lucha Internacionalista (LI-sección de la UIT-CI en el Estado Español) señalan: “La prensa pro Europea explica el voto como resultado del racismo creciente. Pero la Unión Europea no es garantía de solidaridad con la inmigración ni de respeto de los derechos de los trabajadores, al contrario, es un acuerdo al servicio de las grandes multinacionales y los estados” (www.uit-ci.org.ar). La clase obrera y las clases populares han dicho no a quienes les han arruinado la vida: el bloque que formaban Cameron, las grandes empresas y los mercados financieros, los líderes políticos de la UE y Obama […] el voto que consumó el Brexit fue de sectores tradicionales del laborismo. Si en Londres capital vencía continuar en la UE, en las zonas obreras de East Midlands, Nord-West, South-West, Yorkshire and Humber, East y en Gales, venció el salir. Lo mismo ocurrió en los alrededores de Manchester.
En la localidad donde más triunfó el Brexit fue West Midlands, zona tradicionalmente laborista […] y sin una inmigración significativa. Por ello, reducir el voto de esa mayoría obrera y popular a la insolidaridad con la inmigración es cerrar los ojos ante la realidad de deterioro brutal de las condiciones de vida que han supuesto décadas de políticas de austeridad y destrucción de las conquistas obreras […] Es la política de los gobiernos de la Unión Europea y Gran Bretaña quienes protegen y dan alas a la extrema derecha […]”
Terror al contagio
La declaración de Lucha Internacionalista además de señalar que “[…] los viejos problemas nacionales no resueltos en Gran Bretaña como el de Irlanda del Norte o de Escocia vuelven a tomar fuerza”, agrega: “ […] los sectores populares británicos que han impuesto el Brexit han abierto una crisis sin precedentes en la Unión Europea. El miedo al contagio en otros estados de la Unión es evidente, ¿por qué en Grecia, en Francia o en el Estado Español no se pregunta al pueblo si quieren seguir bajo el dictado de la troika? […]
El drama es que la necesidad de romper con la Unión Europea -que refleja el odio legítimo y la desesperación de las clases populares- se deja en manos de la extrema derecha, al servicio de su odio a los inmigrantes, de nacionalismo opresor, de su política antiobrera”.
La mayoría de la izquierda reformista europea defiende a la Unión Europea y pregona “una reforma”. Pero la Unión Europea es un instrumento al servicio del imperialismo y los estados capitalistas. No hay reforma posible.
Por eso los socialistas internacionalistas proponemos la movilización permanente, como ocurre con la juventud y los trabajadores de Francia, por romper con el capitalismo y la Unión Europea, sus tratados antiobreros y planes de austeridad. Y nuestra propuesta de unidad va de la mano de la autodeterminación de los pueblos, no de imposiciones capitalistas. Por una Europa de las y los trabajadores, sin multinacionales, banqueros y sin FMI. Y por los Estados Unidos Socialistas en toda Europa.