El hecho de que el PP aumentara sus votos en 700 mil y que Unidos Podemos perdiera un millón de votos pareciera indicar que hubo un “giro a la derecha”. Pero si se miran bien los números no es así. El PP logró concentrar los tradicionales votos de la derecha arrancándole unos 400 mil votos a Ciudadanos (un frente liberal que salió del PP). Esa franja volvió a votar por el PP influenciada por la campaña del “miedo” de Rajoy para que no ganara el “populismo” de izquierda.
El PSOE sale segundo pero continúa su crisis. En descenso desde hace años, vuelve a perder 100 mil votos respecto al 20D. Y pierde a manos del PP bastiones históricos como Andalucía y Extremadura.
La gran sorpresa fue el desinfle de Podemos-Izquierda Unida. Las encuestas y su dirigente Pablo Iglesias aseguraban que salían segundos y que daban el “sorpasso”. Se tiraban a formar gobierno en alianza con un debilitado PSOE tercero. Pero ocurrió lo opuesto. En vez de “sorpasso” se dio una “sorpresa” por la pérdida de más de un millón de votos de Unidos Podemos. Ese millón de votos menos se fueron a la abstención, no a la derecha. ¿Por qué se desinfló Podemos-IU? Las causas hay que buscarlas en su giro a un programa y una campaña lavada de todo contenido de izquierda, de clase y de apoyo a los reclamos obreros y populares. Eso hizo que centenares de miles se desilusionaran y no lo votaran. Así lo ratifica Lucha Internacionalista en su balance: “Ir (Podemos) con IU, no sólo no dado los supuestos frutos como aglutinante de la izquierda. De un lado, porque sectores de IU han manifestado su negativa a votar la confluencia con un Podemos que ha perdido absolutamente cualquier referencia de clase; pero sobretodo porque ha perdido amplios sectores de juventud que venían de la abstención y votaron Podemos porque significaban una posibilidad de ruptura con lo establecido, de radicalidad, o que venían de romper con IU. […] Durante la campaña han repetido hasta la saciedad la voluntad de ser la nueva socialdemocracia, un “centro” absolutamente alejado de cualquier referente de clase en su voluntad de atraer votantes del PSOE. Su discurso aún ha girado más a la derecha, y con ello, es mucho más lo que ha perdido: porque se ha desvinculado de un amplio sector de izquierdas que como veníamos apuntando empieza a buscar una ruptura que aunque Iglesias no le ofrecía, pretendía usar Podemos como herramienta”. Podemos empieza el camino hacia un nuevo fracaso de la política de las medias tintas de la centroizquierda.